Eduardo Levy Yeyati, decano de la Escuela de Gobierno y profesor de la Maestría en Políticas Públicas, fue entrevistado en el programa "Café con Pepe" sobre la confianza en el gobierno. El economista consideró que la pandemia "destruyó aun más la riqueza del país, lo que reduce su capacidad de pago y de hacer políticas porque no le quedan recursos fiscales para distribuir". A esto agregó que se suma "la falta de liderazgo, visión o camino señalado por parte del gobierno, que ha dado muchas marchas y contramarchas y revertido muchas políticas en busca de una salida por implementación de políticas que a mi juicio nunca tuvieron éxito en Argentina". "Es una combinación que deja bastante poco que desear y hoy no está muy claro cómo piensa el gobierno orientar la salida o la recuperación de la crisis", señaló.

Respecto al presupuesto, Levy Yeyati sostuvo que "en Argentina el presupuesto es la herramienta fundamental para hacer política". "El presupuesto es un presupuesto heredado que deben redireccionar y repriorizar y, al final del día, es todo el espacio que uno tiene para crear o reventar el barco", dijo. "Hoy ni siquiera tenemos eso para orientar expectativas y a medida que la crisis se profundice el gobierno va a tener la tentación y la necesidad de gastar más, y ni siquiera sabemos de dónde va a sacar ese dinero, pero seguramente va a ser de más impuestos o de impuestos inflacionarios y ahí va a estar distorsionado lo que dice el presupuesto del año pasado", analizó. 

Respecto a la pregunta de si Argentina está tocando fondo, Levy Yeyati sostuvo que no lo cree. "Yo no estoy seguro que estemos tocando fondo, es muy difícil determinar dónde está el fondo", dijo, y agregó: "Podemos estar peor. A medida que no cambiemos la calidad de las políticas y no tengamos una visión que pueda acercar a las partes y aprobar una reforma con una mayoría que la haga sostenible en el tiempo, podemos estar aun peor", dijo, y agregó: "La idea de que las crisis generan su propio remedio es una idea muy intuitiva pero que no hemos visto en Argentina porque hemos pasado crisis terminales y si uno mira para atrás no ha habido cambios tan drásticos, no hemos cambiado la forma de pensar la política o que la sociedad piensa al Estado".

El economista también habló de la pérdida de credibilidad del gobierno: "A lo largo de los últimos años implementamos políticas que revertimos a los dos, tres, cuatro años, a veces en el mismo gobierno. Ese ida y vuelta genera una volatilidad y temporalidad de las políticas donde luego cualquier cosa que diga el gobierno, hace que el agente privado, el consumidor, el inversor diga 'no, vamos a esperar tres/cuatro años a ver cuánto dura', y eso destruye la capacidad de hacer políticas de un gobierno, y ni hablar si ese gobierno no tiene una voz que lo represente". "Si un gobierno con poca credibilidad aparte deslegitima y reduce la capacidad de liderazgo de los ministros, tenemos un agravamiento de un problema anterior", señaló. 

Respecto al diálogo entre el oficialismo y la oposición, sostuvo que "hubo un espacio al inicio de la pandemia, el año pasado, para que el gobierno convocara a este tipo de colaboración, que no implica coincidencias o consensos, sino trabajar con acompañamiento de la oposición". "La oposición no se puede responsabilizar de las políticas publicas que elige un gobierno que aparte piensa muy distinto, pero el gobierno podría haber llamado a una mesa donde se discutiera, de la misma forma que lo hizo con el jefe de gobierno de la ciudad con algunas medidas sanitarias especificas al comienzo de la crisis", sostuvo. Según el economista, "el gobierno cambió su estrategia y antagonizó con la oposición y la Ciudad de Buenos Aires". "También es cierto que en un ambiente polarizado como Argentina paga más políticamente tomar el extremo que sentarse a negociar y puede ser que la oposición se haya visto tentada o succionada por esta polarización creciente y tuvo una actitud menos acompañadora", dijo, y concluyó: "Ahora es muy difícil de reconstruir en el medio de un año electoral y con una crisis que causó más costos y muertes de las que debería haber causado".

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