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La Nación
21/12/21

El Gobierno concreta mañana el pago al FMI y las reservas netas del Banco Central quedan debajo de los US$4000 millones

Federico Furiase, profesor de la Maestría en Finanzas, y Andrés Borenstein, profesor del MBA, fueron consultados sobre los efectos de las negociaciones con el FMI en la economía argentina.

Por Javier Blanco


El monto comprometido representa el 31% de reservas netas contabilizadas al 15 de diciembre. Shutterstock - Shutterstock

El Gobierno concretará mañana el pago de la segunda cuota del capital del préstamo recibido por la administración Macri entre 2018 y 2019 del Fondo Monetario Internacional (FMI): abonará un total de 1326,71 millones en Derechos Especiales de Giro (DEG) -la moneda del organismo-, suma equivalente a unos US$1855 millones al cambio actual.

Usará para ello el 93% de la posición que le quedaba de los 3055 millones de DEG recibidos a fin de agosto, luego de que el organismo resolviera realizar una asignación general de DEG por el equivalente a US$650.000 millones para reforzar la liquidez global afectada por la pandemia y complementar los activos de reserva de los 190 países que son miembros.

Esa tenencia, que quedará ahora en unos US$220 millones remanentes, representaba hasta aquí el 39,8% del total de reservas netas (propias) con que contaba el Banco Central (BCRA), lo que las dejará ahora claramente por debajo de los US$4000 millones (las estimaciones de los distintos economistas consultados las ubican un rango que va de los US$2600 millones a los US$3500, según el criterio que usen para calcularlas).

Es un monto en todos los casos inferior al 10% de la tenencia bruta total por US$41.000 millones que reporta (y se mantendría, ya que BCRA recibirá del Tesoro otra Letras Intransferible para sumar a su empapelado patrimonio) y para el país representa apenas entre 21 y 24 días de importaciones, contando que el saldo de compras externas promedio del país en lo que va del presente año fue de US$5100 millones por mes según cifras oficiales.

La apuesta oficial es que este gesto sirva para que el FMI reembolse luego al menos los US$ 3900 millones de capital reintegrados en los últimos meses, si se llega próximamente a un acuerdo por el total de la deuda.

El comparativo con el nivel de compras externas que necesita la economía para funcionar es para los analistas consultados por LA NACION el dato “más relevante”. “Es una cifra que da cabal idea del crítico nivel de vulnerabilidad macroeconómica en que nos encontramos, aunque era predecible”, apunta Federico Furiase, economista de la consultora Anker Latinoamérica.

“Marca que volvemos a estar presos de un modelo flujo-dependiente, es decir, dependés del ingreso de los dólares básicamente la cosecha y de la suerte que tengas, por caso, con el clima, como este un año. El problema es que esa apuesta, que en el 2021 funcionó por el salto que tuvieron los precios de las commodities, esta vez puede no funcionar”, remarca.

De hecho, algo de eso ya se está viendo.

El BCRA dejó de sacrificar reservas por intervenciones sobre el mercado de cambios desde hace siete ruedas (recompró incluso unos US$20 millones), tras haber perdido en este tipo de operaciones US$369 millones en la primera quincena del mes. Es lo convierte en la peor primera parte para un diciembre desde 2015, es decir, el momento en que la administración Macri ya había anunciado que se aprestaba a desarmar el cepo cambiario y convalidar una devaluación del peso, lo que disparó la demanda e hizo que el BCRA dilapide entonces en ventas unos US$1700 millones en esa primera quincena.

“Lo sugestivo es que esta racha se cortó con un fuerte ajuste del volumen operado en el segmento spot, que pasó de un promedio móvil de cinco días de US$831 millones el 10 de diciembre a uno de US$349 millones al cierre de la semana (-58%), lo que nos hace sospechar que comienza a haber ciertas restricciones informales a importadores para acceder al mercado de cambios”, como ya había hecho notar LA NACION y coincidieron en apuntar los analistas de Portfolio Personal Inversiones (PPI).

El economista Andrés Borenstein, director asociado en EconViews, estima que la tenencia propia de reservas del BCRA quedaría levemente debajo de los US$3500 millones tras este paso, “un monto muy similar al que mostraba en noviembre del año pasado o en diciembre del 2015 en la previa del cambio de Gobierno”, recuerda.

Lo complejo es que a esa misma situación se llega en un momento de elevadas expectativas devaluatorias e inflacionarias, lo que puede hacer que se disparen aún más.

Economía frágil

La muy frágil posición real de reservas es un dato que condiciona a toda la economía, en especial, dado el muy exigente calendario de vencimientos de deuda que enfrenta el país en los próximos meses. Solo entre enero y febrero hay compromisos de pago por US$1117 millones también con el FMI (unos US$738 millones y US$379 millones en cada mes), a lo que se agregan unos US$195 millones al Club de Paris (por el acuerdo cerrado para retrasar un pago final a la tasa del 9% anual avalada por el hoy gobernador Axel Kicillof cuando era ministro de Economía en 2014 y refrendada meses atrás por Martín Guzmán) y los “casi US$700 millones que habrá que pagarle el 9 de enero a los bonistas que aceptaron la última restructuración de deuda”, apunta Borestein.

Se trata de compromisos que los mercados no ignoran, lo que explica la nueva disparada que ensaya en los últimos días la tasa de riesgo pías (supera los 1750 puntos) y el sostenido aumento que exhibe el costo de los seguros contra un posible nuevo default argentino.

Para Borestein, si los agentes económicos “algo saben es que este nivel crítico de reservas puede obligar a fortalecer el cepo, ya sea parando más importaciones o por otros ajustes, o a devaluar más rápido, lo que genera un efecto secundario sobre la confianza y la demanda de pesos en momentos en que más necesitarías que esa demanda repunte”.

Para los analistas de Facimex Valores, el pago al FMI no incrementaría la desconfianza del mercado por el impacto que tendrá en las reservas. Suponen que el Gobierno “no tendría incentivos a efectuarlo si no planeara cerrar un nuevo programa con el FMI en el corto plazo o no tuviera una alta convicción de lograrlo”.

“El monto comprometido representa el 31% de reservas netas contabilizadas al 15 de diciembre (restamos encajes, swaps y repos), cifra demasiado importante para transitar un hipotético escenario de no acuerdo. No tendría ningún sentido arriesgar una porción tan importante de las reservas netas si no se buscara arreglar con el FMI. Claramente, estamos ante un gesto elocuente en favor de un acuerdo, mucho más importante que cualquier declaración de los últimos meses”, sostienen.

Claro que, según el propio presidente Alberto Fernández acaba de admitir, el escenario de un posible acuerdo se volvió a estirar en los últimos días. “El deseo es que podamos acordar cuanto antes, pero me planteó que, desde el 23 de diciembre hasta que termine el año, el Fondo queda cerrado por Navidad y Fin de Año, así que volveremos en enero a tratar de avanzar”, sostuvo este fin de semana en relación a la sonriente charla que mantuvo días atrás -tras el rechazo parlamentario a su proyecto de presupuesto- con Kristalina Georgieva. Y el reloj de arena corre y corre.


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