La Unión de Universidades de América Latina y el Caribe presentó la Revista Universidades 89: Recesión y pandemia en la Feria Internacional del Libro 2021 de Guadalajara, con la participación de Armando Alcántara, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México, Marcelo Rabossi, investigador de la Universidad Torcuato Di Tella en Argentina, y Hugo Sáez, director de Universidades y moderador del evento virtual.

En su intervención, Armando Alcántara hizo un recuento de su artículo titulado “Llegó de la nada y está afectando el futuro de todos”: la irrupción de la pandemia y sus efectos en las universidades mexicanas, donde aborda los efectos de la pandemia en la economía, la cual, dijo, no sólo afectó a las personas en sus ingresos, ya que no pudieron ir a trabajar o cerraron sus empresas, sino también a la vida académica que, aunque las universidades no detuvieron sus actividades, tuvieron que recurrir a la enseñanza remota e implementar plataformas, lo que evidenció las carencias de equipo de cómputo, la falta de preparación de los profesores y de conectividad en múltiples regiones.

Señaló también que el artículo se centra en la vuelta a las actividades presenciales, ya que es muy importante saber cómo determinar las condiciones académicas de nuestros estudiantes, hacer una evaluación y un balance para determinar cuáles son las necesidades derivadas de la pérdida de aprendizajes que deben atenderse para equilibrar las condiciones académicas.

Por su parte, Marcelo Rabossi, al dar detalles del artículo titulado “Reacción del sector privado universitario argentino ante la Covid-19: un acercamiento desde lo económico-financiero e institucional”, explicó el sistema de educación superior en Argentina, e indicó que el sector privado es pequeño en relación con el de América Latina y el Caribe (ALC), y menos heterogéneo en cuanto a su calidad académica.

Comentó que previo a la llegada de la Covid-19, sólo 21 de 63 universidades privadas argentinas contaban con experiencia en la modalidad en línea, por lo que se tuvieron que adaptar y aprender rápidamente, flexibilizaron los modelos de gobernanza y mayor autonomía, trabajaron por objetivos, de manera colaborativa y en red, además, fue necesaria la alfabetización digital de toda la comunidad universitaria y sólo el 15 % de las universidades privadas solicitaron ayuda del Estado para el pago de sueldos de sus empleados.

Afirmó que, entre las posibles consecuencias de la pandemia y las necesidades a futuro está la creación de un escenario más dinámico, pero a la vez inestable, complejo y altamente demandante que afecta y amenaza a las universidades en relación a sus capacidades de reacción y adaptación, por lo que es necesario, comentó, prestar una mayor atención a las desigualdades que se profundizaron, evitar el isoformismo producto de la “excesiva” regulación y focalizarse en la empleabilidad de los graduados y en la pertinencia de su formación en relación al mundo del trabajo y la competitividad.

“Es necesario pensar en la universidad como una puerta giratoria, en el sentido de que los alumnos ingresan, egresan, van a sus empleos, vuelven a regresar a la universidad para capacitarse en un proceso dinámico de formación continua para la vida”, concluyó Rabossi.

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