En los medios

La Nación
7/09/19

Llegó la hora de poner a dieta a la bestia interna

Hernán Kiguel, profesor de la Escuela de Negocios UTDT, fue consultado por La Nación sobre la importancia de explorar para innovar. "Para explorar hay que estar dispuesto a ni siquiera sacar rédito de ese tiempo", sostuvo.

Por Martina Rúa
Cuando las cosas están saliendo bien, a veces puede ser más difícil innovar que en otros momentos. Porque cuando algo anda mal o nos incomoda, no queda otra que preguntarse por las causas y buscar un cambio, pero si el afuera te tilda de exitoso, ¿quién se anima a revisar esa etiqueta?

El mundo de hoy promueve y venera a los hacedores porque parece que estar ocupado (no importa en qué) es muy importante. Así nos encontramos en un loop infinito de perseguir más ventas, más clientes, más reconocimiento, tenemos más reuniones, proyectos inabarcables que atender con los mismos recursos. En términos de creatividad de Pixar, esto se asocia con alimentar constantemente a “la bestia”. En el libro Creativity Inc., Ed Catmull, presidente de Pixar Animation y Disney Animation, revela los secretos de la inspiración del gigante del entretenimiento. Una de las premisas de trabajo en Pixar es “reconocé a la bestia hambrienta y cuidá a los bebés feos”. La idea es que si vos siempre estás respondiendo a lo que pide la bestia, (el afuera, el mercado, las urgencias) nunca vas a hacer algo que refleje quién sos vos o que necesitás vos realmente, porque te la pasás respondiendo a las motivaciones externas, a lo que quieren los demás de vos. Y esto se da especialmente cuando el afuera celebra ese hacer como “éxito” ¿pero a qué costo todo esto? ¿Quién dijo que hacer y tener siempre más es mejor?

Para la mayoría de nosotros, existe una tensión increíble entre trabajar en modo “alimentar a la bestia” y la producción de algo de alta calidad, ya que lo que sucede a menudo es que el “éxito” ejerce la presión de repetir y repetir rápidamente.

La calidad es lo primero que sacrificamos, después de todo, lo desconocido puede fallar. Aquí es donde entra en juego el concepto de “el bebé feo” (Ugly baby) que usan en Pixar para nombrar a las nuevas ideas. Estas necesitan protección, en parte porque la originalidad es frágil y porque son particularmente vulnerables a “la bestia”, esa fuerza que nos presiona a repetir lo que funcionó en el pasado, en lugar de crear algo nuevo. “Cuando abogo por proteger lo nuevo, estoy diciendo que cuando alguien trae una idea original, esta puede ser desgarbada y mal definida, pero también es lo opuesto a lo establecido y arraigado, y eso es precisamente lo que es más emocionante al respecto ”, dice Catmull de Pixar. Sin tiempo de reflexión no hay espacio para lograr esas primeras iteraciones de algo original. ¿Cuánto de tu tiempo dedicás en alimentar a la bestia? ¿Hay algún espacio elegido y consciente para que puedan nacer nuevos proyectos ?

Hernán Kiguel es economista y profesor de innovación en la Universidad Torcuato Di Tella, para él es importante entender el tiempo que le dedicamos a la exploración versus explotación. “Las personas y las empresas en general somos muy buenas explotando, haciendo, pero no tanto a la hora de explorar. Escuchamos muchas veces que las compañías dicen que están innovando, pero en realidad siempre vuelven a la explotación. Lo que hacen es intentar un esfuerzo que dura dos meses, pero esa supuesta innovación no es sistémica, es esporádica”, dice. Según Kiguel, esto ocurre porque es imposible poder explorar sin afectar de algún modo lo que estás haciendo hoy. Por ejemplo, si querés cursar una maestría para mejorar tu posición de carrera y a la vez trabajás 10 horas por día, ambas cosas no se pueden atender con la misma Si no hay tiempo para reflexionar no hay espacio para lograr esas primeras iteraciones de algo original intensidad. Entonces el dilema es: o te quedás donde estás y no perdés ingresos por horas de trabajo (explotación). O bien resignás horas de trabajo (e ingresos) en pos de cursar y aprobar la Maestría (exploración). “Para explorar hay que estar dispuesto a ni siquiera sacar rédito de ese tiempo. La gente quiere ver cuándo recupera lo que está perdiendo. Pero en realidad deberían hacerlo sabiendo que la recuperación puede ser cero”, dice el economista.

Además, a diferencia del hacer, la exploración no tiene una validación social que la habilite. Aunque tímidamente las empresas empiecen a hablar del error como camino al éxito, todavía son excepciones y no la regla los espacios formales que habiliten la experimentación. Garri Kasparov, el reconocido ajedrecista y escritor ruso, dice que la sociedad no innova realmente hace más de 40 años porque todo el mundo está muy preocupado por contar lo que hace y en producir. En palabras del presidente de Pixar “si siempre estamos empujando algo a través de una tubería con el fin de que salga algo ahí afuera, estamos perdiendo el fermento orgánico que alimenta la verdadera inspiración”.