En los medios

La Nación
7/07/19

Más allá de las aulas, las universidades son centros de investigación y desarrollo

Además de ser ámbitos de enseñanza tradicional, en las casas de estudio se realizan tareas de I+D, muchas veces contra viento y marea, que se reflejan en proyectos concretos y publicaciones científicas. La Universidad Torcuato Di Tella cuenta con varios centros de investigación que publican regularmente sus trabajos e índices.

Por María Gabriela Ensinck
A pesar de la baja en el presupuesto y la crisis del sistema científico y educativo, las universidades argentinas no dejan de lado las tareas de investigación. Dentro del ámbito académico, docentes, alumnos y becarios realizan investigaciones, y cada vez más universidades cuentan con unidades de vinculación para transferir estos desarrollos a empresas o al estado, lo que en muchos casos constituye una fuente de ingresos.

Según Scimago Institution Ranking (SIR), la Universidad de Buenos Aires (UBA) ocupa el primer lugar en cuanto a investigación entre las universidades argentinas, y se ubica en el puesto 10 de las latinoamericanas y en el 280 a nivel mundial.


Le siguen a nivel local la Universidad Nacional de La Plata, y las de Córdoba, Rosario y Quilmes. Completan el top 10 local las de San Martín, Cuyo, la UCA (en el puesto 8, y primera entre las privadas), Nordeste y Río Negro.

Este ránking mide la calidad de la investigación académica en 6.459 instituciones del mundo. Es encabezado por la Academia China de Ciencias, seguido por el CNRS de Francia y coloca al Conicet en el puesto 20 a nivel mundial. Entre las universidades, la primera de la lista es Harvard, seguida por el MIT y Stanford.

Los criterios para rankear tanto a centros de investigación como a universidades incluyen el análisis de la base de datos de citas y bibliografía científica Scopus, y se toman en cuenta variables como la calidad y cantidad de publicaciones, así como el grado de innovación e impacto social de las mismas.

Vanguardia 

Además de ser la Universidad más grande del país, con trece facultades y más de 300 mil estudiantes, la UBA es líder en investigación científica. La Facultad de Ingeniería tiene actividades de investigación en más de 20 áreas, algunas de frontera como "bioprinting" (impresión de tejidos para reemplazo de órganos y ensayos clínicos) o "arqueometría", (técnicas para la identificación y conservación del patrimonio histórico, a partir del análisis de materiales).

También desarrolla materiales biodegradables, investigaciones en robótica y sistemas inteligentes, nanotecnología, ingeniería biomédica, mecánica, electrónica y comunicaciones, entre otras.
Los resultados de estos trabajos se difunden en congresos y seminarios, revistas de divulgación, revistas científicas y libros técnicos, con un promedio de 300 publicaciones cada dos años. "Cuando se trata de desarrollos originales y aplicables a la industria, la propiedad industrial se protege a través de patentes de invención. En otros casos, el conocimiento se transfiere directamente a empresas, ONGs u organismos públicos y privados", destaca Luis Fernández Luco, secretario de Investigación, Posgrado y Doctorado de la Facultad de Ingeniería de la UBA (Fiuba).

"Si bien algunos grupos de la Facultad hacen investigación básica, el fuerte es la investigación aplicada y su transferencia. Como ejemplo de esto, investigadores de Geodesia y Geofísica participaron en el proceso que llevó a la ampliación de la plataforma continental Argentina sobre el océano atlántico en más de 1600 km2", destaca Fernández Luco.

La Fiuba también brinda asistencia técnica, asesoramientos, proyectos de investigación y desarrollo bajo demanda, ensayos normalizados y de diseño propio y servicio de calibraciones, así como peritajes a requerimiento de la Justicia. Los ingresos provenientes de estas actividades se aplican al mantenimiento de los laboratorios e insumos, gastos operativos y becas para alumnos.
En la Facultad de Veterinaria, el foco está puesto en la investigación científica y tecnológica relacionada con la reproducción animal. Allí funcionan diversos centros de investigación como el Instituto de Investigación y Tecnología en Reproducción Animal (Initra), la Unidad Ejecutora UBA-Conicet de Investigaciones en Producción Animal (INPA), el Centro de Estudios Transdisciplinarios del Agua (CETA), el Centro de Educación y Gestión Ambiental (CEGA) y el Instituto de investigaciones Clínicas Veterinarias (Inclivet). Asímismo, la facultad cuenta con dos publicaciones: Invet (revista científica) e InfoVet (de divulgación).

Investigar y transferir 

La Universidad de Tres de Febrero (UNTREF) cuenta con varios institutos de investigación aplicados a economía, arte, estudios históricos, diversidad cultural, comunicación, estadística.
En carreras como Higiene y Seguridad, e Ingeniería Ambiental, el 45% de los docentes realiza tareas de investigación. Entre las temáticas que abordan se cuentan: ergonomía y salud laboral; mobbing, gestión de residuos, reducción de desperdicios de alimentos, desarrollo de termotanques solares y aerogeneradores.

"También se realizan estudios e informes para empresas y municipios, generando ingresos que son volcados a financiar becas e insumos para las investigaciones", apunta Julio Abel Sola, coordinador de las Carreras Licenciatura en Higiene y Seguridad del Trabajo e Ingeniería Ambiental.
La Universidad de San Martín (Unsam), sexta en el ránking argentino de Scimago, cuenta con más de 800 investigadores. El 52% se dedica a ciencias básicas, aplicadas y de la vida y el 48% a ciencias sociales y humanidades.

Las líneas de investigación van desde microbiología, ingeniería genética, nanosistemas y medicina nuclear, hasta eficiencia energética, telecomunicaciones, aplicaciones biomédicas, microelectrónica, astrofísica, conservación patrimonial, planificación urbana, educación, transporte, desarrollo económico, desigualdad y migraciones.

Además de prestar servicios a empresas y organizaciones públicas y privadas a través de convenios, los investigadores de Unsam también crean sus propias compañías de base científico-tecnológica.
Algunos ejemplos son: Chemtest, una startup que desarrolla sistemas de diagnóstico de chagas y fiebre aftosa, a través de análisis de laboratorio y tests en campo; Hybridon produce recubrimientos antibacterianos para reducir infecciones intrahospitalarias; Biomatter, que creó un kit que acelera la regeneración de piel afectada por quemaduras y úlceras; y Solarmate, creador de un termo que calienta el agua con energía solar.

Investigación Federal 

A lo largo del país, las áreas y temas de investigación se vinculan con las distintas realidades y recursos regionales. Así, en la Universidad Nacional de Jujuy se inauguró hace dos años el Centro de Investigación en materiales avanzados y almacenamiento de Energía (CIDMEJu), con foco en el desarrollo y procesamiento del litio.

En la Universidad Nacional de Córdoba, las facultades de Ciencias Agrarias, Exactas, Medicina y Química realizan investigaciones en alimentos y brindan servicios a la industria como: análisis químico, nutricional, mejoramiento genético y trazabilidad.

En la Universidad Nacional del Litoral funciona el Instituto de Agrobiotecnología, dirigido por la doctora Raquel Chan, cuyo grupo de investigación descubrió un gen que permite obtener soja, maíz y trigo tolerantes a la sequía y a la salinidad, un desarrollo científico que le valió reconocimiento internacional
Considerado como la meca de la física nuclear, en el Instituto Balseiro de Bariloche, docentes y alumnos de grado y posgrado investigan en temáticas que van desde ciencia de los materiales y nanotecnología, a Telecomunicaciones.

Universidades privadas 

En cuanto a las universidades privadas, la mayoría de las Facultades de la UCA tienen Centros de Investigación afines a su área, muchos de ellos asociados al Conicet. Por ejemplo, el centro de Investigaciones Biomédicas (Biomed); el Centro de Investigaciones en Psicología y Psicopedagogía; el Centro de Estudios de Literatura Comparada, el Centro de Investigaciones en Economía, el Centro de Derecho Constitucional, el Instituto de Investigación Musicológica Carlos Vega, el Laboratorio de Biomecánica e Ingeniería para la Salud, el Instituto de Investigaciones Teológicas; el Instituto de Historia; el Centro de Investigación en valores, integración y desarrollo social y el Observatorio de la Deuda Social Argentina (Odesa), que muchas veces deja ver la magnitud de la pobreza en general, las vulnerabilidades en el mundo del trabajo y temas relacionados con la problemática de mujeres y niños, entre otras.

Recientemente, "la UCA firmó un acuerdo con el Instituto Tecnológico de Monterrey para sustentar tecnológicamente su modelo educativo", comentaron María Clara Zamora, Vicerrectora de Investigación e Innovación Académica y Nicolás Gorboff, Coordinador de Investigación.

En tanto, en la Universidad Di Tella (UTDT) funcionan varios centros de investigación que publican regularmente sus trabajos e índices. El Centro de Investigación en Finanzas, dirigido por Juan José Cruces, elabora, entre otros, el Índice de Confianza del Consumidor, la Encuesta de Expectativas de Inflación, el Índice Líder, el Relevamiento Inmobiliario en América Latina y el Riesgo en Commodities Agrícolas.

Desde el Laboratorio de Crimen, Instituciones y Políticas (LICIP), dirigido por Rafael Di Tella, Sebastián Galiani y Ernesto Schargrodsky, se generan investigaciones para resolver el problema de la delincuencia.

En el Espacio de Negocios Inclusivos, dirigido por Jaqueline Pels, se exploran las nuevas tendencias de la economía colaborativa y emprendimientos de triple impacto.

En el Laboratorio de Neurociencias, dirigido por Mariano Sigman, físicos, psicólogos, biólogos, ingenieros, biotecnólogos, lingüistas, matemáticos, artistas y expertos en informática y educación exploran el funcionamiento del cerebro y su relación con el aprendizaje, las emociones y la toma de decisiones. También funcionan en la Di Tella el Centro para la Evaluación de Políticas Basadas en la Evidencia (CEPE), el Centro de Investigación de Políticas Urbanas y de Vivienda (CIPUV), el Laboratorio de Datos (DataLab) y El Laboratorio de Historia Pública, entre otros.

Dentro de la Universidad de San Andrés (UdeSA) se creó recientemente el Centro de Estudios para el Desarrollo Humano, con énfasis en el estudio multidisciplinario de la pobreza. También funcionan en esa casa de estudios el Centro de Estudios en Tecnología y Sociedad (CETyS), que desarrolla investigaciones sobre privacidad y protección de datos; educación en la sociedad del conocimiento y el impacto de las tecnologías en los servicios financieros (Fintech).

"UdeSA tiene un programa de subsidios para las investigaciones, del que participan unos 50 profesores y en muchos casos se realizan transferencias a empresas y municipios", destaca Martin Rossi, Vicerrector de la universidad.

En la Universidad Austral se desarrollan investigaciones en las distintas Facultades: de Ciencias Biomédicas, Derecho, Comunicación, Ingeniería y Ciencias Empresariales (en sus sedes Pilar y Rosario); el IAE Business School; la Escuela de Educación; el Instituto de Ciencias para la Familia; el Instituto de Filosofía; el Instituto de Investigaciones en Medicina Traslacional (IIMT Austral-Conicet); el Hospital Universitario Austral, entre otros, a cargo de unos 120 docentes, con dedicación exclusiva y semi exclusiva.

Además, "para potenciar las áreas de medicina, ingeniería, negocios y agronegocios, se lanzará próximamente el Instituto Austral de Inteligencia Artificial", adelanta Domingo Tarzia, Vicerrector de Investigación.

En la UADE funcionan tres Institutos de Investigación: el Instituto de Tecnología (INTEC), el de Economía (INECO) y el Instituto de Ciencias Sociales y Disciplinas Proyectuales (INSOD). En el instituto de Economía se elaboran indicadores como el Índice del Costo Argentino de la Producción (ICAP); el Informe Bimestral del Mercado Inmobiliario; y el Índice de Salario Real en términos del valor del M2 de vivienda (ISRV).

En el Instituto de Ciencias Sociales y Proyectuales se investigan cuestiones como: brechas de género; uso de medicamentos, cuestiones medioambientales, basura tecnológica, nuevas tecnologías y trabajo, educación y consumo de drogas, entre otras.

A las tareas de docencia e investigación, se suma la misión de transferir ese conocimiento a la comunidad. "No siempre el conocimiento generado en los claustros brinda soluciones a temas de relevancia social, política o económica. Para que ello suceda, las universidades deben estar atentas a las demandas sociales y económicas de su entorno, y generar modelos de innovación como el que propuso Jorge Sábato a fines de los años sesenta, basado en la articulación del sistema científico tecnológico, el sector productivo y el Estado en pos del desarrollo", destaca Andrés Cuesta González, secretario Académico de UADE.

Se trata de recrear el "triángulo de la innovación" que había propuesto el físico y matemático Jorge Sábato a fines de los años 70, en el que las universidades, junto con las empresas y el sector público, juegan un rol fundamental.

Edición impresa: