Para gran parte de los latinoamericanos el Comando Sur de Estados Unidos es sinónimo de injerencia. Este órgano de las Fuerzas Armadas, encargado de preservar los intereses norteamericanos en toda América Latina a excepción de México, ha sido objeto de numerosos cuestionamientos por su actuación en la región, particularmente por su apoyo a las dictaduras militares que asolaron al continente hasta la década del '80. La llegada a la Argentina de su jefe militar, el almirante Craig Faller, quien también irá a Chile, con el objeto de hablar de Venezuela, enciende alarmas de quienes miran con recelo las intenciones estadounidenses en la zona.

La visita

La llegada de Faller se enmarca en una gira por el Cono Sur que comenzó ayer en Argentina, que incluye también a Chile y que se extenderá hasta el viernes. En los últimos meses también visitó Brasil y Ecuador entre otros países de la región. Si bien en la agenda del jefe del Comando Sur se encuentran las cuestiones que hacen a la cooperación militar bilateral, como en la reunión que mantuvo con el ministro de Defensa, Oscar Aguad, y sin olvidar que el país es un aliado extra OTAN, el principal tema a tratar está relacionado a Venezuela, como también al vínculo con China y Rusia.

Faller junto a Aguad.

"La visita se puede analizar en dos contextos. Primero tiene que ver con la relación bilateral que tiene Estados Unidos con Ecuador desde la llegada de Lenín Moreno, o de Mauricio Macri en la Argentina y en el caso de Chile el vínculo siempre fue estable y de alto grado de cooperación. Se espera que traten temas que afectan a la agenda bilateral, pero que también engloba a las cuestiones generales y a la defensa norteamericana", explica en diálogo con Cenital el director de la Maestría en Defensa de la Universidad del CEMA, Juan Battaleme.

En un segundo lugar, el profesor en tecnología, estrategia y política internacional de la UBA señala que el contexto general a tratar se basa en la declaración de postura del jefe del Comando Sur en febrero pasado. "Quedó claro que a Estados Unidos le interesa la presencia de Rusia y de China en la región, y en el caso de Argentina la presencia de China es muy marcada, también se interesan por la presencia de Irán, y obviamente Venezuela que concentra toda esa dinámica".

¿Se hace así?

"No es normal que un jefe de un Comando de las Fuerzas Armadas venga a la Argentina para hablar de un tema político y que se reúna con el ministro de Defensa. Esto demuestra el estilo que tiene Estados Unidos de cómo vincularse en el área de defensa con los países de América Latina. Es una equivocación que hable un militar con el ministro para encontrar puntos de contacto con los militares venezolanos, es un problema político que tendría que estar encarado por autoridades políticas, no con la intervención de un militar", explica a Cenital la profesora de Estudios Internacionales y especialista en temas de Seguridad y Defensa de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT), Rut Diamint.

La docente universitaria recuerda que no es la primera visita de Faller durante el Gobierno de Macri, pero explica que en las otras ocasiones las reuniones tenían como objetivo tratar temas de cooperación bilateral y no cuestiones de terceros países. Diamint sostiene que las cuestiones políticas deben estar en manos de los funcionarios y recuerda: "Es una equivocación, como lo que pasó con Malvinas. Leopoldo Galtieri habló con los militares de Estados Unidos y creyó que tenía el aval del Gobierno para avanzar sobre las islas con la guerra. Es un problema de control civil, no militar".

¿Comando Sur es sinónimo de injerencia?

Los especialistas consultados por Cenital coinciden en que no se puede negar la injerencia que tuvo el Comando en la región, que en el caso del Cono Sur puntualmente fue más clara con las dictaduras militares de la región, en un contexto Guerra Fría y post postura estadounidense de defensa en rechazo a todo lo relacionado al comunismo.

"El rol de Estados Unidos durante el contexto de Guerra Fría con el avance de la doctrina de seguridad nacional significó que países como los nuestros terminaran con la instalación de dictaduras militares que percibieron a los propios argentinos como enemigos y actuaron de una forma brutal, antidemocrática y violatoria de todos los derechos humanos", afirmó en conversación con Cenital, el analista internacional y director de la Coordinadora Regional de Investigaciones Económicas y Sociales (CRIES), Andrei Serbin Pont. 

Mientras que Diamint recuerda que durante las dictaduras militares latinoamericanas desde el Comando Sur y la Escuela de las Américas realizaban entrenamientos de soldados latinoamericanos "para oponerse a cualquier tipo de movimiento con alguna tendencia hacia la izquierda o el socialismo".

Para Battaleme la injerencia de Estados Unidos en Latinoamérica "es innegable". "Como potencia hegemónica regional muchas veces ha intervenido por motus propio y otras veces porque los mismos latinoamericanos han pedido la intervención", explica el especialista en defensa, y asegura que el Comando Sur "mutó" de acuerdo a los cambios de administraciones. El docente universitario recuerda que durante el Gobierno de George W. Bush la preocupación se basaba en el terrorismo y narcotráfico, y que si bien no ha abandonado el asunto, hoy la preocupación pasa también por la competencia que, en el caso latinoamericano aparece como "espacio abierto" para otras potencias.

¿Hay beneficios?

"En nuestro caso Argentina como aliado extra OTAN es un punto importante, implica la cooperación entre Estados Unidos y Argentina en el día a día con cuestiones más operativas, que implican capacidades que se pueden fortalecer de la Fuerza Armada Argentina", asegura Serbin Pont. En una línea similar, Battaleme explica que la cooperación puede implicar una "modernización" en el equipamiento militar y además destaca el tratamiento de temas como la lucha contra el narcotráfico, la trata de personas o incluso el cambio climático. Mientras que Diamint duda que Argentina tenga interés en comprar más equipamiento militar. 

Craig Faller

El jefe militar cobró relevancia mediática un mes atrás cuando publicó un tuit donde aseguraba que el Comando Sur apoya a los venezolanos en su transición. "Cuando Faller tuiteó de esa manera generó mucho revuelo y parecía contradecir a ciertos sectores de la misma administración de Donald Trump, en medio un enfriamiento de la postura. Veníamos de hablar acerca del momento en que Estados Unidos iba a poner portaaviones en la costa, bajan un cambio y él publica ese mensaje. Creo que es un reflejo del Gobierno de Trump, donde vemos constantemente contradicciones de este tipo", afirma Serbin Pont. 

Horas antes de aterrizar en territorio argentino, el almirante Faller, que en reiteradas veces había demostrado su interés en una transición en Venezuela y su apoyo a Juan Guaidó, publicó una carta para pedir apoyo a los soldados venezolanos. Esto generó la reacción de Nicolás Maduro, quien visiblemente molesto aseguró: "Señores oficiales siéntanse amados por el comandante del Comando Sur. ¿Es posible creer la felicitación que trata de dar él, de llenar intriga, de fariseísmo de falsedad, de hipocresía? ¿Es posible creer al mismo que amenaza de invadir a nuestro país que respeta y ama a nuestra Fuerza Armada?, por favor".

Al ser consultado ante el temor que genera en cierta parte de la región la visita de Craig en representación del Comando Sur asociado a los hechos históricos más oscuros de Latinoamérica, Serbin Pont es contundente: "Cuando vemos la relación con Estados Unidos no podemos pensarlo en los mismos términos porque no estamos en contexto de Guerra Fría, no estamos frente a un Estados Unidos que trata de avanzar con la doctrina de seguridad nacional, pero nosotros no podemos olvidarnos de lo que pasó hace menos de cuatro décadas. Es sano que en Argentina mantengamos presente lo que significa la injerencia extranjera, de Estados Unidos o de otra potencia".