En los medios

La Nación
23/05/20

El futuro del trabajo: oficinas en peligro

El profesor de la Escuela de Negocios estimó la forma que tomará el mundo laboral en la pospandemia, mucho más centrado en el home office.

Por Andrés Hatum

"La pospandemia traerá mucho desempleo y poca demanda de trabajo", afirma Eduardo Levy-Yeyati, decano de la escuela de gobierno de la Universidad Torcuato Di Tella y director del CEPE-DiTella. "La emergencia laboral puede durar años. Ahora estamos viendo una prueba brutal de remotización laboral de trabajos no manuales ni de cercanía. Está funcionando, a pesar de que el living no sustituye la oficina para hogares con chicos y de que el paquete home office no incluía estar encerrados las 24 horas. No hay razones para no remotizar puestos de trabajo de manera permanente, o al menos converger en un sistema mixto", concluye. A la realidad brutal que nos está exponiendo la pandemia, la crisis de desempleo que se asoma no se arreglará en poco tiempo, será un tema que se instale en la sociedad para quedarse.

No hay razones para no remotizar gran cantidad de puestos de trabajo

No hay razones para no remotizar gran cantidad de puestos de trabajo. Crédito: Shutterstock

"Ahora que trabajamos desde casa no sé si muchos van a querer volver a la oficina, al menos no como antes". Esta reflexión de un ejecutivo que no tuvo más remedio que hacer la cuarentena desde su hogar y trabajar desde allí es un pensamiento de muchos. Muchas empresas o, mejor dicho, muchos jefes consideraban que la única forma de trabajar era ir a la oficina y calentar la silla ocho horas. Ahora nos dimos cuenta de que podemos ser efectivos y eficientes desde casa. Eso es clave cuando volvamos a una vida más o menos normal. Y en la medida en que las empresas lo vean y promuevan, esto generará una demanda adicional al trabajador: saber trabajar online, y una nueva brecha tanto de conocimiento como de conectividad. Para Levy-Yeyati, "si mejora la conectividad, gran asignatura pendiente de varios gobiernos, esta remotización debería acelerarse".

Para muchos expertos la pandemia trajo una aceleración de por lo menos cinco años de una tendencia que ya estaba en camino y mostró que trabajar desde casa o fuera de la empresa es aceptable. La vieja visión de que trabajando desde casa era estar tranquilo está desapareciendo. Hace 15 años participé en Londres de una conferencia sobre el futuro del trabajo en 2020, algo que parecía más que futurista. La conclusión de los panelistas era que el foco del lugar del trabajo iba a ser un lugar de colaboración donde, frecuentemente, la gente se reuniría con las tareas realizadas desde sus casas o desde donde quisieran trabajar y se juntarían para puestas en común y alrededor de cosas en las que la colaboración y el trabajo en equipo le agregarían más valor al trabajo. Esto será efectivamente más importante en algunos sectores que en otros. Además si la distancia social limita el número de gente que puede trabajar junta, la oficina como espacio de colaboración también se va a ver afectada.

La necesidad de que los trabajadores se juntaran en oficinas ha dado forma a todos los aspectos de la vida social moderna. Si la pandemia debilita el rol de la oficina, el cambio en la forma de trabajar y la forma de vida será profundo. Así como en los supermercados, las oficinas intentaron rentabilizar cada metro cuadrado impulsando oficinas abiertas para meter la mayor cantidad de personas posible como si fueran ganado. Pero el Covid-19 genera un nuevo paradigma: la distancia social es necesaria para evitar contagios, al menos por un tiempo. Por lo que se estima que este distanciamiento hará que el nivel de gente en los edificios de oficinas baje un 30 o 35% respecto de la cantidad de gente que iba a trabajar antes de la pandemia.

Redistribución del espacio de trabajo y más metros para poder trabajar sin necesidad de estar en contacto con otros son algunas de las cosas que cambiarán la vida de las oficinas. ¿Qué sucederá con los espacios comunes como restaurantes, cafeterías o áreas de entretenimiento? Estos espacios que hicieron famosos empresas como Google entran en una zona de peligro o, en algunos casos, decadencia. Los que seguro ya están haciendo cuentas son los gerentes de finanzas, viendo los ahorros que pueden obtener si más gente trabaja desde casa y alquilan menos espacio de oficina. Un virus que vino a exterminar paradigmas existentes.

Algunos expertos de recursos humanos están previendo cambios que pueden, en el mediano plazo, ser radicales para la forma en que veníamos trabajando. ¿Quiénes querrán ir a trabajar a la oficina? "Hay muchas personas que nunca habían probado el home office y hoy gracias al Covid-19 tuvieron la posibilidad de hacerlo", afirma Ana Renedo, socia de MR Partners. "Dentro de este grupo, estimo que habrá un porcentaje importante que preferirá continuar con esta modalidad. Son aquellos, por ejemplo, que hoy invierten mucho tiempo en viajar, en promedio dos horas por día para ir y volver. Esos se dieron cuenta de que tienen el mismo rendimiento y de que pueden aprovechar el tiempo extra para actividad física, un hobby o cualquier cosa que los gratifique más que el viaje a la oficina. Otro grupo son los padres que descubrieron que pueden pasar tiempo extra con sus hijos e igual ser eficientes si se les permitiera trabajar por objetivos y no por horas presenciales. También están aquellos que no disfrutan ni necesitan trabajar en equipo en forma permanente, asistir a reuniones ni verse obligados a socializar en forma permanente. Dentro del grupo que buscará regresar a la oficina estarán aquellos para quienes socializar es uno de los temas claves en su vida cotidiana y que satisfacen ese aspecto de su vida principalmente en la oficina. Podemos encontrar en este grupo gente joven o adultos que viven solos. También aquellos que no tengan comodidades suficientes en su casa para montar un lugar de trabajo apropiado y cómodo pueden preferir volver al orden que les proporciona una oficina".

Otro aspecto que cambiará es la política de las oficinas. Muchos líderes sustentaban su poder en tener a toda la gente junta y apalancarse sobre el radio pasillo y los tejemanejes del poder. Pero ¿cómo harán para jugar a que tienen poder si poca gente está en la oficina? Estos líderes que basaban su poder en el control y la desconfianza están frente a la disyuntiva de tener que controlar y confiar en la gente a la distancia. Un dolor de cabeza para estos antilíderes que preferirían que todo volviera al statu quo anterior para poder disfrutar de seguir torturando a sus mortales empleados.

The Office es una serie inglesa en la que un jefe podrido, interpretado por Ricky Gervais, les hace la vida imposible a unos pobres empleados que no tienen más opciones que soportarlo. Todo transcurre en las oficinas de la empresa. En la película Office Space , cuatro empleados son maltratados por el vicepresidente de la compañía y están preocupados por la llegada de consultores que fueron traídos para avanzar sobre la reducción de personal. Y así podríamos seguir con otras series o películas que retratan la realidad de las oficinas antes de la pandemia del coronavirus. Tal vez los futuros empleados, monotributistas o autónomos vean estas películas como una rareza ya que la vida de oficina a la que muchas generaciones estuvieron acostumbradas no vaya a ser nunca igual.

Andrés Hatum es PhD y profesor de la Universidad Torcuato Di Tella

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