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El Economista
20/02/20

El BCRA volvió a bajar la tasa de interés (40%) y advierten por riesgos

“Me parece arriesgada la decisión del Banco Central, teniendo en cuenta el contexto de incertidumbre en torno a la negociación de la deuda en dólares y por la sostenibilidad de la desaceleración de inflación", opinó Federico Furiase, profesor de la Maestría en Finanzas, para El Economista.


Ayer, el directorio del Banco Central (BCRA) dispuso otra baja de la tasa de interés. Esta vez, al igual que lo hizo la semana pasada, el descenso fue de cuatro puntos porcentuales, duplicando así nuevamente los niveles de disminución que venía llevando adelante.

De esta manera, la tasa de la política monetaria representada en las Leliq (Letras de Liquidez del BCRA) pasó del 44% al 40% en términos nominales anuales. Con esta reducción, la tasa de referencia en términos efectivos se ubica en 48,3% anual.

Según la entidad monetaria, la decisión fue adoptada en base a la desaceleración registrada en la tasa de inflación y las perspectivas de continuidad de dicha tendencia. El directorio del Banco Central, según indicó en un comunicado, considera que las tasas de interés excesivamente elevadas pueden demorar la recuperación de la actividad económica.

Esta nueva tasa de política monetaria regirá a partir de la próxima licitación de Leliq, que está prevista para hoy.

De esta manera, la tasa de interés acumula un descenso de ocho puntos porcentuales en lo que va de febrero y de veintitrés en los últimos dos meses, desde el cambio de administración, lo que es considerado por los especialistas como una baja demasiado rápida y advierten por posibles riesgos en el actual contexto.

“Me parece arriesgada la decisión del Banco Central, teniendo en cuenta el contexto de incertidumbre en torno a la negociación de la deuda en dólares y por la sostenibilidad de la desaceleración de inflación, que lleva al riesgo de una tasa real negativa”, señaló ante El Economista Federico Furiase, director del Estudio EcoGo.

De acuerdo con el especialista, se torna complicado reconstruir la curva de pesos a Badlar más spread frente a los vencimientos en pesos que vienen, lo que aumenta el riesgo de que la brecha cambiaria se acreciente. “Si el tipo de cambio oficial viaja por arriba de la tasa de interés, podría impactar en las reservas. El cepo cambiario sólo da tiempo”, afirmó.

“No es muy prudente este accionar del Banco Central, ni con la tasa ni con la fuente de emisión. Al estar el cepo cambiario, si se pasa de rosca, el efecto podría irse a las brechas y el precio en brechas no es directo, sino indirecto, por la forma como está armado el cepo ahora. Pero esto no significa que las brechas sean inocuas: generan muchos otros problemas”, indicó a este medio el director de la consultora Ledesma, Gabriel Caamaño.

Caamaño cuestionó la justificación de la entidad monetaria en base a la disminución de la inflación, que en parte en enero estuvo explicado por factores puntuales.

“Más allá de eso, la baja de la inflación se produce lentamente y todavía en niveles elevados, después de muchos meses de tarifas congeladas y tipo de cambio estable por el cepo, que ahora se empieza a flexibilizar, ya que en lo que va de febrero ha aumentado 2,3%” resaltó el especialista.

A esto se suma, según Caamaño, el hecho de que aún no se han cerrado las paritarias. “En ese sentido, parece un poco apurada la baja de las tasas de interés. El Banco Central podría ser un poco más producente en esta decisión”, remarcó.


En enero, según el Indec, el índice de precios se ubicó en 2,3%, aunque se explicó porque en diciembre hubo una bonificación a los encargados de edificios y empleadas domésticas; al no estar dicho beneficio en el primer mes del año, los sectores de vivienda y mantenimiento del hogar registraron una variación negativa, impulsando hacia la baja al índice general.

Además, en enero se sumó la variación negativa de 2% en el sector de salud, que se explica por el acuerdo entre el Gobierno y los laboratorios para reducir los precios de los medicamentos, aunque en diciembre este sector registró un fuerte incremento de 5,6%. Todo esto, pese al congelamiento de las tarifas y el dólar anclado. Según analistas, sin dicho factor transitorio de las bonificaciones de fin de año, el índice de precios de ambos meses (diciembre y enero) se habría ubicado en la zona de 3%.


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