En los medios

La Nación
5/06/19

Víctimas de la violencia y la pobreza

"Entre los 20 y los 45 años la incidencia de la pobreza es más alta en las mujeres, en particular entre los 35 y los 39 años que es cuando en general alcanzan el pico de fecundidad", dijo Martín González-Rozada, profesor e investigador del Dpto. de Economía UTDT al ser consultado por La Nación.

Por Agustina O´Donnell
No es casual que, según la información de la Oficina de Violencia Doméstica (OVD) de la Corte Suprema, la mayor violencia económica contra la mujer se dé entre los 30 y los 39 años, y que las mediciones de la Dirección de Estadísticas de la Ciudad de Buenos Aires hayan arrojado que la mayor brecha salarial en esta ciudad fue en el último año superior al 25% y se dio en todas las categorías y calificaciones ocupacionales, en todos los establecimientos, públicos y privados, y de cualquier tamaño. La brecha no discrimina.

En la última Encuesta Permanente de Hogares (EPH) se relevó que el 37% de los hogares argentinos están a cargo de mujeres jefas de hogar, de los que el 30% está por debajo de la línea de pobreza. De esta información extrae el profesor de Economía Martín González-Rozada, de la Universidad Torcuato Di Tella, que entre los 20 y los 45 años la incidencia de la pobreza es más alta en las mujeres, en particular entre los 35 y los 39 años, que, agrega el profesor, es cuando en general alcanzan el pico de fecundidad. Son datos oficiales que dejan en evidencia la mayor vulnerabilidad que la pobreza y la desigualdad producen en las mujeres, y en qué manera la maternidad, la real pero también la potencial entre los 30 y 40 años, muchas veces determina su suerte en el campo laboral.

Siguiendo con los datos oficiales, en este caso los del Instituto Nacional de la Mujer (INAM), las tareas del hogar y de cuidado, no remuneradas según se las denomina en la EPH, las hacen en un 92% las mujeres y en un 8% los hombres. Son ellas las que detraen tiempo de otras actividades, como las laborales, para dedicarse a la tareas del hogar. Por último, los informes del entonces ministerio, hoy Secretaría de Trabajo de la Nación, reconocen que en 2017 de las mujeres ocupadas en todo el país, el 35% lo estaba en condiciones de informalidad: sin obra social y sin perspectiva de tener un ingreso de mínimo sustento en el futuro. La cifra llegaba al 40% en algunas otras zonas del país, como en el NOA.
La mayor cantidad de mujeres pobres y sin trabajo no solo se ve en estadísticas, sino también en la calle. Mujeres haciendo fila para entrevistas para nuevos empleos, mujeres en puestos de feria, mujeres cartoneras, mujeres en las marchas y manifestaciones, mujeres pidiendo en las escaleras del subte, que además de cargar con su propia vulnerabilidad, cargan con la de sus hijos.

Las mujeres trabajan, buscan trabajo, protestan en la calle y cartonean con sus hijos a cuestas y son así las más perjudicadas; y no solo ellas, también sus hijos y familiares a cargo. Una reciente sentencia de la Justicia de Paso de los Libres, provincia de Corrientes describe, cuando relata los hechos, cómo el abuso sexual de una menor de 11 años comenzó con la entrega de un chancho a la madre y cómo el abusador -se lee allí que era el primo del padrastro y, 9 meses después del abuso, el padre de la hija de la menor violada en una tarde de verano y en ocasión de alimentar al animal- fue absuelto de todo delito por un tribunal compuesto por tres jueces.

Entre las razones que se invocan en la sentencia para tomar la decisión, se dice que es el abusador el que aporta al sustento de la familia y el que les provee de obra social y permite que la madre de la beba (no su madre, que era desempleada) cobre una asignación de la Anses, mostrando así que la falta de trabajo y la consecuente falta de autonomía económica a veces es causa directa de las diferentes formas de violencia que tipifica la ley 26.485.

Porque, de nuevo las estadísticas, esta vez las de la OVD sobre Maltrato Infantil: allí se dice que entre las víctimas de violencia sexual (10%), ocho de cada diez fueron niñas y adolescentes mujeres.

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