La cuenta de Twitter oficial del partido PRO publicó el último lunes un gráfico que da cuenta de la cantidad de decretos de necesidad y urgencia (DNU) emitidos en cada Presidencia. Y señala: “En sus primeros seis meses, el Presidente Alberto Fernández publicó 44 DNU, un promedio de 7,33 por mes, cinco veces más que Mauricio Macri en su gestión”. Los datos son correctos, pero la comparación es engañosa.

Desde el 10 de diciembre de 2019, cuando Fernández asumió la Presidencia, se dictaron 44 decretos de necesidad y urgencia, según la base de DNU que publica el Sistema Argentino de Información Jurídica, que depende del Ministerio de Justicia de la Nación. Teniendo en cuenta que su gestión lleva poco más de 6 meses, esto da un promedio de 7,33 DNU por mes. Macri, por su parte, dictó 70 DNU en sus 4 años de Presidencia. Esto da como resultado un promedio de 1,45 decreto de este tipo por mes.

Es decir que ambos datos coinciden con el gráfico publicado por el PRO, que señala, por otra parte, que la Presidencia con más DNU dictados por mes fue la de Eduardo Duhalde, entre 2002 y 2003, y que la gestión con menos DNU fue la de Cristina Fernández de Kirchner, con 0,84 DNU por mes.

Pero vale hacer una aclaración. La Presidencia de Fernández está atravesada por una pandemia que obligó al actual gobierno y a muchos países del mundo a dictar la emergencia sanitaria (que en el caso argentino ya existía y fue ampliada), a partir de la cual se han dictados muchos DNU que han dispuesto medidas de urgencia en medio de la crisis sanitaria y económica global que generó el nuevo coronavirus. De los 44 DNU dictados por Fernández, 32 fueron durante la vigencia de la emergencia sanitaria, según la base de SAIJ.

De los 32 dictados desde la detección del primer caso de COVID-19 en la Argentina, 7 corresponden a la puesta en vigencia del aislamiento social preventivo y obligatorio y sus respectivas prórrogas, 5 a la prohibición de ingreso al país y sus prórrogas y 2 a la prohibición de despidos en el sector privado y la prórroga dispuesta el 19 de mayo último. Es decir que casi la mitad corresponde a la renovación de otros DNU que vencían en el corto plazo y que se relacionan directamente con esta situación extraordinaria que afecta al mundo.

Pero, además, hay otro factor a tener en cuenta. Un decreto de necesidad y urgencia es una norma dictada por el Ejecutivo, que en la práctica tiene carácter de ley y que, de acuerdo con la Constitución nacional, sólo puede ser dictado cuando no se puede seguir el procedimiento normal para la aprobación de una ley en el Congreso. Desde la apertura de sesiones ordinarias y hasta mediados de mayo, el Congreso argentino sesionó tan solo una vez, como parte de las medidas de distanciamiento vigentes. Desde entonces, ambas cámaras sesionan de manera virtual.

“No me parece correcta la comparación. En situaciones como la actual es normal que se le otorgue un mayor poder a una persona para que esté al frente de la crisis. Esto sumado a que el Congreso dejó de sesionar“, señaló a Chequeado Ana María Mustapic, directora del Departamento de Ciencia Política y Estudios Internacionales de la Universidad Torcuato Di Tella. Y agregó: “En contextos como este, existe una mayor tolerancia a los DNU, que luego se puede ir perdiendo si esto se prolonga mucho en el tiempo”.

Ante la consulta de Chequeado por la fuente de los datos y la comparación engañosa, desde el PRO no contestaron hasta la publicación de esta nota.

Engañoso es la calificación que utilizamos en este medio cuando la afirmación que circula puede coincidir parcialmente con ciertos datos -como en este caso el número de DNU por mes de cada Presidencia-, pero intencionalmente o no se omite que varios de los decretos dictados por Fernández fueron dictados en el marco de la emergencia sanitaria.