En los medios

La Nación
18/12/21

Gerente de (In)Felicidad, se necesita. El aviso que nunca saldrá publicado

El profesor del MBA y Executive MBA escribió sobre las empresas que tienen un doble discurso respecto al bienestar de sus empleados.

Por Andrés Hatum


Muchas veces las empresas se manejan con un doble discurso: de la boca para afuera se preocupan por el bienestar por sus empleados, pero puertas adentro el maltrato es la regla. Shutterstock - Shutterstock

Hace poco tiempo me llegó un mensaje proponiéndome una certificación para volverme experto en “felicidad organizacional”. Miré dos veces el mail. La propuesta no solo incluía una batería de herramientas para ser feliz y generar felicidad de forma expansiva, sino que el objetivo estaba en impulsar el bienestar de la gente a partir del expertise del profesional que tomara el curso. Me imaginé intentando mostrar una sonrisa feliz, y borré el mail rápidamente.

Dado el contexto argentino donde las empresas están intentando sobrevivir la post pandemia, tal vez buscar la felicidad de los empleados no sea tan mala idea después de todo. Esta columna se imaginó un perfil para la búsqueda de un gerente de Felicidad que jamás será publicado.

Se busca

“Empresa textil argentina busca gerente de felicidad, aunque aceptaríamos uno que maneje también la infelicidad.

La empresa la está pasando mal debido a varios factores: la competencia barata de productos chinos, la presión impositiva y, finalmente, la gente que cada vez compra menos en el país y espera irse a Miami para llenar el placar con ropa más barata y, seguramente, de mejor calidad. Es decir, la compañía no estaría en su mejor momento. Además, en pandemia lo único que se vendió fueron medias y pijamas, productos que nosotros no fabricamos.

Somos una gran familia de 350 personas. En realidad, somos una familia diezmada: éramos 750 empleados. La reducción de la plantilla es conducente con el achicamiento del negocio.

Estamos pensando para el perfil del gerente de Felicidad a un profesional con cualquier tipo de experiencia pero que traiga buena onda ante la adversidad. Va a tener que confrontar gente con mala cara porque el sueldo no lo estaríamos aumentando desde hace tiempo, pero ante un mercado laboral que se achica, mejor pájaro en mano que cien volando. No usamos encuestas de ningún tipo por diversas razones: no tenemos encuestas de compensaciones porque no queremos saber lo mal que pagamos (aunque nos lo imaginamos…); no usamos encuestas de clima laboral porque si hay una clasificación que diga “organización con tornados y tifones” esa seríamos nosotros.

El o la candidatX (somos inclusivos), deberá traer una cuota de esperanza ante la desolación. Esto deberá realizarlo sabiendo que no podemos contratar más gente, que no contará con presupuesto y que, en definitiva, los recursos son escasos como la buena onda existente.

La empresa es familiar, cuenta con accionistas que son primos y se odian, por lo que la felicidad no necesariamente abunda entre sus miembros. El gerente deberá mediar entre ellos y saber que tienen algunas prácticas mafiosas como llevar objetos contundentes y algún cuchillo a las reuniones del comité de dirección. Se espera del profesional no aliarse con ningún miembro de la familia, aunque intenten cooptarlo. Los que lo hicieron terminaron fuera de la empresa.

El gerente de Felicidad deberá hacerse cargo también de las negociaciones sindicales. Si bien esta no es una actividad propia de la gerencia, el gerente del área de recursos humanos renunció luego que el sindicato le pinchara las cubiertas 17 veces en dos meses. Según nuestro gerente de Finanzas, las cubiertas eran más caras que el total de los salarios del gerente por lo que entendemos que hoy debe estar, al menos, ahorrando dinero. Consideramos que una visión más feliz de la vida y una sonrisa permanente va a ablandar a los muchachos. Esto es fundamental para que terminen los paros, bloqueos y sabotajes en la planta.

El gerente o la gerente deberá también hacerse cargo de las relaciones institucionales de la empresa. Nunca tuvimos un profesional en el área, pero creemos que hoy es necesario que alguien logre manejar un mensaje coherente hacia la sociedad. Con la mejor cara de póker va a tener que comentar los esfuerzos que la empresa hizo para formalizar a sus empleados que cobraban en negro. Estábamos cansados de esconder al personal ante las consecuentes inspecciones fiscales. También podrá comunicar cómo estamos trabajando para tener un espacio laboral más agradable. La fábrica no es el mejor ejemplo de lugar confortable. Es un poco sofocante cosa que en invierno viene bien para ahorrar en calefacción.

El último desafío del gerente de Felicidad será tratar con los paquidermos de nuestros directivos. La empresa, más allá de los despidos que realizamos para sobrevivir, no tiene rotación. Menos aún en las gerencias. La edad promedio de los gerentes es de 65 años y la antigüedad promedio 40 años. La empresa, podríamos decir, es su hogar. De hecho, el gerente de planta duerme tres veces por semana en la compañía para poder hacer micromanagement y evitar ir a su casa. El gerente de finanzas tiene problemas de actualización tecnológica: le gusta utilizar una caja registradora de supermercado en vez de calculadora. Es que hace 30 años atrás trabajó en un almacén. Finalmente, el gerente de Seguridad e Higiene es un licenciado en criminología que poco entiende de higiene, pero le encanta ver complots donde no existen.

Entendemos que el trabajo no es fácil. Es por ello que sabiendo que no habrá muchos candidatos para cubrir la posición, el salario será más que conveniente: pensamos en un sueldo mínimo más un plus por presentismo. La persona elegida para la función podrá hacer uso del utilitario blindado que utiliza el presidente de la empresa cuando viene a la compañía para evitar el ladrillazo que se comió un accionista cuando estaba desprevenido con la ventana baja. Consideramos que, como es un trabajo algo estresante, comenzar con 7 días de vacaciones permitirá apaciguar los nervios que le producirá esta nueva experiencia.

Una vez que aplique a la posición, lo mandaremos a hacer un test psiquiátrico para evitar problemas mayores. Ya bastante locos estamos acá como para que otro desquiciado se sume al barco. También enviaremos un asistente social para entender qué clase de vida tiene el candidato actualmente: no nos interesa alguien con una vida desordenada. De eso, nos encargaremos nosotros una vez que acepte el trabajo.

Esperamos conseguir la persona adecuada para la posición. Mientras tanto, la misma está vacante: nadie quiere hacerse cargo de la infelicidad ajena.

Finalmente, es muy importante que quien quede en la posición traiga sus propios elementos de trabajo: silla, computadora, lámpara y adornos. Entendemos que nada mejor que estar familiarizado con las herramientas de trabajo desde el primer día.

Creemos firmemente que cualquier directivo que aguante un año en la compañía no se va más: el CV se hace inservible luego de ese tiempo.

Sin otro particular, los saluda atentamente: la Dirección (los estamos esperando)”.


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