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13/10/20

Leandro Arozamena: "El efecto radioeléctrico fue central para que las subastas empezaran a tener un ida y vuelta interesante en su aplicación"

El profesor del Dpto. de Economía fue consultado sobre la teoría de las subastas luego de que dos economistas recibieran el Premio Nobel por sus investigaciones al respecto.

Por Julieta Tarrés



Leandro Arozamena, profesor del Dpto. de Economía, fue entrevistado por Julieta Tarrés en el programa CNN Economía sobre la teoría de las subastas a partir del Premio Nobel de Economía que recibieron dos expertos en el tema. El economista consideró a los ganadores, Paul Milgrom y Robert Wilson, “dos personas que además de hacer un montón de contribuciones teóricas, cambiaron mucho la práctica en un montón de circunstancias”.

“Uno dice subastas y licitaciones y no contempla si es realmente algo importante, porque por ahí piensa en un remate de un cuadro famoso en una de estas casas especializadas. Pero hay un montón de subastas en contextos muy distintos”, dijo. Arozamena explicó que “el sector público hace casi todas sus compras con licitaciones”, que es una forma de subastas. Lo mismo ocurre con el precio de la electricidad, que se determina a partir de una licitación en la que participan los generadores de la misma. 

Respecto al caso específico de Wilson y Milgrom, su especialización es el efecto radioeléctrico. “El efecto radioeléctrico es algo en lo que Wilson y Milgrom participaron muchísimo y que fue central para que las subastas empezara a tener un ida y vuelta interesante en su aplicación en el mundo real”, explicó el economista. Luego precisó que en los años 90 comenzaron a realizar licitaciones de espectro en Estados Unidos, es decir, “licencias para operar ciertos segmentos de banda para comunicaciones personales”. Esto se hacía de forma arbitraria, sostuvo, debido a que había un alto porcentaje de lobbies a la hora de elegir los proyectos. “Eso no era muy atractivo, en un momento se empezó a hacer sorteos para evitar el trabajo de lobby pero generaban un montón de reventas”, añadió.

“Entonces, ahí apareció un movimiento muy grande de las autoridades regulatorias de ese momento, y de economistas como Wilson y Milgrom, que diseñaron una subasta nueva que no se había usado nunca”, dijo, y agregó: “Lo que hicieron fue conceder las licencias subastándolas simultáneamente para que cada uno de los postores pudiera ver dónde iba ganando y perdiendo para ajustarse a esos valores. Y eso le dio mucho dinero al gobierno de Estados Unidos”. Esto continuó aplicándose en distintas partes del mundo con distintos resultados.

Arozamena remarcó que más allá de la sofisticación que puedan aparentar las subastas, hoy en día están en todos lados: “Si hoy uno hace una búsqueda en Google le aparecen publicidades que se están subastando en tiempo real. No hace falta ir tan lejos o pensar en grandes volúmenes de dinero para encontrar algo que lo afecte a uno y esté hecho por una subasta”.

Respecto a si las subastas le generan algún beneficio al mercado, el economista sostuvo que sí. “A uno le interesa generar un mercado eficiente y razonablemente competitivo. Para el consumidor eso termina generando mejores servicios y también, si mantenemos un nivel de competencia, precios más bajos”, dijo. “Entonces, el mecanismo que varios economistas importantes fueron desarrollando con el paso del tiempo es una especie de subastas con ronda para que vayamos aprendiendo cómo funciona el mercado y para generar un resultado más eficiente. El resultado final fundamental es que las licencias terminen bien repartidas y en las manos de quienes las van a operar mejor”, concluyó. 

La entrevista completá, acá: