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30/06/20

Las hermanas tucumanas que crearon su marca de maquillaje y venden en todo el país

Agostina Mazza, graduada del MBA, diseñó junto a su hermana Antonella una marca de maquillaje que venden en todo el país.

Por Eugenia Iglesias


Lo que empezó como un trabajo de fin de semana se convirtió en un negocio de tiempo completo para las hermanas Agostina y Antonella Mazza. Mientras eran estudiantes, Agostina de Arquitectura y Antonella de Administración de Empresas, vendían maquillajes a través de redes sociales y Agostina (también maquilladora) daba clases.

“Nos presentamos en Instagram como dos chicas comunes y corriente que enseñábamos a maquillarse rápido y en pocos pasos, con un contenido muy casero. Empezaron a crecer las consultas y vimos que teníamos una comunidad súper fiel. A la vez, veíamos que la única forma de tener buenos productos a un buen precio era si alguien viajaba a te traía de afuera. Vimos una oportunidad”, recuerda Agostina, la mayor de las hermanas que comenzaron la empresa en 2014 desde Yerba Buena, Tucumán.

Ya con título en la mano, repartían su tiempo con trabajos tradicionales: la arquitecta en una empresa constructora y la administradora en una firma ganadera. Hasta que en 2016 Agostina decidió anotarse en un MBA y dedicarse full tima a Mazz, como bautizaron a su empresa de maquillaje. Para arrancar, invirtieron US$ 125.000 y trabajaron con laboratorios para crear un producto de calidad a buen precio, con el plus de diseño. “Participamos de toda la cadena de producción. Intercedemos en todo: desde el packaging y las etiquetas hasta la creación de las fórmulas, que son exclusivas para nosotras”, dice.

Hoy tienen una cartera con 50 productos que incluye artículos para labios (en barra y brillo), ojos (sombra, máscara de pestañas y delineador), piel (con los productos más pedidos, los polvos iluminadores y de contorno), accesorios como pinceles y, lo más reciente, su línea de cuidado de piel que incluye primer y agua micelar. Fabrican unos 25.000 productos al año, todos de industria nacional, están en camino a certificar como empresa cruelty free y una parte del portafolio también es libre de parabenos. “Creamos una marca para mujeres 360. “Que estudian, trabajan, tienen hijos… y no pueden estar mil horas maquillándose. En eso nos basamos para la comunicación y la creación de los productos, que tienen muchos usos”, explica la mayor.



Iniciaron la comercialización a través de un e-commerce propio (llegan a todo el país), y con el tiempo fueron sumando puntos de reventa, como estudios de maquillaje y locales multimarca. Además, en Yerba Buena tienen un local exclusivo y a futuro esperan crecer con más de estas tiendas propias. El segundo iba a abrir sus puertas en la ciudad de Buenos Aires, pero la cuarentena aplazó su inauguración.

 Por el perfil de cada una, Agostina asegura que son el complemento perfecto: ella desde el lado creativo y el marketing, y Antonella desde lo comercial y administrativo: “Siempre nos llevamos muy bien, tenemos los mismos valores y además nos complementamos. Yo soy toda la parte artística y ella es la que me baja a tierra. Cada una tiene su área muy definida y la respetamos, aunque nos consultamos todos”.

A futuro, el crecimiento de la marca seguirá por el skin care, que con los primeros productos tuvo muy buena repercusión, y en medio de la pandemia lanzamos su línea de serums. Pero la idea de las hermanas es seguir sumando nuevos ítems. “Buscamos hacer productos atemporales, que no pasen de moda y puedan usarse todo el año”, indican.

El objetivo, además, es seguir creciendo con sus puntos de venta físicos e, incluso, el dúo ya está hablando de la posibilidad de exportar a países limítrofes. “Somos omnicanales y queremos seguir apuntalando la pata física”, proyecta Agostina.