Tomás Iakub tiene 27 años, a los 19 años arrancó su primera empresa. Patentó y comercializó palitos para selfie en 2014. Se le cayó un pedido de 200.000 y todo se vino abajo. Se fue trabajar a una empresa y en 2018 volvió a intentarlo. Creó Simpleat comidas congeladas listas en minutos, vende con su socio desde su propia página y entregan las comidas al día siguiente. Abrió oficinas en México, este año planea vender 500.000 platos anuales y llegar a Chile.

Iakub estudió en la Universidad Di Tella, su padre es gastronómico y su mamá arquitecta. “La manzana no cae lejos del árbol”, dice cuando lo cuenta. Se asoció con Kenneth Sly, un joven de 29 años que parece extranjero, pero es argentino. Ofrecen platos de comida congelados pero con el gusto intacto, que se hacen en 15 minutos de agua hirviendo o 5 minutos de microondas.  

Empezaron hace tres años, invirtieron 85.000 dólares y en el primer año vendieron 10.000 platos. En 2020, planearon vender 50.000 y con la pandemia batieron récords y alcanzaron los 200.000. Construyeron una empresa que hoy tiene 35 empleados y antes de fin de año, duplicará el personal y llegará a Chile. Este año quieren vender 400.000 platos en el país y 100.000 en México.

“Queremos expandirnos pronto a Latinoamérica. No hay ningún player que lidere la región en el segmento ready to eat o listo para comer. Ofrecemos más de 50 platos en Argentina y 40 en México. Todos los platos son sanos, gourmet, saludables, vegetarianos, hasta locro ofrecen y  hay postres y jugos. Llegamos a Capital Federal y Gran Buenos Aires y antes de fin de año, llegaremos a Rosario y Córdoba. Nuestro público es el comprador que vive una vida acelerada y valora el tiempo libre y las soluciones que le permitan tener más tiempo. Gente de 22 a 65 años”, contó a BAE Negocios.

Platos caseros congelados listos en pocos minutos

Fue elegida por Startup Chile como una de las mejores startups de la región. En una ronda de inversión reunieron 600.000 dólares gracias al fondo mexicano NOA Capital, dueño de la segunda entre las cadenas de supermercados más grandes de México; Angel Ventures, el fondo corporativo de Nestlé; el fondo argentino Glocal Ventures, el fondo chileno Alaya Capital e inversores privados como Guilherme Bonifacio, co-fundador de Mercê do Bairro e iFood, y Diego Libanio, co-fundador de Zé Delivery y Mercê do Bairro.

Acostumbrado a convencer con Simpleat a inversores, la pregunta es cuál es la clave. El dueño de Simpleat respondió: “Los inversores invierten en personas, no en las empresas. Pudimos generar un equipo muy sólido que ayudo a convencerlos que la empresa va a pasar por muchas instancias, a nivel tecnología, ejecución y management. Ven lo que crecimos y confían en nosotros”.

Cuando se le pregunta a quienes le gustaría seducir con su startup, no lo duda: “En Argentina, me gustaría sumar a Pierpaolo Barbieri y a Marcos Galperín. A nivel general, me interesa Jeff Bezos con su Venture Capital. Si hay algo que tienen en común es que han generado impacto y han dejado una huella, lograron esa misión con buena ejecución y estrategia.  Me gustaría que sean parte del board, que puedan ser parte de la visión estratégica de la empresa. Mi sueño es en cinco años estar en toda Latinoamérica y ser la empresa líder del segmento directo a casa”.

Simpleat busca personal

Tienen un staff de 35 personas pero quieren duplicarlo. Están en busca de personal para el área de marketing, producto, tecnología y operaciones. Los interesados, sólo tienen que postularse y enviar su CV al mail: quiero@simpleat.com.ar

A diferencia de otras empresas, Simpleat creció en tiempos de coronavirus. “La pandemia fue una bisagra, fue un boom crecimos 4,15 veces más. Aceleró todos los procesos y generó una nueva área de b to b. Muchas empresas decidieron darle a los empleados las comidas  diarias. Mercado Libre le financia el costo del 70% de los platos Simpleat a sus empleados. Natura le banca el 100% a todos sus empleados. Varias empresas tecnológicas,  software, que venden sus servicios al exterior, siendo aún más chicas le pagan el 100% de la comida a sus empleados, hay una que no sólo le paga a sus empleados, sino también a todos los miembros de su familia. Para poder conquistar talentos dan muchos beneficios”.

Cuando se le pregunta que enseñanza le dejó haberse fundido con el negocio de los palitos del selfie, no duda: “Son golpes de los que se aprende muchísimo. No se lo deseo a nadie, pero es lo mejor que te puede pasar, uno sale fortalecido. Fue duro, se nos cayó una venta gigante y nos mató mentalmente.  En ese momento parecía el fin del mundo, hoy los palitos son una anécdota. Pero vale aclarar que los creamos antes que los chinos”, cuenta risueño.

La comida congelada que está lista en cinco minutos de microondas