En los medios

El Cronista
12/05/19

Bernardo Kosacoff: "El malhumor social es por la volatilidad cambiaria y precios"

El profesor de la Escuela de Negocios y miembro del Consejo de Dirección fue entrevistado por El Cronista comercial acerca de los obstáculos económicos que enfrenta el oficialismo de cara a las elecciones. "Se debe pensar un desarrollo inclusivo para terminar con el mal humor social", apuntó Kosacoff.

Por Dolores Olveira
Bernardo Kosacoff, economista y académico en la Universidad Di Tella y la UBA, consideró que la volatilidad económica y la inflación son lo que más afecta el humor social y aceptó que la economía será un obstáculo para el oficialismo en las elecciones.

Consideró que el equilibrio macroeconómico es indispensable, pero “no es lo importante; se debe pasar al desarrollo inclusive para terminar con el mal humor social.


- El Gobierno muestra números macroeconómicos mejores pero el humor social es peor...

- Con la historia de volatilidad y crisis de Argentina, la estabilización y la consistencia macroeconómica son fundamentales. Sin un orden externo, fiscal, es imposible pensar el futuro. Pero esto no es lo importante. Si se logra el objetivo, se pasa al desarrollo inclusivo, que es lo que se requiere para reemplazar el mal humor social.

-¿Qué afecta más el humor social y paraliza más a las empresas, la volatilidad; la inflación, la baja del poder adquisitivo de los salarios o la incertidumbre electoral?

-Ese es el cóctel, pero los dos elementos que más generan preocupación son la volatilidad cambiaria y la aceleración del proceso inflacionario. Se puede decir que se usó una batería muy grande de instrumentos macroeconómicos para impedir el colapso de la economía, y se obtuvieron algunos resultados importantes. Pero los efectos colaterales negativos fueron mucho mayores a los previstos. Ahí tenemos la caída del nivel de actividad; la caída de la capacidad adquisitiva de los salarios; la aceleración inflacionaria y los temores sobre el futuro de la economía.

-¿Qué efecto tienen los constantes cambios de reglas de juego y volantazos que está dando el Gobierno en materia impositiva y de normas del Banco Central?

-Una empresa cuando tiene que decir su estrategia de negocios toma decisiones en el presente que le compromete 5 o 10 años. Cuando las expectativas son negativas, los horizontes son muy cortos y la volatilidad está presente, los agentes posponen las decisiones y prefieren la flexibilidad de tener instrumentos financieros. Esas decisiones ocurren dentro de un sistema económico y no solo afectan el desarrollo de la base de negocios todo lo que está alrededor, como la presión impositiva, los costos logísticos, del ambiente que va a tener que desarrollar su actividad.

-¿Cree que esto recibirá un castigo a la hora de votar?

-Estamos en una situación en la que este malhumor social se refleja en las encuestas, pero hay un dilema porque las elecciones están muy cerca, pero todavía muy lejos. De todos modos, el mal desempeño de la economía es el principal obstáculo que encuentra el oficialismo frente al proceso eleccionario.

-Las empresas volcadas al mercado interno están afectadas por el plan económico del Gobierno con el FMI?

-Si no hubiera existido la asistencia del FMI en el momento en que se generaron todas las inconsistencias y todas las dudas respecto al programa financiero del Banco Central, las consecuencias hubieran sido mucho más negativas. Haber recurrido al FMI es un reconocimiento de que existían los problemas. Pero haber conseguido el notable apoyo financiero que se generó cuando no había ninguna otra alternativa en el mercado fue muy positivo.

-¿Qué pasa en 2020? ¿Se renegocia la deuda con el FMI?

-En 2020 viene una nueva administración. Y donde hay una gran coincidencia es en generar un clima donde va a haber voluntad de pago, no va a haber default con el FMI, pero va a ser necesario renegociar algunas de las condiciones para garantizar no solo el problema del deudor, que es Argentina, sino también de nuestro principal acreedor.

Edición impresa: