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Clarín
12/02/20

Para los economistas, Guzmán se complica y le falta anunciar un plan

"Hasta que se llegue a un acuerdo con la deuda externa que siente los criterios para el resto, es difícil que el mercado se normalice", opinó el decano de la Escuela de Gobierno y director académico del CEPE, sobre el reperfilamiento del bono AF20.

Por Laura García

El ministro de economía Martín Guzmán la semana pasada en el Vaticano. (Fuente: Clarín)


Fue otro día de revuelo y azoramiento. La semana pasada los mercados habían quedado descolocados luego de que Economía declarara desierta la licitación del lunes, su segundo intento por acercarse al menos a los $ 96.000 millones que necesitaba para el vencimiento del "bono Alberto" -el primero había sido cuando lanzaron la oferta el viernes 31 de enero- . En medio de las hipótesis y las apuestas, finalmente se supo cuál sería el siguiente paso. Ni emitir para pagar ni defaultear, reperfilar.

La plaza lo digirió con derrumbes de hasta 10 % en la deuda en pesos pero según los analistas, quizás haya sido el mal menor. "Si emitías, era mucho dinero para absorber después", marca Miguel Kiguel, titular de Econviews y ex secretario de Finanzas.

Ayer, el presidente del Banco Central, Miguel Angel Pesce, ofreció ese justificativo: “Si emitíamos $ 100.000 millones para pagar el Dual, esos pesos iban a la brecha”.

"El problema es que se va atendiendo cada vencimiento en vez de un plan integral. La filosofía es correcta en cuanto a preservar el mercado de pesos pero a los inversores les falta algún tipo de orientación clara sobre cómo va a encajar esta deuda en el proceso de reestructuración", apunta. Y se pregunta cómo se hicieron dos colocaciones con tasas abajo de las de mercado. "Así se complica".

Daniel Artana, economista jefe de FIEL, cree, como varios colegas, que también tuvo su parte el inesperado final de la negociación bonaerense, con el gobernador Axel Kicillof cediendo hasta pagar lo que había asegurado no poder afrontar.

"Después de la negociación mal hecha de Kicillof tuvieron que mostrar los dientes. Sin embargo, dieron a entender que esto no se va a repetir, que quieren seguir construyendo la curva en pesos", asegura.

"La tercera cuestión es que había una tenencia fuerte de fondos de afuera. Uno de los problemas del reperfilamiento es que afectás a toda la gente que estacionaba liquidez en esos instrumentos. En este caso, se genera menos daño a nivel del mercado local", opina.

Rodrigo Alvarez, CEO de la consultura Analytica, coincide en que "emitir no era una opción". El economista expone su punto: "Desde el punto de vista de la consistencia macro, seguir con esta estrategia y afrontar todos los vencimientos en pesos de esta manera implicaba emitir el equivalente al 30% de la base monetaria en los próximos meses".

"Se tendría que haber esterilizado un monto muy alto y hubiera sido inviable con este nivel de tasas.
La alternativa era dejar los pesos, que hubiera presionado la brecha", advierte.

"Un antecedente que complicó la dinámica fue la deuda bonaerense. Los inversores terminaron ganando la pulseada. Se instaló la percepción de que si jugás al límite, podés ganar. Y eso endureció las posturas", explica.

"El Gobierno necesitaba demostrar a los inversores que tienen algo que perder. Así se nivela un poco la cancha. Sobre todo si se quiere abordar la negociación como un proceso que aporte sustentabilidad", recuerda.

Para Eduardo Levy Yeyati, titular de la consultora Elypsis, no es tan evidente el "efecto Kicillof".
"Puede ser, pero también es cierto que es difícil imponer una quita sin una amenaza creíble", recalca.

"Me parece que la falta de claridad en los criterios crea confusión. El AF20 es un bono en pesos que indexa al dólar, y hoy el inversor se pregunta si los demás bonos en pesos que vencen pronto también serán reperfilados", ejemplifica.

Levy Yeyati anticipa que "en todo caso, hasta que se llegue a un acuerdo con la deuda externa que siente los criterios para el resto, es difícil que el mercado se normalice".

Orlando Ferreres, titular de OF&A, dijo que "Se decidió estirar el pago pero echándole un poco la culpa a los fondos internacionales como si estuvieran perjudicando al país, cosa que no parece ser cierta". Encontrar un depositario de la culpa para los errores propios es una tentación que siempre tracciona.