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Clarín
15/11/19

Políticos y académicos, en un debate urgente para bajar la pobreza infantil

El Centro de Evaluación de Políticas Basadas en la Evidencia (CEPE) realizó el 14 de noviembre la Conferencia Anual “Futuro de la Infancia en la Argentina: mapa actual y políticas pendientes”. Participó de la charla Daniel Arroyo, quien sería el ministro de Desarrollo Social del próximo gobierno.

Por Irene Hartmann


“Yo sigo las mediciones de peso y talla en los comedores? corremos riesgo de tener una generación de chicos bajos y obesos”. Ahora que es casi seguro que el diputado nacional Daniel Arroyo mutará a ministro de Desarrollo Social de la Nación, sus palabras y, en particular este duro diagnóstico sobre pobreza y malnutrición infantil, cobran otra envergadura.

El público que asistió ayer a la conferencia “Futuro de la infancia en la Argentina: mapa actual y políticas pendientes”, organizada por el Centro para la Evaluación de Políticas Basadas en Evidencia, de la Universidad Torcuato Di Tella, siguió con gran expectativa los dichos de Arroyo, quien integró un panel junto al investigador del Conicet y director de INECO, Facundo Manes; el director académico de CEPE, Eduardo Levy Yeyati, y la responsable del Barómetro de la Deuda Social de la UCA, Ianina Tuñón.

Minutos antes de la conferencia, algo del aire que se respiró en esa aula magna había sido adelantado, café en mano, por Gerardo Della Paolera, fundador de la Universidad Di Tella, actual director ejecutivo de la Fundación Bunge & Born y un influyente economista: “Qué te puedo decir? estamos frente a un cráter”.

Generó tranquilidad en el público la unanimidad en el diagnóstico de los expositores. O sea, en cuanto a las dramáticas cifras que cruzan infancia y pobreza (51,8%) o infancia e indigencia (1 de cada 10 chicos), y también en cuanto a las distintas “inseguridades” que atraviesan los niños, como la alimentaria (severa para el 13% de los chicos de 0 a 4 años) o en el hábitat (33,7% comparten cama y colchón), según fue relevando, desde el barómetro de la Deuda Social de la UCA, Ianina Tuñón.

El tema era aguardar la exposición de Arroyo para imaginar qué se hará de acá en más. El diputado partió de la base de que “no hay que fundar nada nuevo. No se requiere ningún gesto fundacional”, ya que existen políticas públicas que, “con sus cosas para mejorar, ofrecen gran cobertura social”.

Los ejemplos: la Asignación Universal por Hijo y las Asignaciones Familiares. “Son los mejores de su tipo en América latina”, subrayó Arroyo. “Además tenemos gran cobertura alimentaria y escuela, con dificultades, sí, y debates en cuanto a los contenidos, además de que muchas veces funciona como comedor, pero la escuela está, es un lugar. Y tenemos gran cobertura en salud”, remarcó, antes de señalar dos temas que lo inquietan: “La baja permanente en el consumo de leche. Con el hambre y la malnutrición se cruzó una raya que no se puede admitir. El segundo, la desocupación en los jóvenes”.

Como había adelantado Clarín –y remarcó ahora Arroyo-, “la idea es implementar el Plan Argentina Contra el Hambre, que va a priorizar a los chicos menores de 6 años. Básicamente va a ser una tarjeta de alimentos para las madres de esos chicos, que les va a permitir comprar los alimentos que quieran, pero vamos a hacer mucho hincapié en que todos puedan acceder a la canasta básica”.

A la cuestión nutricional también se había referido Facundo Manes, quizás una de las pocas figuras que hará las veces de “puente” entre el macrismo y la gestión de Alberto Fernández: “Ojo, no es como se anda diciendo...

no es con cargo”, aseguró, en privado, a Clarín, y detalló: “Como lo hicimos en la gestión anterior, asesorando científicamente ad honorem a la Unidad de Coordinación para el Desarrollo del Capital Mental bonaerense, vamos a colaborar con el área técnica para el diseño e implementación de planes del desarrollo cerebral con base en la nutrición y los estímulos cognitivos y emocionales”.

En su presentación, el neurólogo explicó que “para poder alcanzar su máximo potencial, el cerebro necesita crecer en un entorno en el que no solo estén satisfechas las necesidades nutricionales y materiales, sino también las cognitivas y socio emocionales siempre tomando en cuenta que el hambre y la malnutrición son, además de un drama humano, una inmoralidad”.

Arroyo lanzó algunas medidas puntuales que, dijo, serán abordadas “desde un esquema federal, descentralizado? son 24 provincias y miles de municipios. Lo que funciona en un lugar, no funciona en otro. Hay que estimular el desarrollo local”.

Puntualmente habló de “cinco sectores reales de la economía popular para poner en marcha: construcción, producción de alimentos, el rubro textil –que da mucho trabajo a mujeres y jóvenes-, la economía del cuidado –donde también tienen gran lugar las mujeres-, y reciclado”. Aunque agregó que “hay otros sectores son estratégicos en el país, como la industria del software, por ejemplo, estos cinco resuelven el problema social”.

Clarín le preguntó por el lugar que tendrá el cooperativismo. Arroyo explicó que es un engranaje clave: “Muchos movimientos sociales y cooperativas están haciendo mucho por la economía. Tenemos que fortalecer ese esquema: armar más centros de producción de estos cinco rubros productivos.
Fortalecer las ferias, los pequeños mercados centrales, acercar el productor al consumidor”.

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