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Diario Perfil
20/01/19

Germán Lodola: "Tinelli entendió que el país es reacio a los outsiders"

El profesor del Departamento de Ciencia Política y Estudios Internacionales dialogó sobre la política actual y las esperanzas electorales para este año. El experto comentó que el problema principal de la oposición es "coordinar las elites". "No hay estructura de voto para la oposición", explicó.

Por Andrés Fidanza
Germán Lodola es profesor de Ciencia Política en Di Telia y desde 2017 le da lecciones particulares y le arma informes. El eje siempre está puesto en la Provincia, porque “llega más a sectores populares que ilustrados”. 

Es doctor en Ciencia Política, profesor en la Universidad Di Tella e investigador del Conicet. Participa en Fragata, un grupo de intelectuales “progresistas y del campo popular”, que ve en el macrismo una experiencia regresiva. Hace de enlace entre universidades del Conurbano e intendentes peronistas. El nombre de Germán Lodola, sin embargo, empezó a circular en los medios por un dato que excede su experiencia y militancia académica. Desde 2017 es el forjador político de Marcelo Tinelli. Le dio clases particulares, y su equipo le arma informes con eje bonaerense.



—¿El encuentro entre Jair Bolsonaro y Mauricio Macri marca el fin del Mercosur?

—Ninguno tiene al Mercosur como estrategia regional. Bolsonaro piensa en vínculos bilaterales. Macri también tiene esa pulsión, aunque le va a ser difícil el bilateralismo puro. Pero igual no me parece lo central.

—¿Qué es lo central?

—El factor geopolítico de la ola conservadora: ahí van juntos. Actores importantes de la arena internacional, Estados Unidos, y de ahí Chile, Colombia, Brasil y Argentina se alinean en ese sendero. Eso dificulta pensar en gobiernos confrontativos. Hay una bolilla negra para los de corte progresista.

—¿Qué paralelos hay entre Bolsonaro y Macri?

—En Brasil hay una violencia institucional socialmente aceptada. En la Argentina hay menos tolerancia. Cambiemos naturalizó el proyecto de la derecha que siempre se expresaba en los militares, pero electoralmente y sin el componente autoritario. Eso lo vuelve una “derecha moderna”. Pero en lo económico es clara la redistribución para minorías, como bancos y agro. ^

—¿Por qué el macrismo se mantiene con chances electorales?

—Pese a una gestión malísima, hay un tercio de la sociedad que no tiene adonde ir: sectores medios y altos, la expresión territorial de la pampa húmeda, sectores exportadores y antiperonismo histórico. El Estado tiene recursos para convencer al 10% que le falta, con ayuda del sistema mediático y judicial.

—¿Cuál va a ser el eje de campaña oficial?

—Dos: inseguridad y una invocación normativa de valores que no son derecha ni izquierda. Un discurso que explota la fractura social: divide entre buenos y malos; entre argentinos que trabajan y los que viven a su costa. Macri no es Bolsonaro ni Trump, pero apela a valores agresivos cercanos.

—¿Por qué a la oposición le cuesta tanto encontrar un método para dirimir diferencias?

—Una respuesta es el problema de coordinación de elites: hay conflictos de naturaleza personal y un choque de aspiraciones. Por eso Cristina, Pichetto y Massa no se ponen de acuerdo. Otra es la fractura social del voto peronista, como dice Juan Carlos Torre. Hay un quiebre tan grande en el mundo del trabajo entre formales e informales, que no se estructura en un voto. Hay problemas en las élites y también por abajo.

—¿Qué tipo de clases le da a Marcelo Tinelli?

—Con Marcelo y otros colegas hacemos dos cosas: le damos reportes semanales de política y economía, con foco en provincia de Buenos Aires, el país y el mundo. Y le presen- tamos informes sobre temas sustantivos, como desempleo, educación y salud, con eje provincial. No es algo académico árido, pero tienen datos e información. Vemos acciones y propuestas posibles.

—¿Por qué el hincapié bonaerense?

—La complejidad nacional se ordena a partir de la provincia de Buenos Aires. Y porque si Marcelo llega a ser candidato, tiene más vinculación con Provincia que con Capital. El llega más a sectores populares que ilustrados.

—¿Las presentaciones son en la torre Grand Bourg?

—Eran. Ahora estamos cambiando de lugar.

—¿Cómo es Tinelli en su papel de alumno?

-—Muy bueno. Su primera virtud es que escucha. Tiene capacidad de retener y apropiarse de las ideas que le gustan.

—Usted reivindica a los partidos. ¿No es contradictorio con construir un outsider?

—Cuando empezamos a trabajar hace dos años, quizás él tenía la idea de saltar a la política directamente. Pero rápido se dio cuenta de que la Argentina es reacia a los outsiders puros y tiene una sociedad civil organizada. Por más poder que tengas, las candidaturas necesitan partidos, fiscales y construcción política.

—¿El partido de Tinelli es el peronismo?

—No sé. Naturalmente tiene ascendencia en ese sentido. Nunca hablé con él de candidaturas. No piensa en cargos, sino en contribuir.

—¿Lo votaría?

— Sí. Aunque todo es condicional a cómo sean las cosas. Yo votaría un proyecto y no solo a Tinelli. Marcelo va por el lado de un proyecto colectivo y alternativo al que hoy no cierra. Si eso está, por ahí es él o es otro. 

"El kirchnerismo habilitó muchas muchas cajas"

—¿El kirchnerismo es responsable del triunfo y la vigencia del macrismo?

—Hubo cansancio, sobre todo con el último gobierno de Cristina, que fue regular y no resolvió constricciones macro. Además la corrupción pegó fuerte.

—¿Subestimó el tema de la corrupción?

—Tendría que haberle prestado más atención. Es difícil saber su volumen porque tiene diferentes facetas: el enriquecimiento personal y el financiamiento de una práctica política que, sin justificarla, requiere recursos. El PT y el kirchnerismo habilitaron muchas cajas y no las centralizaron. Cada uno hacía algo, y así desatendieron el tema. El kirchnerismo no tuvo respuesta adecuada, pero no toda corrupción es enriquecimiento personal.

—¿El conflicto de intereses de algunos funcionarios actuales es corrupción?

—Más que conflicto de intereses es una captura del Estado por parte de intereses privados. El ministro de Agricultura bonaerense era CEO de Monsanto (Leonardo Sarquís). Y Vidal autorizó las fumigaciones en áreas urbanas. En Energía y Agricultura nacional se dan otros casos extremos. También en lo del Correo y los parques eólicos. 

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