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Radio Mitre
17/12/21

“Los líderes narcisistas se rodean de gente inútil porque nadie les puede hacer sombra”

Andrés Hatum, profesor del MBA y Executive MBA, participó del programa Confesiones en la noche, donde caracterizó a los líderes de la política argentina.

Por Cristina Pérez


El doctor en Managment y Organización y autor de Infierno: líderes y organizaciones que matan, Andrés Hatum, realizó una caracterización de los líderes argentinos en base a su conocimiento específico en la materia.

En diálogo con Cristina Pérez, Hatum definió a un líder como aquel “que tiene la capacidad de influenciar, escuchar y, en última instancia, tomar decisiones”.

“Esos son los tres ejes para poder definir un líder. Pero también hay otros que lideran y son un espanto”, señaló en Radio Mitre.

En tal sentido, el politólogo indicó que en su libro Infierno caracteriza “a algunos líderes que fueron espantosos y han tenido mucho poder porque tuvieron la capacidad de influencia”.

“En particular en el libro menciono a Hitler, al Che Guevara y a Jim Jones por la masacre de Guyana. Son líderes antisistema. Y la política argentina tiene un montón de todo esto. Por eso estamos como estamos como país“, aseguró.

Con esa evaluación preliminar como punto de partida, Andrés Hatum describió los rasgos que componen a las principales figuras políticas de nuestro país.

Cristina Kirchner: líder narcisista

“El narcisismo es el peor de los liderazgos. Es el espejo de Blancanieves, donde te mirás y te ves hermosa pero nunca ves un defecto. Entonces, es muy difícil que puedas entender, que puedas razonar o que puedas cambiar. Cuando vos tenés un líder narcisista en un país, tenés que rezar que termine yéndose del poder”, afirmó Hatum.

De esta manera, el experto en creatividad organizacional sostuvo que a este tipo de personas “el poder les encanta porque consideran que es de ellos“.

“Entonces se adueñan de los recursos del Estado y no pueden distinguir una cosa de otra. Otra característica es que se rodea de gente inútil o menos que ellos porque nadie les puede hacer sombras”, aseveró.

Y continuó: “Son emocionalmente inadaptados. Hay mucho de manipulación y cálculo. Son poco empáticos y sarcásticos. Estas características surgen en muchos de sus discursos. Son incisivos, egocéntricos e inteligentes. El liderazgo o el mal liderazgo pueden estar acompañados de una gran inteligencia. El tema es cómo se usa”.

A la vez, el entrevistado planteó que “los (líderes) narcisistas es el más grave porque son trastornados de psiquiátrico”.

“Por lo cual, es muy difícil de cambiar eso. No hay coach que te ayude porque no lo va a entender, no lo va a querer escuchar y lo va a mirar con desprecio“, expresó.

Alberto Fernández: líder manteca

A la hora de definir a quienes ejercen este tipo de liderazgo, Andrés Hatum consignó que se trata de “personas que te meten en un túnel y al fondo del túnel hay una vela”.

“Ellos se chocan y te hacen chocar a vos como ciudadano. No tienen mucha visión. Les cuesta decidir. Un día dicen una cosa, otro día dicen otra. Eso hace que la gente se vea con un impedimento de poder proyectar“, argumentó.

Asimismo, Hatum apuntó que “nunca vas a poder entender qué es lo que el líder manteca tiene en la cabeza porque va cambiando sus opiniones según el público para quedar bien y adaptarse”.

“En Argentina, la combinación de un líder narcisista con un líder manteca genera un flor de quilombo. Es una muy mala combinación”, opinó.

“Si el narcisista fuera presidente y el manteca fuera vicepresidente, las cosas podrían ir un poco mejor a pesar de lo malo que significan ese tipo de liderazgos. Pero al estar al revés, se generan conflictos e imposibilidades de tomar decisiones“, agregó.

Bajo su perspectiva, la mantecosidad del líder “hace que no pueda tomar decisiones porque está atento a lo que el narcisista quiere y el narcisista no se va a jugar nunca por otro, salvo por sí mismo salvando su propio pellejo”.

Mauricio Macri. líder de madera emocional

“Generalmente, no son buenos comunicadores. Tienen un dejo de insensibilidad y, por lo tanto, se hace difícil a veces trabajar con ellos“, determinó.

A modo de ejemplo, el profesor universitario remarcó que durante el gobierno de Cambiemos “el Ministerio de Economía estaba disperso en muchos ministerios porque no quería darle poder a nadie en particular”.

“En Argentina necesitás un ministro de Economía fuerte para atajar los cimbronazos. Si tenés todo dividido en muchas áreas, se te complica”, añadió.

Uno de los componentes centrales de este tipo de líderes es que “tienden a manejarse radialmente, uno a uno“. “Más allá de que haya reuniones de gabinete, se siente más cómodo en el uno a uno y no dándole poder en particular a nadie”, insistió.

No obstante, Andrés Hatum diferenció a Mauricio Macri de Cristina Kirchner en un punto central: con quiénes se rodeó cada uno.

“En términos generales, Macri se rodeó con gente técnicamente muy buena comparado con estos últimos gobiernos”, dictaminó el cientista político.

Horacio Rodríguez Larreta: líder de madera emocional trabajado

A pesar de denominarlo de la misma manera que Macri, Hatum diferenció al jefe de Gobierno porteño del expresidente en cuanto a que el primero es capaz de delegar.

“No tiene miedo a quienes lo rodean en el ámbito del gobierno de la Ciudad. Este tipo de personalidades cuando levantan el perfil, se exponen mucho. Al tener un tema emocional que tienen que tratar de corregir, hay que ver cómo están frente a la sociedad“, dictaminó.

Patricia Bullrich: líder bestial

La nominación elegida por el experto para catalogar a la presidenta del Pro y ex ministra de Seguridad de la Nación trasciende su popularidad.

“Más allá de que tiene mucha afinidad con mucha gente y probablemente sea la gran armadora de lo que sucedió en las elecciones, es un liderazgo bastante incompatible con Rodríguez Larreta y probablemente la relación personal entre esos tipos de liderazgos no sean buenas”, puntualizó.

Y prosiguió: “Quizás coinciden en el objetivo pero no en el proceso. El jefe de Gobierno porteño es más evolutivo y Bullrich quiere hachar todo lo que pueda en el camino. El líder bestial tiene cintura política aunque no parezca. Sabe porqué dice lo que dice. Son líderes raros porque a veces los terminás amando y no les llegás a entender“.

Sin embargo, Andrés Hatum advirtió que en su peor versión, los líderes bestiales pueden ser “abrasivos y avasalladores”.

“Pueden no delegar y eventualmente pueden enfermar a una organización de tanta presión. Entonces el bestial tiene que tener cuidado con eso. Tiene que saber apretar pero también saber aflojar”, sumó.

Por otra parte, Hatum manifestó que los argentinos tienen la tendencia de inclinarse por liderazgos paternalistas bajo el lema de “te vamos a cuidar, te vamos a sacar adelante, te vamos a subsidiar, te vamos a dar todo lo que te hace falta”.

“Si se hace un raconto histórico de los líderes argentinos, hay mucho paternalismo, mucho caudillismo y hasta feudalismo”, expresó.

Siguiendo esa línea, el columnista de La Nación estableció que “el miedo en las crisis muy profundas es que vengan estos líderes que te van a arreglar la vida”.

“Estos carismáticos que parece que tienen todas las soluciones y que la gente les crea por desesperación. Hay que tener mucho cuidado con eso”, acotó.

Dentro de esos liderazgos, Andrés Hatum inscribió a los dirigentes que abrevan en el populismo y que despersonalizan a las masas.

“La república requiere otro tipo de liderazgos y a la Argentina le está costando encontrarlos. Cuando los líderes asumen el poder, empiezan un proceso de transformación brutal en el que el objetivo es perdurar y destruir. Y eso no es república“, concluyó.