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9/11/20

Claudia Romero, sobre la escolarización remota: “Los datos oficiales estiman que hay, por lo menos, un millón de chicos que han perdido contacto”

La profesora del Área de Educación de la Escuela de Gobierno e investigadora asociada del CEPE fue entrevistada en el programa “No esperen milagros”, donde analizó los efectos de las clases remotas en los alumnos escolares.

Por Martín Bidegaray


Claudia Romero, profesora del Área de Educación de la Escuela de Gobierno e investigadora asociada del CEPE, participó del programa “No esperen milagros”, donde habló de los efectos de las clases remotas sobre los alumnos. Las mediciones, según Romero, todavía están en proceso. El estudio comenzó alrededor de la décima semana de la cuarentena y ya, en ese momento, identificó tres modalidades distintas y desiguales de escolarización. 

La primera es la modalidad de “las escuelas zoom”. “Son las que utilizaron esa plataforma, u otras similares, donde los chicos tenían clases prácticamente todos los días, replicando, de algún modo, la presencialidad”, dijo. La segunda, ”las escuelas Whatsapp”, “son escuelas con una intensidad menor, con un intercambio de una, dos o tres veces por semana centrado en la herramienta de Whatsapp a través de mensajes asincrónicos para el segmento de la población que tenía acceso a través de internet por datos y telefonía celular”. La tercera es el “grupo de los desconectados”. Este representaría a aquellos que carecen de dispositivos y conectividad, pero, también, aquellos de las clases medias que “quedaron desconectados por razones psicoemocionales”. “Los datos oficiales estiman que hay por lo menos un millón de chicos que han perdido contacto”, dijo.

A esta problemática se suma otra: “En Argentina el problema que tenemos es que, como no se evaluaron a los alumnos para saber qué se aprendió y que no, eso recién lo vamos a saber una vez que se reanuden las clases y se realicen evaluaciones”. “Sí se realizaron estudios internacionales, como los del Banco Mundial, donde se habla de una pérdida de entre el 50 u 80% de los contenidos de aprendizaje en relación a las distintas materias y contenidos previstos para cada año”, señaló.

Aún así, no es lo único que se perdió. “Sin duda hay una pérdida de contenido, pero lo que se perdió en todos los casos es la dimensión colectiva del aprendizaje, es decir, la escuela”, dijo, y agregó: “La escuela es aprender juntos, y esto es lo que ninguna forma de la escolarización remota pudo sostener”. 

Esto dejaría diferentes secuelas. “La primera secuela es la profundización de las desigualdades”, sostuvo Romero, debido a la falta de acceso previamente mencionada. Esto se relaciona con el acompañamiento que pueden dar las familias a sus hijos: “Este dispositivo de escolarización remota necesitaba del acompañamiento de las familias. Y por eso también va a ser desigual, porque las condiciones no son sólo económicas y sociales, sino también laborales en familias que son muy distintas”.