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La Nacion.com
16/09/21

Cisnes negros y el efecto Hiroshima

El profesor del MBA y Executive MBA estimó algunas enseñanzas inesperadas que dejó el resultado de las PASO.

Por Andrés Hatum


Recorrida por el partido de Quilmes, luego de las elecciones primarias Legislativas 2021. Fabian Marelli

En 2007, el escritor Nassim Taleb acuñó un término que sería usado en diferentes ocasiones en un mundo cada vez más convulsionado: el “cisne negro”. Un “cisne negro” es un hecho sorpresivo que ocurre cuando nadie lo preveía, ya que era improbable que sucediera. Ahora bien, cuando sucede, termina teniendo un gran impacto. El resultado de las PASO tuvo el efecto de un cisne negro del tamaño de un cóndor.

Las PASO dejaron a los políticos con la boca abierta y, para variar, también a los encuestadores, que no pegan una desde hace tiempo. La buena noticia es que estas sorpresas son cachetazos a políticos narcisistas. Basta con ver los carteles que aparecieron en la noche de la votación en Quilmes, donde la intendenta kirchnerista Mayra Mendoza agradecía a sus vecinos. A la mañana siguiente retiraron los carteles, ya que el gobierno perdió la elección en el bastión K. No está bueno ser agradecido cuando uno pierde.

Las PASO nos dejan algunas enseñanzas. La primera es que la gente se cansó de la impunidad, llámese el vacunatorio vip, las festicholas presidenciales cuando todos estábamos encerrados y el cierre de las escuelas, que generará muchos problemas por mucho tiempo. Segundo, la gente se cansó de la pobreza. Los argentinos no se resignan a ser pobres y que eso esté bien. El reclamo de trabajo en vez de subsidios es cada vez más ruidoso. Y, finalmente, estas elecciones les dejan un mensaje muy claro a los políticos que se duermen en el suave aroma del poder: no hay que dormirse en los laureles. Nada peor para un político que enamorarse del poder. El poder en exceso genera una sensación soporífera de la que es difícil salir.

Cristina Kirchner no logró entender las necesidades de la sociedad, algo que tan bien hizo en las elecciones presidenciales cuando su dedo mágico eligió al candidato a presidente de su partido. El narcisismo es el peor pecado de un dirigente, ya que solo puede mirarse en el espejo de la vanidad, y eso impide cualquier apertura mental sobre lo que está pasando a su alrededor.

Pero Cristina no es la única que no leyó el contexto. En el braille social que le es cada vez más esquivo a la dirigencia política, el presidente de la Nación también tiene responsabilidad por la ceguera. Pareciera que sus conciudadanos ya no le creen más. El dedito acusador a aquellos que rompieran la cuarentena tuvo que bajarlo al incurrir él mismo en una ilegalidad.

La historia es muy clara sobre la importancia de no creer que todo está ganado de entrada. El 26 de julio de 1945, el Partido Conservador al mando de Winston Churchill perdió las elecciones en el Reino Unido. ¿Por qué Churchill ganó la guerra y perdió las elecciones?

La derrota fue sorprendente hasta para el propio Churchill, que convocó los comicios estando seguro de que se iba a llevar la victoria. La tensa campaña llevada a cabo por Winston Churchill tal vez lo hundió. La gente ya no quería esa tensión, había pasado por una guerra espantosa y desgastante. Eran otros tiempos y el líder que izó el estandarte de la libertad frente a Hitler sucumbió por no poder leer el ánimo social.

El 25 de octubre de 1951, Winston Churchill ganó las elecciones. Era un líder más sosegado que había entendido que el camino iba por otra parte. Tal vez el Gobierno tenga que estar muy atento a lo que la gente quiere y evitar el efecto Hiroshima: mirar al cielo y no entender que lo que está cayendo no es lluvia sino una bomba.

PhD, profesor de la UTDT y autor de Infierno: líderes y organizaciones que matan