A partir de diciembre del 2019, la ciencia, la cultura y la política del mundo comenzaron a producir diariamente una masa de datos previamente inimaginable para entender la naturaleza del COVID-19 y sus efectos sobre nuestro mundo-de-la-vida. Estos esfuerzos colectivos representan un cambio en cantidad, pero también en sustancia, que han permitido que todos nosotros hayamos observado el shock producido por el COVID-19 con una velocidad antes impensable, en forma global y local, social e individual, desde una variedad de datos clínicos, sociales, económicos y políticos. El objetivo de este artículo es entender la relación entre información y ciencia política en el contexto actual, describir las agendas generadas por la crisis del COVID-19 y discutir el modo en que las demandas profesionales prometen acelerar nuevas formas de colaboración en ciencia política, la colaboración con otras disciplinas, así como también las desigualdades que ello genera.

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http://www.politicaygobierno.cide.edu/index.php/pyg/article/view/1542