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21/02/20

Tipos de jefes horribles y cómo lidiar con ellos

Andrés Hatum, profesor de la Escuela de Negocios, habló de la relación entre los malos jefes y los antilíderes, que trata en su libro "El Antilider". Su recomendación para trabajar con ellos es "tratar de sobrevivirlos, porque los jefes se van y las organizaciones perduran".


Se dice que las personas no renuncian a los malos trabajos sino a los malos jefes.

Tiempo atrás solo se caracterizaba como un jefe horrible a aquel que expresamente maltrataba o se dirigía a sus empleados a los gritos. También a aquel que tomaba el crédito por ideas de los demás o cometía fraudes o actos ilícitos.

Pero hoy en día la mirada sobre los líderes está más enfocada que nunca. La crítica sobre ellos puede caer por cuestiones como no ser organizados con el trabajo, no estar a la altura del puesto, no dar el reconocimiento debido a sus equipos, no confiar, valorar o mantener motivados a sus empleados, etc.

La evaluación de los talentos dejó de ser algo meramente horizontal y de arriba hacia abajo, y hasta hay plataformas de gestión de desempeño que permiten que los empleados expresen su descontento con sus superiores. Y si bien las decisiones no se democratizaron tanto dentro de las empresas y siguen quedando en manos de la plana superior, sí es cierto que la opinión de las personas tiene más peso que años atrás.
Así es que sigue habiendo algo de cierto en este saber popular, aunque una reciente encuesta de la empresa Globant mostró que hay otros motivos frecuentes de renuncia y no solo los jefes tóxicos o incompetentes. Sentirse listo para un cambio fue el motivo más mencionado por quienes cambian de puesto o empleo (30% de los consultados) seguido de la percepción de "falta de oportunidades de crecimiento" (26%).

Todos esos motivos en esta encuesta realizada a 1000 directores de Recursos Humanos, superan el impacto de los malos gerentes (22%) en las decisiones de quienes abandonan una compañía.

La experiencia que viven las personas en las empresas está fuertemente vinculada con las relaciones interpersonales forjadas en el espacio de trabajo. Y no solo los compañeros son los que entran en esta ecuación, según puede verse en las respuestas que dieron los empleados y gerentes encuestados por Globant.

"Los gerentes también cuentan con un impacto positivo, así como lo hacen las personas a quienes se les reporta, en el caso de los managers", analizaron desde la multinacional argentina.

Esto quiere decir que, por más esfuerzos que una empresa realice para retener a su gente, los jefes tóxicos echan por la borda cualquiera de esos intentos.

Tipos de jefes horribles

Por más que hoy la palabra de las personas dentro de la empresa tenga más peso que antes, cuando están "presos" de un jefe horrible no queda otra opción que aprender a lidiar con la situación hasta encontrar una salida.

El primer paso para esto es conocer a ese líder nefasto lo suficiente como para entender en qué categoría encaja.

Tipos de jefes y clasificaciones de líderes hay muchas. El profesor de la Universidad Torcuato Di Tella, Andrés Hatum, realizó una muy exhaustiva lista de líderes horribles recientemente en su libro "El Antilider" (Penguin Random House Grupo Editorial Argentina 2018).

Para Hatum los antilíderes son "aquellos jefes que se quedan con todos tus logros, sin reconocer nada, y te trata mal", y claro que son además los que provocan que las personas renuncien a sus empleos. 

"En el fondo de la mayoría de las quejas están los malos jefes que no permiten el normal desarrollo organizacional y, en el camino, van erosionando la cultura de la empresa donde trabajan, los valores originales que supusieron el éxito, y como consecuencia van perdiendo el talento humano, que es la clave para una sustentabilidad de largo plazo", describió el académico en un artículo de su autoría publicado en Linkedin.

En la taxonomía de jefes horribles del profesor de management de UTDT, se destacan los siguientes:

1. El jefe bestial

Solo quiere que las personas hagan lo que él dice (grita) y queda expuesto por su actitud agresiva cuando los maltrata.

2. El jefe abusivo

Un líder abusivo intoxica a la organización y coopta a la gente lavándoles el cerebro. La gente que sigue a ese líder, está alineada a esa persona tóxica.

3. El jefe narcicista

Es el peor que puede tocar porque ahí la única salida es irse de la organización. Es aquel que de tanto mirarse al espejo no puede ver lo que lo rodea. Generalmente eligen equipos directivos de obsecuentes, con poca calidad profesional.

"Nunca se puede crecer con alguien así al lado y, si le haces sombra, te hace la vida imposible", dijo Hatum en una entrevista.

4. El jefe maquiavélico

Desplegan como estrategia un juego de poder. Te dicen por delante que está todo bien y por atrás te clavan el puñal. Son psicopáticos y se demora en detectarlos.

¿Qué hacer cuando se tiene un jefe tóxico?

En un video de la editorial de Antilíder, el consejo que dejó de Hatum para tratar con un jefe tóxico es "tratar de sobrevivirlos, porque los jefes se van y las organizaciones perduran".


"Pero si pensás que tu jefe es un estúpido, un imbécil que no tiene vuelta atrás, y además te duele el estómago antes de ir a trabajar, entonces es momento de cambiar de trabajo, porque el mercado laboral está lleno de oportunidades donde no hay que bancarse a estos enfermos de poder", sentenció.

Para quienes opten por la primera opción y necesiten aprender a lidiar con jefes horribles, el portal especializado Entrepreneur.com tiene algunos consejos:

1. Tomate un tiempo para analizar la situación.

¿Estás solo en sentir que este jefe se está comportando fuera de lugar? ¿Qué piensan tus compañeros de la situación? ¿Alguien más se ha quejado formal o informalmente? ¿Está la gerencia por encima de su jefe consciente de su actitud?

Si la actitud de tu jefe está aislada de un pequeño grupo de personas, intentá comprender cuál es la dinámica de ese grupo de personas.

2. Documentá todo.

Tomá nota de los incidentes específicos en detalle. Si la situación es tan seria como para querer dejar la empresa, podrías necesitar estas evidencias para defender tu liquidación.

También se puede presentar una queja ante Recursos Humanos o con la administración. Si decidís discutir formalmente la situación con alguien en tu organización, preparate a fondo con fundamentos en hechos y no en las emociones.

3. Unir fuerzas.

Si tus colegas también consideran que la situación no está justificada, animalos a documentar detalles específicos también.

4. Concentrate en las palabras y no en el tono de los insultos de tu jefe.

A veces, podés tener una queja válida y no te das cuenta. Hacé todo lo que puedas para mantener la calma, porque lo que menos querés es que este individuo tóxico te vuelva tóxico.

Si te grita y te sentís incapaz de responder con calma, respirá hondo y hacete una pregunta. Nuestros cerebros entran en modo de emergencia a cuando se sienten amenazados: hacerte una pregunta puede hacer que regreses a la parte mental de tu proceso de pensamiento.

5. Fortalecé tus murallas mentales.

Si estás trabajando para alguien que te hace sentir mal, necesitás encontrar a otras personas que te ayuden a recordar tu valor. Podría ser tu familia, compañeros en el mismo equipo o empresa u otros amigos fuera del trabajo.

Y hacé un esfuerzo consciente para recordar todos los días las cosas positivas que lograste en tu carrera.

6. Tomá algunas medidas para mantener una mentalidad positiva.

Probablemente estarás pensando muchas cosas malas que están impactado tus emociones. Aprendé cómo interceptar esos pensamientos negativos e improductivos y a identificar lo que esa emoción oscura está tratando de decirte.

7. Planeá tu salida.

Saber que estás trabajando para encontrar una solución y dejar todo esto atrás puede ayudarte a ser más paciente frente a las frustraciones del día a día.

8. Cuidate.

Reconocé que estás experimentando angustia emocional de forma regular y que esto te afecta tanto física como mentalmente. Tené cuidado de evitar trabajar más duro y más tiempo para tratar de satisfacer a alguien que nunca estará satisfecho.

A veces sí es lo más correcto, pero si estás trabajando para un jefe tóxico, te vas a quemar y nunca lograrás hacerlo feliz.

Por último: no hay una varita mágica. Se puede aprender de esta experiencia y ser fuerte, gestionando las propias emociones y actitudes de manera de sobrellevar a un mal jefe hasta encontrar una alternativa.