En los medios

RED/ACCIÓN
30/09/21

Qué pasó con directores y directoras de escuelas en la pandemia y por qué es importante tenerlo en cuenta

Claudia Romero, profesora de las Especializaciones y Maestrías del Área de Educación de la Escuela de Gobierno, fue consultada sobre la investigación que dirigió acerca del impacto socioemocional de la pandemia en directivos escolares.

Por Stella Bin


Fotos: Télam / Intervención: Julieta de la Cal

El rol de directores y directoras. Es muy importante en las escuelas porque son quienes garantizan un clima propicio para el aprendizaje. Eso significa generar relaciones armónicas, de confianza entre docentes y estudiantes, y tener claridad en la comunicación. Además, son los que conocen la realidad edilicia y de infraestructura de sus instituciones y las posibilidades y limitantes de docentes y estudiantes.

  • Por eso. Desde la UTDT llevaron adelante este relevamiento exploratorio: “Liderazgo heroico en las escuelas - Dimensión socioemocional en Directivos Escolares durante la pandemia COVID 19 en Argentina". 

Entrevistaron para la muestra. A 252 directivos, de los cuáles 85% son mujeres. La edad media es de 49,5 años, 11 años de antigüedad como director/a y 8 años como directivo en la actual escuela.

  • Qué pasó durante 2020. “Estuvieron al  frente de las estrategias organizativas, pedagógicas, comunitarias y administrativas de cada escuela y su rol estuvo expuesto a fricciones intensas”, señala el informe.

Y sigue. “Más del 70% de los directivos escolares señaló en la encuesta realizada por el Ministerio de Educación nacional en octubre 2020 que su trabajo se incrementó considerablemente durante el aislamiento social, preventivo y obligatorio.”

  • Qué resultados devolvió el estudio. Solo 1,2% de las directoras y los directores evaluados dijo haber tenido síntomas compatibles con el síndrome de burnout o síndrome del quemado, en el que se conjugan niveles altos de cansancio emocional, despersonalización y baja realización personal.
  • El 26,5% de los entrevistados. Sostuvo que se encontraba en estado de equilibrio emocional.
  • El 72% presenta riesgo alto o medio. De sentir cansancio emocional, despersonalización o falta de realización personal.
  • También se evidenció. Que a más edad de las personas se dio menor cansancio emocional y más antigüedad como directivo en la escuela correlaciona con mayor despersonalización.
  • En cuanto a las características de las escuelas. En aquellas con matrícula heterogénea según nivel socioeconómico de los alumnos se vio mayor cansancio emocional y despersonalización de los directivos. Y en las de nivel secundario se observó mayor despersonalización del directivo.

  • Importante. El estudio reveló un fenómeno doble de  sobrecarga de trabajo y al mismo tiempo gran satisfacción personal. “El 90% de directoras y directores encuestados señaló niveles altos o medios de realización personal”, destaca el informe.
  • Qué los preocupó. Directivos de gestión privada y estatal y de todos los niveles coincidieron en que la primera preocupación fue garantizar la continuidad pedagógica atendiendo a la calidad y a la combinación de estrategias virtuales y presenciales en la reapertura.

La segunda preocupación. “Para los estatales fue cumplir con exigencias burocráticas. Mientras que para los privados fue sostener el clima escolar atendiendo a las necesidades socioemocionales de alumnos y padres”, concluye el relevamiento.

  • Qué necesitan para afrontar mejor su rol en el futuro. Tanto directivos de escuelas estatales como de escuelas privadas “señalan que requieren mejorar las condiciones laborales e institucionales relativas al salario, equipos, clima escolar, capacitación, tiempo, regreso a la presencialidad y ayuda económica”, señala el estudio.

También. Coinciden en que necesitan cambios en las normativas que apunten a desburocratizar y dar mayor autonomía a las escuelas.

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Claudia Romero. / Foto: Gentileza UTDT

#3 Preguntas a Claudia Romero. Ella es doctora en Educación, investigadora y profesora en la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT). Dirigió el estudio “Liderazgo heroico en las escuelas” que exploró el impacto socioemocional en directivos escolares durante el 2020, en contexto de la pandemia del COVID 19 en Argentina. De la investigación también participaron Fernando Zullo —licenciado en Educación— y Mayra Covos —licenciada en psicología— de la UTDT.

  • ¿Qué pasó con las directoras y los directores en 2020?

Directores y directoras fueron la cara de la escuela. Debieron atender distintos reclamos de las familias, tratar de no perder el vínculo con los estudiantes que no asistían a las clases y contactar a las familias para ver cómo estaban. También debieron atender las distintas situaciones por las que atravesaban las y los docentes. Contemplar y buscar subsanar la falta de conectividad y dispositivos. Responder pedidos e implementar órdenes de la supervisión y el ministerio.

Además. Muchas veces se informaban cuestiones relacionadas a la educación por los medios de comunicación. Entonces las familias demandaban precisiones a los directores que no contaban con información oficial.

Por otro lado. En muchas ocasiones debieron usar su propio criterio para resolver, por ejemplo los términos de la vuelta a la presencialidad, porque son los que conoce la realidad de su instituciones en cuanto a infraestructura, docentes y familias. Todo esto resultó sumamente estresante.

  • ¿Qué consecuencias creés que puede tener esta situación en los directores y las directoras?

Estudios internacionales. Marcan que esta situación aumenta la rotación y el deseo de dejar el cargo e incluso aceleran los procesos de jubilación. También puede desencadenar enfermedades. Pero nosotros como país no tenemos evidencias al respecto.

Lo que sí podemos ver. Es que estando afectada la función directiva, esto incide en el clima escolar. Una persona saturada no puede llevar adelante una comunicación exitosa, una atención con las familias y docentes exitosa.

También vemos que hay una exaltación del liderazgo heroico. Se ve a la tarea docente como un apostolado. No existe el permiso social de decir: “No quiero ver a un chico más”. Está exaltada culturalmente la vocación de sacrificio y eso hace que las alertas de cansancio que uno tiene no funcionen porque uno no puede parar y se termina quemando. Ese es el riesgo. El liderazgo heroico es muy costoso para las personas y el sistema educativo.

A eso hay que agregar. Que muchos chicos que no están en situación de vulnerabilidad, el año pasado se armaron planes y proyectos paralelos a la escuela y ahora les cuesta volver. Hay que enamorarlos y para eso se necesita de un clima escolar motivante, comprometido con desarrollar los proyectos de vida de los chicos. Por eso es tan grave que los directivos estén afectados emocionalmente, claves para generar el clima propicio para aprender.

  • ¿Qué aprendizajes creés que debería dejarnos lo vivido el año pasado?

Que es necesario promover el liderazgo profesional. No romantizar el liderazgo heroico porque termina con gente quemada. Y hay que formar a los directivos con herramientas que les permita enfrentar situaciones de crisis sin un compromiso emocional tan grande, ser más profesionales.

También necesitan. Más habilidades para comunicar, mejores capacidades de organización y más apoyo. Las autoridades deberían exigir menos y preguntar más: “qué necesita tu escuela”.

Pensemos. Que el sistema educativo no tuvo ese tiempo que tuvo el sistema de salud para adecuarse a las necesidades que imponía la pandemia. Y no hay nada peor para un director o un docente que no saber qué hacer porque él ocupa el lugar del saber. Eso pasó y sigue pasando.

Hay que desarrollar. Una política de cuidados para docentes y directivos. En el sistema educativo las personas son todo y no hubo inversión en el capital humano que es el que tiene que seguir con la escuela abierta. Algunas provincias están empezando a dar cursos, talleres para acompañarlos. Hay que profundizar ese cuidado.