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25/03/20

Ernesto Schargrodsky: "Las mismas medidas que protegen la salud enfrían la economía"

El director del Centro de Investigación en Finanzas (CIF) opinó sobre las consecuencias que tendrá la pandemia a nivel global y local, qué medidas se podrían implementar para atenuar sus efectos y hasta dónde la economía soportará el aislamiento social.

Por Carlos Pagni



Ernesto Schargrodsky, director del Centro de Investigación en Finanzas (CIF), fue entrevistado por el periodista Carlos Pagni en el programa Odisea Argentina, en La Nación+, acerca de qué consecuencias tendrá la pandemia a nivel global y local, qué medidas se podrían implementar para atenuar sus efectos y hasta dónde la economía soportará el aislamiento social.

“No existe dentro de la economía una subdisciplina de la pandemia: estamos navegando aguas desconocidas”, advirtió el economista, aunque consideró que el actual fenómeno tiene similitudes con otros anteriores ya conocidos, como las guerras. “Aunque en las guerras el aparato productivo está sobreexigido. También se parece a una guerra en que muchas decisiones del mercado pasan a ser tomadas por el Estado”, ilustró.

Schargrodsky también encontró similitudes entre la actual crisis y las del 30, el 2001 y el 2008, que según explicó exhibieron una caída fuerte de la demanda y una recesión. Con respecto a la actual crisis afirmó: “Lo prioritario es la salud, luego la alimentación y después proteger la actividad económica”, y alertó sobre un dilema: “Las mismas medidas que protegen la salud enfrían la economía”.  

Con respecto al impacto de la pandemia en la economía argentina, consideró que se trata de un shock tan fuerte que “nos hace más parecidos al resto del mundo”, cuando hasta hace poco “éramos un bicho raro”. También consideró “incierta” a la duración de la crisis y agregó que es probable que se “aflojen restricciones y después se vuelvan a establecer”.

Con respecto al futuro de la economía nacional distinguió dos elementos: la necesidad de aumentar los testeos para tener información que permita tomar de decisiones, y el problema de desconocer el valor del coeficiente de cuántas personas contagia cada contagiado. “Cuando ese valor logre achatarse y pueda pensarse en cómo relajar estas restricciones, habrá que pensar en una intersección: aquella entre mantener las restricciones que tienen un alto impacto sobre la salud y un relativamente bajo impacto negativo sobre la actividad económica”, dijo, y enumeró algunos ejemplos: “Mantener una cuarentena muy estricta sobre los jubilados tiene un alto impacto en la preservación de la salud y un bajo impacto sobre el nivel de actividad”. La mismo con el turismo internacional.

Consultado sobre cómo la pandemia afecta económicamente a la población según grupos sociales sociales, el economista distinguió cuatro sectores. “Primero, quienes –al menos en lo inmediato- conservan sus niveles de ingreso: asalariados de grandes empresas, empleados públicos y jubilados. Después, pymes y asalariados de pymes, en que habrá serias dificultades para pagar los sueldos. Para este grupo el Estado tiene algunas soluciones (como las Repro), aunque no fueron diseñados para enfrentar una pandemia. En tercer lugar, monotributistas, cuentapropistas, changas. Hasta allí son soluciones de mercado. Luego hay que pensar en los más necesitados, para quienes la ayuda debe venir directamente del Estado, como distribución de alimentos, ollas populares, refugios para población en situación de calle”.  

Shargrodsky advirtió que la “propensión a consumir” propia del grupo social más acomodado va a caer drásticamente porque se verá restringida a la fuerza, y sugirió que este grupo podría poner en práctica una “solidaridad” con quienes no acceden al apoyo estatal o bancario: “Por ejemplo, pagarle por adelantado al peluquero. O prestar plata. Un negocio puede vender fiado”. En cambio, se lamentó de que esos excedentes vayan a refugiarse al dólar.

También explicó que el gobierno sufrirá un aumento significativo del gasto público y una caída significativa de la recaudación, y que será necesario efectuar reasignaciones de partidas que no sean prioritarias. "Con las altísimas tasas impositivas que ya tiene la Argentina, inevitablemente una parte del gasto se financiará con emisión", advirtió.

Por fin, consultado sobre la inflación, el economista consideró que tal como hay que aplanar la curva de contagios del coronavirus, también hay que aplanar la velocidad a la cual la "emisión necesaria" no se transforme en inflación.

La entrevista completa, acá: