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21/12/21

Marta Minujín ahora es doctora e insignia patria

La UTDT concedió a Marta Minujín el grado de Doctora Honoris Causa por sus contribuciones al arte contemporáneo.

Por Ana Martínez Quijano



Los Amigos del Museo Moderno invitaron a Marta Minujín, la artista más exitosa y activa de la Argentina, al último encuentro de las Noches Modernas. Estas gratas tertulias virtuales ganaron adhesiones en medio de la pandemia gracias a los envíos previos de los libros del Museo, en este caso “El Partenón de los libros prohibidos” y un vino para celebrar.
No es difícil presentar a Minujín.

Este año mostró un cuadro en el Museo Nacional de Bellas Artes y, su “Minucode” en una sala especial del MoMA neoyorquino, institución que compró la videoinstalación con imágenes de cuatro cócteles específicos con personajes top. Minujín acaba de recibir el doctorado honoris causa que le otorgó la Universidad Torcuato Di Tella. “Está bueno” comenta, cuando le dicen doctora.

“Porque no se considera que el artista plástico realice una contribución a la cultura. El premio Nobel nunca se lo dieron a un artista plástico. Picasso ganó el Nobel de la Paz cuando pintó el ‘Guernica’”.
La artista le recordó a la directora del Moderno, Victoria Noorthoon, que fue la curadora de su gran muestra retrospectiva en el Malba. Por su parte, Noorthoon evocó la exacta reconstrucción de “La Menesunda” que, realizada en el Moderno 50 años después, replicó con exactitud la obra y, también, las extensas colas del público en la calle Florida para ingresar a verla. Minujín agregó que el New Museum de Nueva York volvió a reconstruir “La Menesunda” y que, “ahora van a hacer otra más”. El “Partenón” es la obra con mayor trascendencia. Realizada originalmente en 1983 en la avenida 9 de Julio, se presentó como el “Partenón de libros prohibidos” en la Documenta de Kassel de 2017, la megamuestra que dicta el rumbo del arte contemporáneo en el mundo. “Tenía libros prohibidos, las medidas exactas del de Grecia y costó un millón de euros”, aclaró Minujín. Álvaro Rufiner, editor del libro del Moderno y productor de la película sobre el “Partenón?” de Kassel, elogió la gran virtud de Minujín: “Su capacidad de gestión y el empeño para lograr llevar adelante los proyectos, aún a costa de esfuerzos.

La búsqueda de libros le costó. ‘No puede ser que no haya libros argentinos’, dijo un día. Y logramos enviar 5.000 libros. Te largabas a llorar al ver el “Partenón?”, estaba frente al museo donde se habían quemado los libros. En Kassel caminabas con Marta como si fuera Mick Jagger y, la mayor emoción, fue la doble portada de un diario de Kassel con el mensaje ‘Gracias Marta Minujín’ en español”.
Lúcida y con una energía inagotable, Minujín es la única artista de la generación de los años 60 que, en la actualidad, produce nuevas obras. Hoy piensa en “La Catedral” para la ciudad de Buenos Aires, una casa de Tucumán hecha con caña de azúcar y “La pelota de fútbol de dulce de leche”. “La hago sí puedo en Qatar, puede servir para exportar la Vauchita”, observa. Entonces le preguntaron: “¿Cómo fue comandar por teléfono el montaje del Big Ben acostado con libros prohibidos para el festival de Manchester?” Esta experiencia “única resultó agotadora, muy agotadora”. Y culmina explicando el verticalismo de Margaret Thatcher. Rechaza finalmente cualquier inspiración terrenal, y afirma: “Yo estoy inspirada por otro planeta. Pero me gusta la obra de Christo”.