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El Economista
16/09/19

Desembolso del FMI está cada vez más lejos

Federico Furiase, profesor de la Escuela de Negocios UTDT, fue consultado por El Economista acerca de los factores que hacen a la demora del desembolso del Fondo Monetario Internacional (FMI). "Veo bajas chances de que esté antes de las elecciones de octubre", apuntó el economista.

La semana pasada, el Fondo Monetario Internacional (FMI) confirmó la fecha y el lugar para el próximo encuentro con el Gobierno: el organismo recibirá al ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, en Washington a fines de septiembre. Durante la reunión se realizará la revisión de la evolución de las cuentas públicas del país. En medio, se encuentra la definición del próximo desembolso de US$ 5.400 millones en el marco del acuerdo crediticio.

Sin embargo, dentro del cronograma del acuerdo, el desembolso estaba programado para septiembre (se esperaba que llegaría a mediados de este mes) y, teniendo en cuenta que aún el organismo no ha indicado la fecha en que enviará ese monto (incluso, no ha confirmación si realizará esa transacción) y que la reunión entre ambas partes se realizará durante los últimos días de este mes, lo esperable es que el desembolso no lleguará antes de octubre.

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En tanto, por parte de analistas económicos, prevalece la idea de que el organismo multilateral demorará un poco más la espera del crédito y hará el envío después del 27 de octubre, una vez concluidas las elecciones presidenciales, con el mandatario electo y con menores incertidumbres en el terreno político.

“Hay varios factores que harían demorar el desembolso con el Fondo y veo bajas chances de que esté antes de las elecciones de octubre: primero, por un factor de incertidumbre política, en donde Alberto Fernández ha manifestado que no está de acuerdo con el formato del pacto con el FMI, lo cual hace mucho ruido”, señaló ante El Economista Federico Furiase, director del estudio EcoGo.

“Por otra parte, se deterioraron los criterios económicos de la aprobación del desembolso. Si las metas fiscales del primer y segundo trimestres fueron sobrecumplidas, yo le pongo un interrogante a la meta fiscal del tercer trimestre, sobre todo por el impacto que tiene al esperarse una mayor recesión por el lado de la recaudación”, señaló Furiase, que además remarcó problemas con el programa monetario, que en julio y agosto no se pudo cumplir por el retiro de fondos comunes de inversión y por la dolarización de carteras.

Según Furiase, los criterios económicos que más se deterioraron son que el Tesoro, con un riesgo país encima de los 2.000 puntos básicos, no está teniendo un canal de financiamiento alternativo al FMI. Incluso, de acuerdo con el especialista, no sólo está cerrado a los canales internacionales de crédito, sino también a los mercados nacionales.

Furiase remarcó también el deterioro en el ejercicio de la sostenibilidad de la deuda pública. “El aumento del tipo de cambio real tras los resultados de las PASO, el aumento de la tasa real requerida para estabilizar el tipo de cambio, el aumento del riesgo país y las perspectivas de un menor crecimiento hacen que el superávit fiscal primario requerido para estabilizar la relación deuda-producto sea más alto que antes de las elecciones primarias, y eso pone ciertos interrogantes en términos de la solvencia del sector público”, explicó.

Esta idea del desembolso después de las elecciones de octubre contiene implícitamente la certeza de que ese día se resolverá quién será el próximo presidente del país. Sin embargo, en caso de que no sea resuelto y haya balotaje, especialistas estiman que el desembolso podría demorarse aún más y extenderse hasta después de esos comicios.

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