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El Economista
27/01/20

Se prevén días de tensión: ley de reestructuración y BP21, esta semana

"Es clave la velocidad con la que el gobierno logre avances en la reestructuración de la deuda en dólares”, afirmó Federico Furiase, profesor de la Maestría en Finanzas, consultado por El Economista.

Por Enrique Pizarro


En los próximos días, habrá dos eventos decisivos en materia de deuda. El jueves, se discutirá en la Cámara de Diputados el proyecto de ley de reestructuración de la deuda de la Nación. El viernes, vencerá el nuevo plazo que el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, le dio a los acreedores del bono provincial BP21 para que confirmen su decisión frente a la propuesta de postergar el vencimiento de capital para el 1 de mayo, que estaba previsto para ayer 26 de enero.

El proyecto de ley de “Restauración de la Sostenibilidad de la Deuda Pública Externa”, que fue enviado la semana pasada a la Cámara Baja por parte del ministro de Economía, Martín Guzmán, pide facultades para el Poder Ejecutivo para que reestructure la deuda de ley extranjera. Según lo trascendido, en base a las posiciones que tomarán desde los bloques partidarios en ambas Cámaras, se espera que sea aprobado.

El texto de sólo tres páginas contempla designar el titular de la cartera económica como la autoridad de aplicación sobre la ley, autorizándolo “sin limitación” a “emitir nuevos títulos públicos a efectos de modificar el perfil de vencimientos de intereses y amortizaciones de capital; determinar las épocas, plazos, métodos y procedimientos de emisión de nuevos títulos públicos; designar instituciones y/o asesores financieros para que actúen como coordinadores en la estructuración”; entre otros puntos.

“El proyecto no revela la oferta de reestructuración del Gobierno, sino que simplemente prepara el terreno legal para hacer una oferta a los acreedores extranjeros. Tal vez lo más revelador lo dijo Guzmán en conferencia de prensa al anunciar el envío del proyecto de ley, cuando indicó que la propuesta que hagan va a ser consistente con lo que demanda la Ley de Administración Financiera”, señaló a El Economista Adrián Yarde Buller, economista jefe del Grupo SBS.

Según Yarde Buller, si el Gobierno cumple con lo que insinuó respecto de no buscar quitas de capital, esto implicaría que la oferta tendría que contemplar fuertes reducciones de cupones. “No obstante, los comentarios que surgieron en los últimos días en el mercado no permiten descartar una opción que incluya quitas de capital”, resaltó.

“Lo que el Gobierno envió al Congreso era previsible: no es nada muy agresivo. Eso explica que el riesgo país todavía no haya llegado siquiera al pico al que se llegó durante la transición de Gobierno, que fue de 2.500 puntos básicos, y el viernes cerró en 2.080 puntos. Si bien subió un poco, tras estar en alrededor de 1.800 puntos, no es una suba preocupante”, consideró ante este medio Matías Rajnerman, economista jefe de Ecolatina.

“Lamentablemente, en cualquiera de los dos casos estamos por fuera de los mercados de créditos: seguimos en zona de default. En la misma línea, en 2005, cuando se acordó la reestructuración de la deuda, el riesgo país bajó 700 puntos básicos en un día y ‘volvimos a los mercados’, con lo cual no tiene tanto que ver con este tipo de idas y vueltas”, afirmó el especialista, que prevé que el Congreso dará la aprobación.

En relación a las expectativas que tiene el mercado, Rajnerman señala que, en cierta forma, el Gobierno empezó a adoptar un carácter un poco más agresivo. “El Gobierno se viene acercando a los mercados. Está claro que Alberto Fernández no asumió con la venia de los mercados, sino más bien lo contrario, y lo que viene haciendo el Gobierno justamente es intentar recomponer esa relación y eso explica la baja que venía teniendo el riesgo país”, indicó.

“En parte con Kicillof, que está totalmente arreglado con el Gobierno Nacional; en parte con Guzmán diciendo que no le va a dar un auxilio financiero a la provincia de Buenos Aires; y en parte con este proyecto de volver a tornar sostenible la deuda en divisas, el Gobierno está siendo un poco más agresivo, intentando apurar un poco más las cosas. Está siendo más ofensivo en pos de lograr una negociación más rápida. Eso fue un poco lo que pasó la semana pasada y eso explica la suba del riesgo país”, aseveró Rajnerman.

De acuerdo con el especialista, en función de cuan consistente y cuan rápido sea la resolución del programa, y si se llega a un acuerdo, dependerá si el país entra o no en default, lo cual estima que no ocurrirá. No obstante, prevé que vendrán jornadas de tensión financiera.

“El Gobierno ahora tiene que aspirar pesos en febrero, poner un freno a la baja de la tasa, contener el ‘riesgo PBA’ y generar buenas señales en torno a la negociación de la deuda en dólares para seguir reconstruyendo la curva de pesos frente a los fuertes vencimientos en moneda local de febrero y marzo”, indicó a este medio Federico Furiase, director del estudio Eco- Go. “Con paridades de bonos entre 40/50, hay espacio para alcanzar un escenario win/win, donde el Gobierno consiga descomprimir el perfil de vencimiento y los inversores tengan expectativa de ganancia de capital a partir de un descenso del riesgo país”, estimó.

Los especialistas coinciden en la importancia del tiempo sobre esta resolución. “El reloj está corriendo. El congelamiento del dólar, tarifas y combustibles no puede extenderse más de la cuenta. Por eso es clave la velocidad en la que el Gobierno logre avances en torno al proceso de reestructuración de la deuda en dólares”, afirmó Furiase.

Por su parte, el analista financiero Christian Buteler, en diálogo con El Economista, advirtió: “Ya está pasando el tiempo… Me parece que en cualquier momento los mercados también van a empezar a ponerse nerviosos si no ven un avance concreto en el tema de la negociación de la deuda”.

“Lo de la provincia de Buenos Aires puede llegar a complicar bastante la negociación de la Nación. Si bien legalmente son deudas que se manejan en forma separada, que la provincia más importante del país entre en default puede disparar el riesgo país y hacer bajar fuertemente los bonos, y eso seguramente va a dificultar la negociación”, indicó Buteler.

Según Buteler, la complicación se debe a que, en su descenso de precios, llegado a determinado valor podrían entrar los fondos buitres, quienes no tienen intención de negociar, sino que ellos apuntan siempre a liquidar y cobrar el 100%, más costos y demás. “Lo del bono provincial no estaba previsto que irrumpiera así en el medio de la negociación. Esperemos que puedan llegar a resolverlo antes de que complique a la Nación”, agregó.

BP21

Días antes de que Kicillof le propusiera a los acreedores posponer el pago del vencimiento de capital del bono provincial para el 1 de mayo, Guzmán negó brindarle un auxilio a la provincia de Buenos Aires. Esto, según la interpretación de los analistas, es una estrategia de negociación para presionar a los tenedores del bono para que acepten la propuesta del gobernador bonaerense.

“Me parece razonable que hasta acá el Gobierno Nacional diga que no va a darle un salvataje financiero a la provincia de Buenos Aires. Si dijera que sí lo va a hacer, se caerían las posibilidades de hacer una negociación. Creo que el discurso es lógico”, afirmó Rajnerman.

No obstante, el miércoles pasado, cuando vencía el plazo para que los tenedores del BP21 se pronunciaran sobre la propuesta de postergar el vencimiento, Kicillof no logró reunir el 75% necesario de aceptación y entonces decidió extender la fecha límite para este viernes 31. Los especialistas consideran que esta postura es parte del mismo tironeo de la negociación.

“Las dos partes están jugando al poker: cada uno se quiere mostrar firme, porque quiere que el otro se asuste primero”, describió ante El Economista Miguel Zielonka, director asociado de la consultora Econviews, que estima que los bonistas terminarán aceptando la propuesta del mandatario de la provincia de Buenos Aires. “A ninguno de los dos les conviene entrar en default, pero creo que los acreedores se asustan primero, al menos en esta oportunidad”, indicó.

“Los US$ 275 millones del vencimiento del BP21, que Kicillof dice no tener con qué pagar, representan el 0,6% (dólar a $ 63) de los ingresos totales de la provincia de Buenos Aires. Mentira todo. Puede pagar. No quiere pagar”, aseguró desde su cuenta de Twitter el economista Diego Giacomini, que en ese sentido advirtió que “se van a seguir agregando eslabones en la cadena de default”.

El post de Giacomini apunta a los dichos del gobernador bonaerense, que el viernes pasado aseguró que la provincia que gobierna “no está en condiciones de pagar” el vencimiento de capital, por lo que advirtió que el 5 de febrero vence la “última oportunidad” para que los bonistas acepten la propuesta para no entrar en default.