En los medios

Apertura revista
4/11/19

Energia para crecer

En el marco del especial "Programas 2020", Sebastián Auguste, director de los programas MBA y EMBA de la Escuela de Negocios, fue consultado por Revista Apertura sobre la necesidad de atraer estudiantes a los programas de posgrado, especialmente en tiempos de crisis. "Tenemos que ser más atractivos, tenemos mucha calidad que no está totalmente explotada en la región", sostuvo Auguste.

Por Florencia Lippo
Corno una forma de tomar envión, los profesionales acuden a la academia para prepararse ante los desafíos que les imponen sus carreras. En la Argentina, los retos no pasan solamente por los propios obstáculos, sino que también influye el escenario económico y político. Para tomar una decisión importante en el ámbito educativo, los estudiantes en el país también miran el dólar y la coyuntura, de la misma manera en que lo hacen para encarar cualquier otro tipo de inversión. Sin embargo, cuando se analiza si es el momento o no para hacer el desembolso, la interpretación varía.

En los posgrados de negocios, específicamente en los MBA, la demanda es contracíclica, aseguran los referentes de las universidades del país. Es que en momentos de crisis como el actual existen dos opciones: resguardarse en un lugar seguro, en la zona de confort, o hacerle frente activamente a la tormenta y prepararse para cuando pase el temblor. En ese segundo grupo se encuentran hoy muchos de los gerentes, directivos y ejecutivos de empresas que deciden hacer un MBA para completar su carrera profesional, adquirir una mirada holística de los negocios y estar listos para el momento en que la economía repunte.



La inquietud es innegable: son muchas las empresas que están en modo wait and see, que están despidiendo personal, reestructurando sus equipos o ajustando costos. En ese contexto, los ejecutivos más ágiles deben adaptarse y buscar un beneficio para la empresa y, principalmente, para ellos mismos. Por eso, los académicos creen que la demanda no merma, sino que sigue siendo una necesidad para los perfiles que van a las maestrías en negocios.

Como contraparte, cada vez más los profesionales tienen un interés personal por ampliar sus conocimientos a través de un posgrado, ya no solo dependen de un pedido por parte de las empresas. Además, del otro lado del mostrador, las compañías dejaron de ver a sus colaboradores como propios y entienden que un perfil puede ir y venir de firma. Esto hace que, más allá de la crisis -que también es un factor determinante- sean menos las empresas que ofrecen un apoyo financiero del 100 por cien-
to para que sus empleados cursen un MBA. A pesar de esta realidad, la cantidad de alumnos se sostiene, aunque deban hacerse cargo, en su mayoría, de un 50 por ciento -o más-, del programa.

La devaluación, un factor que juega en contra para el poder adquisitivo local, resulta un beneficio para las universidades del país que buscan atraer a extranjeros a sus aulas. En la región, la Argentina es uno de los países más valorados para acceder a educación de grado y posgrado según los rankings especializados, y la coyuntura hace que sea doblemente atractiva. De acuerdo con una de las clasificaciones de la consultora QS, los MBA del IAE de la Austral y el de la Universidad de Palermo están entre los 10 mejores de América latina.

Según Sebastián Auguste, director de los programas de MBA y EMBA de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT), también existe un mayor interés de argentinos por quedarse en el país para estudiar. Para él, esta decisión de hacer un MBA en el mercado local no tiene que ver solamente con la reciente devaluación que achica un poco los costos en dólares. "La demanda de hacer un posgrado afuera cayó mucho desde el 2000, porque es muy caro, es una inversión malísima. Solamente lo hacen si se quieren ir a vivir afuera”, sostiene. En general, sus colegas coinciden en esta visión y afirman que quienes están yendo al exterior a estudiar lo hacen como una puerta de entrada para conseguir trabajo en otro país y mudarse definitivamente, no como algo transitorio con el único objetivo de estudiar.

Como desafío, Auguste opina que las universidades argentinas deben posicionarse mejor en el exterior. "Tenemos que ser más atractivos, tenemos mucha calidad que no está totalmente explotada en la región. En los Estados Unidos y Europa hay una fuerte regionalización de los MBA y eso a América latina no llegó todavía”, plantea el director de la UTDT a partir de la calidad académica que existe en el país, no solo en la universidad que lidera.

En tanto, el perfil se mantiene más allá de la coyuntura: más de 30 años hasta aproximadamente los 40, con graduados de ciencias duras como ingenierías, contabilidad y administración, pero con cada vez más participantes de otras áreas como derecho, arquitectura y ciencias sociales.

Sembrar hoy, cosechar mañana
Con la idea de potenciar las habilidades, la experiencia y el CV, los perfiles con proyección profesional -o aquellos que buscan tenerla- deben tomar la decisión de arriesgar hoy para ver los resultados en el mediano y largo plazo o esperar y quedarse en la zona de confort. Como en cualquier inversión, depende del perfil de cada uno, pero en general las escuelas de negocios notan un interés sostenido en los MBA, lo que habla de una necesidad de preparar el terreno cuando se dé un repunte económico y se reactive el mercado laboral. O, incluso, engrosar las capacidades para apuntar a nuevos destinos fuera del país.

“En un contexto difícil hay dos caminos: quedarse quieto, agazapado, o salir a desafiar a ese contexto y hacerse dueño, para atrapar la oportunidad”, gráfica Sebastián Benoit, director Ejecutivo del Executive MBA del IAE, para explicar por qué el MBA es contracíclico. Para él, este patrón se vio en otros escenarios de crisis económica como en 2001 y 2008. “Hay una necesidad de estar preparado para el futuro y hacerse cargo de lo que está pasando. Si en mi compañía están achicando personal o le está yendo mal yo no me quiero quedar quieto”, agrega.

“Si se mira el precio en dólares está a nivel de sus pisos históricos, sacando grandes crisis como la del 2001. Por eso hay un mercado estable con un ritmo de crecimiento que se hizo muy competitivo, tanto a nivel local como para estudiantes del exterior”, nota Daniel González Iso- lio, director del MBA de la Universidad de San Andrés (Udesa). Esa ventaja ante la devaluación es aprovechada por una parte de profesionales que tienen moneda dura y que deciden invertirla en sí mismos. “Hay gente que tiene los dólares guardados y aprovecha para hacer el MBA porque es más barato ahora”, dice Auguste, de la Di Tella.

Alejandra Falco, directora de la Maestría en Dirección de Empresas de la Ucema, considera que, por el momento, el interés está sostenido, por lo que no debería haber una caída en la demanda para el año que viene. "Ni se menciona la crisis, se tiene una visión de que las crisis tienen de contracara una oportunidad”, dice. En la Universidad del Salvador, Héctor Dama, decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales, reconoce que este es un período en el que se da una reacomodación, sobre todo del lado de las empresas, que están explorando el horizonte político y económico para definir qué nivel de apoyo en el financiamiento pueden darle a sus empleados. En esta diferenciación, muchos de los representantes de las principales escuelas de negocios del país coinciden: mientras los profesionales están ávidos de avanzar en sus carreras y ’ ven el MBA como una semilla en su desarrollo laboral, las empresas prefieren frenar un poco las inversiones y adoptan un comportamiento más parecido al del wait and see.

Entonces, son muchos los casos en los que el apoyo económico de parte de las compañías cae -tanto en cantidad de alumnos que acuden a las aulas enviados por las empresas como en el porcentaje de apoyo que se da pero por el contrario argumenta el interés personal por invertir en el futuro, sobre todo en un contexto incierto como el actual.

Así como las compañías ponen en stand by las decisiones de inversión en capacitación para el capital humano, las universidades son cautelosas a la hora de dar precios para el año que viene. Inflación, costo de vida, tipo de cambio, son algunas de las variables que las instituciones tienen en cuenta para hacer el ajuste, siempre mirando no quedar desfasadas ante la demanda. De nuevo, al cierre de esta edición, sin resultados electorales, la incertidumbre reina en las palabras de los di rectores de los MBA.

“Tuvimos una disminución de la demanda en la capacitación ¿n company, pero no en el MBA”, detalla Luis del Prado, rector y director de la Maestría en Administración de Negocios de Eseade, para graficar algo que se replica en muchas universidades pese al contexto. Así, para 2020 del Prado espera sostener la cantidad de alumnos, de 20 por comisión -una sola por año.

Juan Pablo Manzuoli, director del MBA de la Universidad Católica Argentina (UCA), menciona que, por el momento, notan mucha demanda en las consultas pero menos concreción, sobre todo por estar a la es pera de algunas variables macroeconómicas para tomar la decisión. “En toda volatilidad se notan las ganas de hacer algo pero cuesta más tomar la decisión porque no saben cómo va a estar su economía personal el año que viene”, considera.

De todas maneras, las universidades contemplan los vaivenes de la coyuntura y ofrecen descuentos por inscripción temprana, descuentos para egresados de carreras de grado o para determinados perfiles que quieren incentivar, y cuotas a pagar durante la cursada para alivianar el peso del desembolso. En la UCA, por ejemplo, los egresados de la universidad tienen 20 por ciento de descuento, ciertas áreas de tecnología tienen un 15 por ciento y a los jóvenes potenciales -de 28 a 30 años- de las empresas se les hace una rebaja extra de un 20 por ciento. “La mayor demanda es de Ciencias Económicas, pero tenemos precios según los perfiles que queremos estimular. Estamos sumando a mucha gente de arquitectura y diseño, nos interesan los emprendedores de esas áreas”, afirma Manzuoli. La revaloración del MBA y la falta de apoyo de las empresas no se da solamente por una cuestión económica, sino que en las escuelas notan un mayor interés personal en hacer el MBA por sí mismos, no tanto por hacerlo para la empresa en la que trabajan. Una nueva cultura de trabajo, con menos “camiseta” y más espíritu emprendedor, hace que los jóvenes profesionales busquen mejorar sus propios perfiles por iniciativa propia, por eso muchas veces optan por pagarlo ellos en lugar de contar con cobertura de la compañía en la que trabajan. “Entendemos que esto le da otra valoración. A veces las empresas mandaban a gente que habían pedido un aumento de sueldo, y como no se lo podían dar les daban capacitaciones, entonces los alumnos no venían tan motivados”, explica el director de la UCA. Hoy, en cambio, es todo motivación personal. Dentro de lo contracíclico que tienen los MBA, Jorge Luis Ro- dríguez, secretario de posgrado en la Universidad Ar- gentina de la Empresa (UADE), afirma que la modalidad que más crece es la Online, sobre todo en el público del interior que no puede trasladarse a la Ciudad de Buenos Aires para cursar. En esa escuela de negocios más del 80 por ciento de los alumnos se autofinancia, aunque el porcentaje varía según la modalidad -la UADE tiene MBA ejecutivo, intensivo y Online. “En el último tiempo notamos que las empresas no apuestan tanto a la formación a través de maestrías, lo que sí hacen es apoyar en cursos cortos y específicos”, agrega Rodríguez como una tendencia que observa en el sector.

En algunos casos, incluso, la coyuntura puede resultar un factor para atraer a nuevos alumnos, sobre todo del exterior, si se miran los precios de los MBA en dólares y el nivel que tiene la educación argentina. En la Universidad de Palermo (UP) el 50 por ciento de los alumnos son extranjeros y la entidad apunta activamente a ese target en la región. “El precio nos beneficia, pero la inestabilidad política juega en contra -dice Gabriel Foglia, decano de la Facultad de Ciencias Económicas de la UP, para los casos de alumnos extranjeros que vienen a vivir a la Argentina. Vemos que hay un crecimiento de las modalidades blen- ded, que cursan desde sus países”, suma sobre los profesionales que provienen en su mayoría de América latina.

Dentro del IAE también destacan la burbuja que viven algunos sectores, que no son tan golpeados por la crisis y que, por lo tanto, favorecen a ciertas industrias como sucede hoy con las empresas de software y tecnológicas. "Tenemos a mucha gente de MercadoLibre, Facebook, Globant”, enumera Benoit. Para el resto de los mortales -o esas compañías donde sí pega la recesión- IAE ofrece la posibilidad de pagar en cuotas el $ 1.150.000 que cuesta el MBA. “Notamos un interés en las cuotas, pero los ejecutivos saben que las cuotas significan actualización por inflación, entonces si pagan todo junto terminan ganando", dice el director del IAE.

Negocios 4.0 A la hora de formar a los líderes del futuro, las escuelas de negocios se encuentran con el gran desafío de que no solo el mundo académico está cambiando, sino que también el mercado laboral se transforma de una manera acelerada en la última década. La teoría de que los profesionales se están formando para trabajos que en el mediano plazo no van a existir es una preocupación real dentro de las universidades y las empresas, por eso las obligan a adaptarse a las innovaciones tecnológicas. Palabras que a principios de esta década parecían lejanas, como business intelligence, inteligencia artificial, data Science y blockchain, son parte del día a día de las empresas disruptivas del mundo y de la Argentina, y los MBA buscan capacitar a sus alumnos en estos aspectos.

Hoy, no es necesario estudiar informática o programación para hablar de tecnología, sino que los posgrados de negocios buscan educar sobre cómo se usa esa tecnología aplicada a los negocios y cuál es su impacto en la manera de operar y de trabajar. Por ahora, tanto las universidades como las propias compañías están descubriéndolo.

"Notamos mucho interés en el área de data analysis, ciencia de datos y digitalización por parte de las compañías”, dice Falco de la Ucema como una demanda de las organizaciones que se suma a la necesidad de incorporar habilidades blandas a los programas. El perfil ideal lo tiene todo: una buena porción de conocimientos duros, pero que pueda transmitirlos a un equipo gracias a sus capacidades interpersonales. “Hoy hay cuestiones que se digitalizan, pero lo que no es digital requiere mucho del humano y de sus capacidades interactuando con esa digitalización, lo cual hace que las habilidades blandas cobren aún más relevancia”, agrega.

En el Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA), la importancia la tecnología está dada desde el comienzo de la Maestría en Dirección Estratégica y Tecnológica (DET), el equivalente al MBA dentro de otras escuelas de negocios. Diego Luzuriaga, director del posgrado, dice que hay mucho interés en capacitaciones más específicas y aplicadas. En esta institución apuntan no solo a ingenieros, sino que se abren a nuevas industrias que -más temprano que tarde- se van a ver afectadas por la disrupción digital. “Tenemos muchos alumnos de empresas de tecnología, pero también hay del sistema financiero, instituciones públicas, entre otras áreas. La tecnología es la base de la innovación en el negocio", describe Luzuriaga para explicar por qué el posgrado se hace cada vez más necesario para todo tipo de rubro.

Con ese foco, el ITBA busca potenciar el espíritu emprendedor dentro de cada alumno, para que comience sü camino independiente o que emprenda en la empresa en la que trabaja. Para lograrlo, Luzuriaga sostiene que debe haber un mix entre lo duro y lo blando, por eso la universidad sumó el seminario de inteligencia emocional y cuestiones de liderazgo a sus planes obligatorios y optativos. "Todo esto forma parte del líder y el emprendedor de hoy. Son personas que deben convivir con temáticas que engloban el dominio personal de las propias emociones, la diversidad, entre otros", agrega el director.

En una escuela donde se busca todo el tiempo la aplicabilidad de la tecnología, los seminarios y los casos de aplicación se adaptan muy rápido para estar a tono con la realidad. “Tenemos temáticas incorporadas hace un año como la neurociencia aplicada a la toma de decisiones o seminarios de tecnologías disruptivas como blockchain e inteligencia artificial. Son temas que les interesan mucho a los alumnos y a las empresas", sintetiza.

Entre las novedades de la UCA, en los últimos dos años se cambió el proyecto integral, lo que antes se llamaba tesis, para que el alumno lo haga durante el MBA. "Tiene que ser un proyecto que la persona sienta como propio y elaborarlo durante el MBA como si fuera un caso”, dice el director de la carrera. Además, acorde al perfil emprendedor que crece entre las comisiones de las maestrías en negocios, la universidad sumó módulos de plannership, que son para generar emprendimientos que pueden funcionar como proyectos dentro de una empresa o como startup personal. “Este módulo es muy importante porque es el modelo de empleabilidad de acá al futuro. Hacia el 2030 se trabaja con un concepto más híbrido de empresas, la persona que hace una carrera laboral con seniority debe poder proponerse el mismo desarrollo de carrera a nivel personal”, sintetiza Manzuoli sobre las nuevas demandas del mercado laboral.

Además, dentro de las materias obligatorias la UCA incorporó un módulo de transformación digital y otros optativos relacionados con inteligencia artificial y fintechs -estos últimos dos para el año que viene.

En la Universidad de Palermo se incorporará a partir del año que viene una orientación del MBA en Information Systems, con herramientas de tecnología para aplicar a las empresas, como analytics e inteligencia artificial y en colaboración con la Cámara de la Industria Argentina del Software (Cessi). "Notamos una demanda de educación en esa industria. Desde la cámara nos pidieron que hiciéramos algo así y por parte de los alumnos también vimos un interés en materias de tecnología", describe Foglia, quien agrega que la transformación y el cambio de paradigma pega en todos.lados: "En lo operativo de la empresa, en el marketing, en la gestión de las personas, y esto pasa en todo el mundo”.

Innovar es la única constante Los programas buscan ser un puente para que los alumnos puedan hacer una mirada introspectiva, un primer paso clave a la hora de liderar equipos. El autoconocimiento, segregado de las universidades hace unos años, se volvió uno de los ejes centrales de los planes de estudio, desde las materias y talleres optativos hasta dentro de las cursadas obligatorias. En sí, el diferencial de hacer un MBA está en la posibilidad de hacer una reflexión interna para reenfocar la carrera y en la experiencia compartida en el aula, gracias a la diversidad de voces.

En ese sentido, los directores de los MBA más importantes del país aseguran que todas las universidades trabajan para que las aulas sean cada vez más inclusivas: con profesionales de diversas industrias, participantes extranjeros y de distintos tamaños de empresas. El intercambio de situaciones vividas en una PyME y en una multinacional enriquece el recorrido de cada alumno, mucho más que los programas fijados. Además, en un país que busca fortalecer sus relaciones internacionales y la presencia de sus marcas en el mundo, contar con líderes que conocen cómo se hacen los negocios en la región y en países como los Estados Unidos o los europeos es un atractivo para los alumnos y para las empresas que los contratan.

Por su parte, las habilidades blandas, que hace unos años eran una novedad y formaban parte de los programas optativos dentro de la columna vertebral de los MBA, hoy son la base de cualquier plan de estudios. Ya ninguna escuela de negocios, alumno o empresa duda de la importancia de las capacidades interpersonales, tanto para liderar equipos como para liderarse a uno mismo. Conocer las propias debilidades y fortalezas es, según los académicos, el primer paso para buscar poten ciar las debilidades y fortalezas de un grupo de trabajo, una organización o un emprendimiento. Además, estas materias de autoconocimiento sirven para definir hacia dónde quiere encarar su carrera profesional cada estudiante: hoy, cada vez más, las universidades fomentan el emprendedurismo y el desarrollo de startups como parte del plan de estudios.

En la UTDT se sumó una modalidad de cursada intensiva, el programa 3x3, con un formato de tres días de clase cada tres semanas, con mucho caudal de gente de la región. En tanto, en términos de contenidos, Auguste comenta que lo más novedoso que incluyó la escuela de negocios es la materia obligatoria de inteligencia emocional y liderazgo. “Es muy importante el auto-aprendizaje”, agrega.
En algunas universidades, como en el IAE, se busca fortalecer la experiencia en el programa mediante esas habilidades blandas. “Sumamos una semana completa de liderazgo adaptativo, en la que se trabaja en el propio liderazgo. Trabajamos de cerca con los candidatos y tienen un coa- ching por equipos donde se dan feedback para autoconocerse también en función de otros", dice sobre este proceso de transformación que viven los alumnos.

Dama, de la Usal, sostiene que está en alza el interés por las habilidades blandas. Por eso la universidad jesuíta sumó a su escuela varios pilares como la maestría en coaching, una especialización en liderazgo y desarrollo personal y una especialización y maestría en gestión de recursos humanos. “Los cambios que propone la tecnología, con un mayor trabajo virtual, demanda de más capacidades interpersonales que no sean solamente presenciales”, sostiene el decano sobre los cambios de paradigma que está viviendo el mercado laboral.

Dentro de Eseade, el último año se vieron cambios en el plan de estudios, con un fuerte foco en el espíritu emprendedor. En esa casa de estudios se lanzó una actividad voluntaria y gratuita de coaching personalizado para el desarrollo de habilidades sociales y emprendedoras y la respuesta de los estudiantes se hizo notar: el 70 por ciento de los alumnos hizo la actividad. “Lo hicimos porque notamos que teníamos que pasar más a la práctica. Tener estas actividades de coaching, simulación de negocios y contacto con PyMEs y emprendimientos da un contacto muy valioso con la realidad”, sintetiza del Prado.

En la mayoría de las universidades, los contenidos para las materias destinadas a las habilidades blandas y los casos de estudio se modifican de acuerdo al contexto. "Tratamos de adaptar los contenidos a la macro, las cuestiones prácticas se bajan a tierra, cambiando permanentemente, y vamos incorporando todo lo necesario. Hay materias que se prestan mucho al análisis de la coyuntura”, concluye Falco , de la Ucema. La realidad argentina lo amerita.

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