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El Economista
15/03/19

Tras el mal dato de inflación de febrero (3,8%), el mercado proyecta más de 35% para 2019

En diálogo con El Economista, Martín Vauthier, profesor de la Maestría en Finanzas de la UTDT, expresó: “Hacia adelante, será fundamental que el BCRA mantenga la prudencia monetaria para operar en forma directa sobre la inflación (a través del canal del crédito y el canal de las expectativas) y en forma indirecta sosteniendo la demanda de activos en pesos (canal del tipo de cambio)”, sostuvo.

Por Alejandro Radonjic
Los problemas de Argentina son varios y recurrentes. Tras varias semanas copadas con el desplome de la actividad económica y los despidos, primero y la frenética carrera entre el dólar y las tasas, después, ayer volvió la inflación.
Y volvió con todo: con un registro de 3,8% para febrero. Un guarismo que un país normal tiene en uno o dos años. La cifra marcó una aceleración contra el 2,9% de enero y, además, una suba interanual de nada menos que 51,3%, la más alta desde 1992.

Así, parece difícil, sino imposible, que el 2019 termine con una inflación debajo de 30%, como espera el Gobierno. El “éxito” será que no supere 35% y, sobre todo, que vaya bajando con el correr de los meses. Si el BCRA no logra algún avance en el frente nominal sus pretensiones electorales se verán fuertemente dañadas, a la par del bolsillo de los votantes.

Preocupa, además, la fisonomía de la inflación y, en concreto, la dinámica que adquirieron los alimentos y bebidas, que subieron 5,7% en febrero, escalan casi 10% en el primer bimestre y vuelan 58% interanual. También preocupó la inflación núcleo, con un avance de 3,9% en febrero versus 3% en enero.

Todos los rubros, en mayor o menor medida, subieron en un contexto recesivo importante, con un dólar estable durante una buena parte del mes y con una política monetaria muy contractiva.

¿Cómo sigue la película? Ecolatina dice que “el proceso de desinflación encarado sobre el cierre de 2018 pareciera haberse revertido” y las luces de alerta permanecen encendidas. “Al comienzo de marzo, el tipo de cambio superó los niveles de septiembre pasado. Si bien este nuevo ‘récord’ podría generar nuevos aumentos, por el momento estos serían acotados producto de la volatilidad que reviste el mercado cambiario y una demanda deprimida. Sin embargo, la mayor inercia inflacionaria eleva el riesgo que los agentes sobrereaccionen ante estas situaciones, por miedo a quedar retrasados”, dice Ecolatina y agrega: “Ya hay pautadas subas de tarifas de servicios públicos para marzo (electricidad y transporte) y abril (gas), además de otros precios regulados (colegios privados y prepagas).

Como resultado, la inflación no cedería de manera significativa durante marzo y abril –cuando empiecen a cerrarse las negociaciones paritarias de este año-, y la suba de precios acumularía alrededor de 15% en el primer cuatrimestre de 2019”. En los meses posteriores, agrega el reporte, “las presiones cambiarias podrían intensificarse, lo que apuntalaría las presiones por ese lado”. Sin embargo, “las tarifas también ingresarían en su ‘período electoral’, aunque en ese caso irían en el sentido opuesto a la divisa y permanecerían estables”.

En consecuencia, dice, “se cambiaría un factor por otro y la inflación no se desaceleraría sensiblemente”. Como resultado, concluyen, “proyectamos una suba de precios superior a 35% para el acumulado anual”.

La visión desde LCG tampoco es halagüeña: “Hasta mayo seguirán concentrándose los incrementos anunciados en regulados y los ajustes de segunda ronda que estos generen posiblemente tengan arrastre sobre la inflación núcleo”.
Queda pendiente, recuerdan, un aumento del 14% en electricidad, 9% en transporte (trenes y colectivos), un incremento del 35% para las tarifas de gas en abril y 30% para el agua en mayo, así como nuevos ajustes en combustibles a partir de la reciente suba del dólar. También incidirá el ajuste esperado en las cuentas de colegios privados. Entre todos agregarán 3,6 puntos de inflación en los próximos 3 meses. “Esperamos registros mensuales cercanos al 4% en el próximo bimestre para luego converger, gradualmente, por debajo del 3% a partir de mayo si se mantiene el sesgo contractivo de la política monetaria. En la comparación anual la inflación treparía a valores del 56% anual hacia mitad de 2019”, dicen desde LCG y, como Ecolatina, ya se posaron arriba de 35%. “Dada la inercia de la inflación núcleo, corregimos al alza nuestra proyección de inflación a diciembre desde 31,9% a 35,4% anual. De todos modos, seguimos viendo un sendero de desinflación que se sentirá en la segunda mitad de 2019 cuando la política monetaria cada vez más contractiva, una recuperación anémica de la actividad y un sendero de estabilidad cambiaria podrían derivar en registros más bajos de inflación que los actuales”, dicen. “En concreto, esperamos aumentos en torno a 1,9% mensual para la segunda mitad del 2019 y eso implicaría un piso de inflación del 35% a diciembre, consistente con una suba promedio del 47% anual”, concluyen.

Algo más optimistas fueron en SBS. “Seguimos esperando que los próximos trimestres muestren una significativa desinflación”, anticiparon. “Por un lado, la evolución de la inflación sigue estando afectada por la inestabilidad nominal de 2018 y a esto se agregan los fuertes aumentos de precios regulados en febrero- abril, ambos factores que debieran dejar de pesar a partir de mayo. Por otra parte, el BCRA no sólo corrigió el relajamiento monetario que criticamos sino que ahora está mostrando una extrema dureza que aumentó aún más con las últimas medidas”, explican pero, aun así, “solamente por la dinámica negativa de febrero-marzo, corregimos nuestra estimación de inflación para 2019 a 36%”.

Por su parte, desde ACM dijeron: “Aún en condiciones monetarias bastante restrictivas como las actuales, durante los meses siguientes esperamos que la inflación oscile entre 3% y 3,5% debido a aumentos puntuales en servicios públicos, transportes y sus efectos de segunda ronda. El dato de febrero permite entender el actual comportamiento del BCRA, que durante los días de marzo ha retirado de la plaza aproximadamente $190.000 millones.
Si bien a partir de junio esperamos niveles de inflación que rompan el piso de 2,5% de inflación mensual, ya no se puede esperar que la inflación se estabilice en torno al 23% que se aprobó en la Ley de Presupuesto Nacional 2019, y más aún respecto del 20% estimado por el FMI en el último WEO”, sostuvieron y concluyeron: “Ante ese escenario, la inflación en 2019 mostraría una desaceleración en torno al 36,9% en diciembre de 2019, con un costo en términos de actividad que puede llegar a 2%”.

En diálogo con El Economista, Martín Vauthier (Eco Go & UTDT) expresó: “Hacia adelante, será fundamental que el BCRA mantenga la prudencia monetaria, tal como quedó demostrado ayer en la conferencia de Guido Sandleris, para operar en forma directa sobre la inflación (a través del canal del crédito y el canal de las expectativas) y en forma indirecta sosteniendo la demanda de activos en pesos (canal del tipo de cambio). Con nuestro relevamiento preliminar, que incorpora dos semanas, la inflación proyectada se ubica en un piso de 3%”.

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