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El Cronista Digital
1/03/21

Uruguay: el nuevo país estrella al que miran las multinacionales que ya dejaron de pensar en Argentina

Andrés Hatum, profesor de la Escuela de Negocios, describió los factores que desalientan a las empresas a contratar personal.

Por Florencia Borrilli


A fines de septiembre del año último, Coca-Cola anunció una reorganización de su estructura en toda la región que implicó la mudanza de las oficinas del cono sur de Buenos Aires a Río de Janeiro, Brasil. Durante muchos años, la Argentina fue la sede regional para los negocios de la multinacional de bebidas en Uruguay, Paraguay, Chile, Bolivia y hasta Perú, además del mercado local. Ahora, las decisiones regionales se tomarán desde Brasil, ya que el país vecino pasó a formar parte de la nueva división interna. 

La decisión de Coca-Cola sorprendió pero no representa un hecho aislado. Con años de recesión, incertidumbre macro y devaluaciones varias, la Argentina viene perdiendo peso como mercado dentro de los organigramas de las multinacionales. "Hoy, muchas compañías como Falabella se están vendiendo y dejando el país y otras sedes regionales se están moviendo hacia afuera", remarca Andrés Hatum, profesor de la Escuela de Negocios de Universidad Di Tella.

En los últimos 15 años, oficinas que estaban en Buenos Aires migraron a Santiago de Chile (Chile), San Pablo (Brasil) o Bogotá (Colombia), advierten headhunters y académicos. "Este proceso se aceleró por la pandemia. No sorprende que la inversión bruta del año pasado haya sido una de las más bajas de la historia", observa Roberto Vassolo, profesor del IAE Business School de la Universidad Austral. "Ante la inutilidad de un sistema impositivo que se hace inviable, las empresas se terminan por ir, aunque no lo hacen rápido porque la decisión de armar una planta toma años", enfatiza. 

 Julián Irigoin (IAE). 

"Si estás en un sector regulado como los servicios públicos, las tarifas se hacen inviables por la inflación. Si estás en un sector exportador como el agro, te distorsionan el funcionamiento a través de las retenciones", continúa con el análisis Vassolo. Las empresas que durante la pandemia decidieron abandonar sus operaciones en el país tienen la preocupación de hacerlo de forma ordenada, cediendo o vendiendo su operación a otro jugador o reduciendo su participación. También hay organizaciones que decidieron eliminar sus estructuras regionales y emplazarlas en otra región. Según Matías Arturo, Líder de Estrategia y Consultoría de Accenture para Sudamérica Hispana, existe una relación directa en este tipo de decisiones por la situación estructural de la Argentina respecto de su capacidad de ofrecer compensaciones competitivas (dolarizadas), donde los recursos humanos -desde altos mandos hasta posiciones junior- conocen su valor en otros mercados. 

Daniel Iriarte, director de Glue Executive Search, dice que, con la actual coyuntura, muchas compañías comenzaron a replantearse sus planes estratégicos. "Están evaluando si concentrarse en una restructuración o poner las fichas en mercados más importantes", indica. Y agrega un dato: "Estamos viendo cada vez más a Montevideo como headquarter de operaciones en la región, sobre todo en la industria de la logística". Uruguay goza de seguridad jurídica, relativa estabilidad macro y buena calidad de vida. Además, cuenta con una política de incentivo a la inversión para la Zona Franca. "Al tener un mercado interno pequeño, hace que un rol regional localizado en el país pueda tener una mirada verdaderamente regional", confiesa el ejecutivo. "A veces si el rol regional está basado en un mercado grande, la propia dinámica de ese mercado termina consumiendo gran parte de la atención del ejecutivo, perdiendo regionalidad", añade.

Asimismo, los salarios en el país vecino son mucho más altos y su paquete de compensación y beneficios no está devaluado. "Uruguay necesita de inversiones extranjeras para sobrevivir, ya que no tiene mucho crecimiento demográfico, sobre todo en lo que respecta a su fuerza laboral", señala Amanda García, directora Regional de Personas y Cultura en Megalabs. 

OTROS FACTORES 

A la situación macro, con la inflación como uno de los obstáculos más notorios, se suman las regulaciones laborales en la lista que evalúan las compañías para decidir dónde ubicar su sede. "En algún momento el peso del costo laboral, la legislación laboral y los sindicatos con poder fue más fuerte que el del propio talento argentino", indica Julián Irigoin, profesor de Comportamiento humano del IAE Business School. Y añade: "Si tenés talentos argentinos, pero una legislación que no acompaña, ¿cuál sería la ventaja de poner los headquartes acá?". 

 Daniel Iriarte (Glue Executive Search). 

Para Hatum, la Argentina puede pasar a ser un mercado marginal. "Hoy, antes de contratar, las empresas lo piensan 10 veces. Hay que generar un proceso de adaptación, que los sindicatos encuentren su nuevo rol, con leyes que brinden más trabajo y no sean restrictivas a la posibilidad de contratar", afirma. "A los efectos de hacer negocios hay que rediseñar la escala impositiva del país, porque como está diseñada es inviable, y hay que reducir dramáticamente las regulaciones", explica Vassolo. Y agrega: "Es difícil hacer negocios y tener el 30 o 40 por ciento de inflación. Descontando a Venezuela, en todos los países de Latinoamérica la inflación es de un dígito. Este es uno de los problemas más grandes que enfrenta una multinacional", sigue. 

"La falta de seguridad jurídica, los cambios en las reglas de juego, la legislación laboral que atenta contra el trabajo, sumado a los niveles de intervencionismo creciente, conspiran contra el establecimiento de empresas multinacionales", finaliza Irigoin.

La versión original de esta nota se publicó en el número 326 de Revista Apertura.

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