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1/02/21

Claudia Romero: “El sistema educativo mostró una enorme fragilidad en su capacidad para garantizar la igualdad de oportunidades”

La profesora del Área de Educación de la Escuela de Gobierno e investigadora asociada al CEPE participó de La Noche de las Ideas, donde habló de las desigualdades educativas expuestas durante la pandemia.


Claudia Romero, profesora del Área de Educación de la Escuela de Gobierno e investigadora asociada al CEPE, participó de La Noche de las Ideas, donde habló de las desigualdades educativas expuestas durante la pandemia. Esta “escolarización sin escuelas” es lo que “la organización de las Naciones Unidas llamó catástrofe generacional, en la medida en que no estamos pudiendo ni hemos podido garantizar el derecho a la educación y suponemos que tendrá consecuencias importantes en esta generación de niños y jóvenes”, advirtió.

“Durante la pandemia se profundizaron las desigualdades sociales, pero también las desigualdades escolares, educativas”, dijo Romero. Este era, agregó la profesora, un “fenómeno preexistente” que aumentó “porque la escolarización que se asumió estuvo apoyada en dos supuestos regresivos y que llevaron a una escolarización diferenciada”.

Romero explicó que esta escolarización diferenciada se divide en tres categorías. Primero, las “escuelas Zoom”, “con clases todos los días, casi replicando la presencialidad como cuando las escuelas estaban abiertas”. Y agregó: “La escuela Zoom era para pocos, para los que tenían conectividad, dispositivos y escuelas con capacidad de organizarse”, sostuvo. Segundo, las “escuelas Whatsapp”, “son las escuelas o los intercambios escolares que se pudieron llevar adelante cuando no había buena conectividad o dispositivos y las familias sólo disponían de un teléfono celular o de varios teléfonos celulares y una conexión de datos que era intermitente”. Y tercero, “los desconectados”, “chicos que quedaron fuera de este circuito, en principio, por quedar fuera de la conectividad tecnológica, que quedaron fuera en cierta medida porque ya estaban fuera o en los bordes de la escuela”.

“Esta escolarización se apoyó en supuestos regresivos porque los más vulnerables justamente carecían de conectividad y dispositivos tecnológicos en sus hogares que les permitieran acceder a una escolarización remota”, dijo, ya agregó: “Pero también un supuesto importante era que en las casas existirían adultos con capital cultural suficiente para acompañar a los niños y a los jóvenes en las tareas escolares, y sabemos que hay una estrecha relación entre nivel socioeconómico y capital cultural de las familias, con lo cual los niños que más necesitaban acompañamiento eran, probablemente, los que tenían menos adultos disponibles y con habilidades para ayudarlos”. 

“El sistema educativo mostró una enorme fragilidad en su capacidad para garantizar la igualdad de oportunidades, que es la gran promesa de la escuela”, explicó. Esto se debe, dijo Romero citando al sociólogo François Dubet, a que “la desigualdad educativa no se puede explicar por una inercia”, sino que “se explica por una preferencia por la desigualdad, que se debe a una crisis de solidaridad, puesto que no nos sentimos parte de un territorio común ni con un lazo que nos une a los otros y nos hace desear la igualdad de todos”.

Esta es, según Romero, “la cara más oscura de la pandemia y la educación”. “En Argentina se calcula que hay un poco más de un millón de chicos que perdieron todo contacto con las escuelas y que probablemente no vuelvan cuando se abran las escuelas. Y esta va a ser una pérdida tremenda para nuestro sistema educativo y también para los derechos profundamente lesionados de tantos chicos”, sostuvo.

La disertación completa, acá: