En los medios

Clarín
21/06/22

Pruebas Aprender: la política que no sabe leer y el resultado de una catástrofe anunciada

Claudia Romero, profesora de las Especializaciones y Maestrías del Área de Educación de la Escuela de Gobierno, opinó sobre los resultados de las Pruebas Aprender.

Por Claudia Romero


Los resultados de la evaluación mostraron fuertes deficiencias en comprensión lectora. Foto: Luciano Thieberger.


Preocupan, pero no sorprenden. Me refiero a los bajos resultados en Lengua y Matemática de nuestros alumnos de primaria según las Pruebas Aprender que se anunciaron hoy.

Sabíamos y advertimos una y otra vez que la política de cierre de escuela iba a generar una pérdida de los aprendizajes fundamentales y que iba a golpear más fuerte en los sectores más vulnerables. Por eso no sorprenden. La catástrofe estaba anunciada.

La preocupación reside no sólo en constatar que la mayoría de los chicos no comprenden lo que leen, es decir que no saben leer, ni resolver problemas matemáticos simples sino en el modo en que el Gobierno enfrenta esta situación.

A pesar de que el Ministerio de Trotta se resistía a tomar las evaluaciones y contaba para eso con apoyo de especialistas y gobernadores adictos, finalmente negoció tomar las de primaria en diciembre, pero no las de secundaria que están aún pendientes.

Seis meses después se informan estos resultados, cuando debía procederse con la máxima celeridad, en una presentación paupérrima en calidad y cantidad de datos. Se dirá que es positivo que al menos se haya evaluado, sí lo es, siempre puede ser peor.

Preocupa que los funcionarios digan que con 3, 4 o 5 años (según quién sea el que habla) se recupera la situación. ¿Con qué evidencias se afirma eso? ¿Cuál es el detallado plan que va a sacar a los chicos del abismo?

Preocupan las explicaciones simplistas. Preocupa que aún no se sepa cuántos son los alumnos que quedaron afuera de la escuela durante la pandemia y que ni siquiera hicieron estas pruebas. Preocupa que la política no sepa leer (la realidad, las expectativas, las amenazas) y que en su tremenda ignorancia e incapacidad insista en contarla desde afuera. Preocupa la banalidad del mal de la política que habiendo sido parte del problema ni siquiera es capaz de pedir perdón y ofrecer reparaciones serias para las consecuencias.

Cuando la sociedad exigió que las escuelas se abrieran y pudo gritarlo con suficiente fuerza, los gobiernos debieron poner fin a uno de los cierres más largos del mundo. Ahora es necesario exigir que se definan políticas que, basadas en evidencias, permitan revertir esta catástrofe.