En los medios

Tercer Sector
20/01/20

Donde persiste la inequidad

Juan Gabriel Tokatlian, vicerrector de la UTDT, opinó en la revista Tercer Sector sobre el devenir de las democracias latinoamericanas en los últimos 25 años. "Creemos que tenemos presidencialismos fuertes, pero tenemos instituciones muy débiles", consideró, y se interroga: "¿En qué países desde los años '60 hubo crecimiento económico con igualdad? En ninguno".

Por Gabriel Tunez


América Latina vivió en los últimos 25 años períodos políticos, sociales y económicos con diferentes características. Desde mediados de los '90 hasta inicios de 2000 fue el fin de un ciclo de apertura en clave neoliberal, que en Argentina estuvo mayoritariamente representado por la presidencia de Carlos Menem, con el Plan de Convertibilidad y las privatizaciones de empresas públicas como medidas fundamentales para sostener el sistema. Tras ese lapso, se dio en el país y el continente el comienzo de una etapa enfocada hacia el rol activo del Estado y políticas progresistas que tuvieron su avance en los gobiernos de centroizquierda de Luiz Inácio Lula da Silva, en Brasil; Hugo Chávez, en Venezuela; Evo Morales, en Bolivia; Tabaré Vázquez y Pepe Mujica en Uruguay, Rafael Correa, en Ecuador, y Néstor y Cristina Kirchner, en Argentina.

Este lapso coincidió con el boom de los precios de los commodities y el ingreso de divisas que permitieron llevar a cabo reformas que propiciaron el ascenso de las clases sociales más bajas. El ciclo comenzó su declive casi una década después, algo que propició el ascenso de partidos y gobiernos de centroderecha o de derecha, en algunos casos -como el reciente de Bolivia- por la vía de un golpe de Estado, que provocó la salida y el asilo político en el exterior de Evo Morales.

A esa situación se sumaron, en los últimos tres meses, las multitudinarias protestas en Chile, Perú, Ecuador y Colombia en contra de medidas de ajuste económico impulsadas por los gobiernos. En el caso chileno, el reclamo cuestionó todo un sistema económico y social y exigió una reforma de la Constitución.

Asignaturas pendientes

Federico Merke, investigador del Conicet y director de las carreras de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad de San Andrés, afirma que América latina tiene en el último cuarto de siglo una deuda impaga: reducir la pobreza y la desigualdad.
"En casi todos los países, la disminución de la desigualdad está estancada e incluso ha vuelto a crecer.
Además, a la región le cuesta mucho perforar los niveles de pobreza, que rondan entre el 25 y el 35 por ciento. Es un continente que sigue siendo muy desigual y al que le cuesta mucho aplicar políticas públicas sólidas en el tiempo para sacar a la gente de la pobreza", asegura.

Latinobarómetro, una ONG con sede en Santiago de Chile, que elabora un ranking de la valorización de la democracia y la situación económica de los habitantes en 18 países de la región, reportó en su informe de 2018 que habían caído "todos los indicadores económicos políticos y sociales", algunos de ellos hasta rondar "las cifras más negativas desde el inicio de las mediciones, en 1995".

El documento indicó que, desde el inicio de la transición democrática en América Latina, en la década del '80, pocas veces se había vivido un período más convulsionado. El reporte, por una cuestión temporal, no incluyó el golpe institucional en Bolivia, un país que, sin embargo, había presentado en 2018 el mayor indicador de percepción de progreso en su población (44 por ciento).

Con gobiernos de derecha, progresistas, neoliberales y populistas en toda la región, con precios altos o bajos para los productos primarios, "tuvimos gobiernos que no supieron ofrecer bienes públicos colectivos. Han ofrecido consumo y lucha contra la pobreza, pero no bienes públicos colectivos en salud, educación, seguridad y justicia. Y todo eso acumulado estalla de diferentes maneras", sostiene Juan Gabriel Tokatlian, doctor en Relaciones Internacionales polla estadounidense Universidad Johns Hopkins y vicerrector de la Universidad Torcuato Di Telia.

Para Tokatlian, la clase política latinoamericana "no responde a las demandas de la población y eso genera una suerte de vacío para que aparezcan actores que hoy vuelven a ser importantes: los militares. Estaban replegados y reaparecen con sociedades movilizadas, clases políticas cuestionadas y dificultades económicas, porque la tasa de crecimiento es pobrísima con relación con el pasado. Creemos que tenemos presidencialismos fuertes, pero tenemos instituciones muy débiles", opina. Y se pregunta: "¿En qué países desde los años '60 hubo crecimiento económico con igualdad? En ninguno. Tenemos niveles de desigualdad pavorosos, somos un caso dramático a lo ancho y a lo largo", asevera.

Según Federico Merke, acaso uno de los problemas que tiene América Latina es que "no puede aumentar sus niveles de productividad". Para lograrlo, menciona, "hay que invertir y los niveles de inversión en la región son muy bajos. Eso sucede porque el ahorro se va al dólar, al colchón, a las Islas Caimán. No hay una correa de transmisión que vaya del ahorro a la inversión", resume. El desafío, entonces, es construir Estados más presentes en rubros como salud, educación, ciencia y tecnología y producción. "De lo contrario, todo se sostiene por los recursos naturales y los commodities, y siempre dependemos de precios internacioiiales que nosotros no fijamos", dice.

Tokatlian, en tanto, evalúa con alarma "el vaciamiento de la democracia" en el continente, lo que significa abrir "una caja de Pandora muy complicada. La democracia perdió referencia para mucha gente", culmina.