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Clarín
1/11/20

Gerchunoff: “Nadie ha logrado resolver el problema de la moneda”

El profesor emérito del Dpto. de Estudios Históricos y Sociales explicó el rol histórico de la moneda nacional en la economía argentina.

Por Silvia Naishtat


Indefectiblemente, los pesos siempre terminan convirtiéndose en dólares.

Por momentos con humor, tan necesario en estos tiempos ásperos, tres expertos debatieron la relación de los argentinos con el dólar. ¿Amamos el dólar o huimos del peso? ¿Nuestro comportamiento es autodestructivo o defensivo? ¿Se trata de un fenómeno global o neurosis argentina? Estos fueron algunos de los disparadores que lanzó Guillermo Rozenwurcel, profesor de la Universidad de San Martín y organizador del encuentro. El historiador y economista Pablo Gerchunoff lo abordó con un análisis atravesado por varios acontecimientos. Y junto a los economistas Carlos Leyba y Pablo Goldín coincidieron en definir ese vínculo como "el derrotero sin norte de la moneda argentina".

Para los tres es determinante el rol de las exportaciones. Goldin apunto al dólar, como "el trauma de la Argentina" y recordó que el dólar de la megadevalución de Celestino Rodrigo en 1975 equivale a $20 actuales. Este dólar de $84 es muy competitivo. "Pero la brecha con el paralelo es de pánico en un contexto político con un peronismo raro y una vicepresidente con poder inédito".

Leyba puntualizó que el dólar es un gran factor de atracción en el mundo, pero que en la Argentina la magnitud de la fuga de capitales impide crecer en un contexto en que el Estado multiplicó su tamaño sin dar respuesta en educación, salud y seguridad, lo que habla de su ineficiencia. “la Argentina ha dejado de producir. Al levantamiento de los ferrocarriles en silencio y en democracia en los años 90, lo estamos padeciendo hoy con los costos logísticos”. Leyba compartió cifras que duelen. Entre 1975 y 2020 el PBI argentino creció 0,2% por año y la pobreza al 7% anual acumulativo. De paso, recordó que Argentina carece de una ley de inversiones como la que tienen la mayoría de los países con incentivos para atraer capitales.

En una sala virtual poblada por otros economistas como Susana Szapiro y ex funcionarios como Beatriz Nofal y Sebastián Katz, Gerchunoff arrancó: “La Argentina es un caso de desencuentros entre los argentinos y su moneda. Esos desencuentros comenzaron en 1812 con la pérdida del Potosí, que no fue solamente la pérdida de la posibilidad de ser un país minero, además de ser después un país ganadero y finalmente un país agroganadero, sino que fue también la pérdida del financiamiento del Estado nacional en ciernes. Esa tragedia desarticuló la posibilidad de construir un orden nacional temprano”, dijo.

Luego se refirió a diversos momentos como la identificación con una moneda en tiempos de Carlos Pellegrini y la primavera exportadora hasta 1929. De acuerdo con Gerchunoff, en los años 30 aparece en la historia argentina la idea de escasez de dólares. “Argentina sufre la Gran Depresión, sufre la Crisis del 30 más que cualquier otro país de la región y probablemente más que cualquier otro productor de materias primas en el mundo. En parte, porque Estados Unidos, exporta lo mismo que los argentinos. Ese es un punto absolutamente crucial. Podemos exportar, pero estamos exportando lo mismo que la gran potencia hegemónica”.

Para Gerchunoff otra señal de largada de las dificultades es el momento en que las exportaciones se estancan. “Independientemente que gobierne una tradición nacional popular o gobierne una tradición liberal, lo que está pasando es básicamente lo mismo. Entre 2011 y 2019 hay cuatro años de gobierno de Cristina y cuatro años de Macri, cuatro años de tradición nacional popular y cuatro años de tradición liberal. Cristina termina su mandato con un cierto déficit de la cuenta corriente externo y un cierto déficit fiscal. Y cuando Macri termina sus primeros dos años, los años pre crisis de su mandato, termina con el mismo desequilibrio de las cuentas externas y con el mismo desequilibrio fiscal, pero además lo que los une, lo que los hace gemelos en cierto sentido es que la formación de activos externos netos sigue siendo muy fuerte. Fue con Cristina y algo más fuerte con Macri. Nadie ha logrado resolver el problema de la moneda”.

De acuerdo a su razonamiento, la moneda en tanto está en manos de los ahorristas se convierte en la medida de lo posible en dólares. “Los controles de cambios son intentos de detenerlo y a veces se los puede detener pero no es fácil detenerlos para siempre. Y si Macri se financia con los mercados de capitales, Cristina lo hace con la des-acumulación de reservas, que es como una especie de hermano gemelo de la acumulación de deuda. Y mientras tanto lo que está ocurriendo es la formación de activos externos netos que sigue allí persistente. ¿Hasta cuándo? Por lo menos hasta hoy”.

En su visión, “2020 es un año muy trágico e interesante para el análisis. Es un año en que uno podría esperar que después de tanto desasosiego, detrás de tanto agobio, como dijo Cristina, que reestructurada la deuda, tomara ciertas decisiones mágicas y toda esa dinámica dolarizadora al menos se detuviera”.

-¿Por qué no ocurrió?, se le preguntó.

-Porque 2020 es un rayo en un día de sol. Es una pandemia con efectos tan potentes en términos fiscales y de emisión monetaria para financiar a ese fisco en desequilibrio que nos conduce y nos devuelve y nos evoca el punto de partida, de aquellos años que van de 1911-1912 a 1982, que fueron años de guerras, finanzas colapsadas, control de cambios y emisión inflacionaria. 2020 es una evocación del pasado, es el fin de una parábola que nos lleva al punto de partida y es una buena ocasión para que vengamos de donde vengamos, nos pongamos a pensar de nuevo.


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