En los medios

La Nación
31/01/19

El periodismo que hace la diferencia

La investigación de los Cuadernos de las coimas liderada por Diego Cabot, coordinador periodístico y graduado de la Maestría en Periodismo LN/UTDT, junto con los alumnos Candela Ini y Santiago Nasra, le valió el premio internacional de Periodismo Rey de España.

Por José Del Rio


La investigación de los Cuadernos de las coimas liderada por Diego Cabot ya está en la historia de LA NACION como uno de los hitos principales de los últimos 149 años. El premio internacional de Periodismo Rey de España, sin duda el reconocimiento más importante de Iberoamérica, no hace más que reafirmar el profesionalismo de una investigación que marcará un antes y un después del periodismo regional.

El reconocimiento surge de la XXXVI edición de los galardones, convocados por la Agencia EFE y la Agencia Española de Cooperación Internacional, del Ministerio de Asuntos Exteriores español, y a la que se presentaron 200 trabajos de 18 países de Iberoamérica para las ocho categorías y en la que Cabot fue destacado en la categoría de prensa.

Los cuadernos del chofer Oscar Centeno fueron la punta de un ovillo que se logró desentrañar tras 205 días de investigación. El resultado está a la vista: 112 funcionarios y empresarios mencionados y más de 43 compañías involucradas. Pero sobre todo un eje de corrupción tan burdo como evidente. Bolsos, coimas y obras públicas inconclusas en las que la falta de control se había convertido en un modus operandi del que participaban por igual funcionarios y empresarios. Un ejemplo de todo lo que uno no quiere para la República.

Justo se cumple un año del silencioso inicio de ese relevamiento que LA NACION publicó en exclusiva en agosto. El equipo de investigación lo conformaron dos periodistas del Máster que el diario lleva adelante con la Universidad Torcuato Di Tella. No fueron elegidos al azar. Candela Ini, con fuerte inclinación por la política y la investigación, y Santiago Nasra, con vocación por la precisión de los datos y los sistemas, maridaban perfecto con el trabajo por hacer.

Al principio los involucrados negaban todo pero la prueba de los datos y el rigor periodístico hizo que la realidad se impusiera por su propio peso. De hecho, para el jurado del premio, el trabajo fue catalogado como "periodismo puro" y como una muy interesante muestra de que, en ocasiones, hay que explicar a los lectores qué hay detrás de una exclusiva. Al punto tal que, más allá del artículo concreto, el jurado valoró la investigación en su totalidad y el impacto directo de un trabajo periodístico que sacó a la luz asuntos de enorme trascendencia que obligaron a las autoridades a intervenir. También se puso de relieve la decisión del diario en un momento determinado de dejar de publicar para poner la investigación en manos de la fiscalía. Ese fue justamente otro de los puntos fundacionales de "Los cuadernos de las coimas".

La decisión se tomó el jueves 5 de abril, a las 14.05. A esa hora, en lo que conocemos como la sala de tapa, se cerraron las puertas y Diego describió los caminos con los que contábamos en ese momento. Una opción era volcar la información y las conclusiones en una nota importante.

La otra, mucho más ambiciosa, desenmarañar en la Justicia el engranaje corrupto. Su recomendación fue la segunda. Los riesgos eran claros: perder una primicia histórica en la que se venía trabajando hacía meses. Al momento de poner todo en la balanza, no dudamos un segundo: privilegiar la institucionalidad, la transformación republicana y los valores fundamentales de la democracia valía mucho más que un anticipo. Sobre todo en un país donde muchas veces la famosa grieta lleva a justificar lo injustificable y en el que el rol de la Justicia era fundamental para verificar los centenares de documentos que tenía este caso.

Hoy todos quienes hacemos LA NACION sentimos un profundo orgullo. No sólo por Cabot y su equipo sino por compartir la pasión por el periodismo en el que pueden evolucionar las plataformas pero no la esencia fundamental de buscar la verdad por mucho que incomode.