En los medios

La Nación
14/11/18

A contramano. Doce razones para odiar el trabajo en equipo

Andrés Hatum y Eugenio Marchiori, profesores de la Escuela de Negocios de la UTDT, advirtieron: "Insistir con integrar personas que se sienten mejor trabajando solas es un error de liderazgo".

Por Eugenio Andrés Marchiori y Andrés Hatum
Miguel se siente un paria. Sus compañeros del equipo siempre lo dejan afuera porque -según le dicen- no es un team player. Andrea no logra integrarse al nuevo equipo al que fue asignada para un proyecto que deseó por mucho tiempo. No entiende qué pasa, porque nunca había tenido ese problema antes, pero no soporta a sus compañeros. Desde que Camila tuvo un cambio de opiniones con Ernesto -líder informal del equipo de ventas-, sintió que algo pasó. Está harta de ese trato y tiene decidido ir a trabajar a la competencia.
El trabajo en equipo es visto como algo cool
Los casos anteriores son habituales. Hay muchas razones por las que las personas pueden odiar el trabajo en equipo; pueden ser justificadas, pero no necesitan serlo. El tema es que trabajar en equipo es lo "políticamente correcto", y suena escandaloso que alguien prefiera hacerlo solo. Para las empresas, el trabajo de equipo coordinado suele ser más eficiente que la suma de los trabajos individuales. Un equipo bien aceitado produce más, tanto en la línea de producción como en la alta dirección..., supuestamente. El rugby, el fútbol, el básquet y otros deportes de equipo son usados como metáforas ejemplares para los equipos de trabajo. El tenis y el golf son "acusados" de ser individualistas, como si se tratasen de algo detestable por ser "egoístas" y "competitivos". Nadie quiere lobos esteparios, por eso se creó toda una mística que hace que trabajar en equipo sea cool.

A pesar de todo, algunas personas detestan formar parte de equipos por distintas razones. Algunos ejemplos.

1- "Mis compañeros son unos chismosos. Siempre me entero de las cosas en el último lugar y a través de terceros. Varias veces los descubrí hablando a mis espaldas".

2- "¡Detesto la obsecuencia! Nadie se anima a ponerse en contra de Andrés, el team manager. No solo eso, para tenerlo contento le chupan las medias y se la pasan alabándolo, incluso cuando dice pavadas".

3- "¡El líder del equipo es un inútil! Su incompetencia es tal que nunca podemos terminar los proyectos a tiempo. Espero que lo echen".

4- " Everything is awesome! Mi equipo parece la película de los Lego: todo es maravilloso, todo anda bien, todo son palmaditas en la espalda... Se vive una falsedad evidente".

5- "Me atrasan, mi ritmo es mi ritmo. Rindo mejor solo. Le dije a mi jefe que me diera tareas que pudiera hacer solo, pero se hace el sordo. Lo peor de todo son las reuniones interminables y no se resuelve nada".

6- "Porque soy individualista. Me gusta trabajar solo, y eso no quiere decir que sea egoísta. Soy introvertido y cuando los demás hablan no puedo pensar. ¿Qué les costaría dejarme pensar tranquilo?".

7- "Porque no tengo fit cultural con el resto. Tengo mis valores y mis costumbres. Por ejemplo, para mí el deporte es importante y me gusta arrancar el día en el gimnasio. A esa hora el resto solo quieren comer medialunas de grasa".

8- "Porque me roban el mérito. Estoy cansado de que los demás se atribuyan el crédito de algo que hice. Se roban mis ideas. Jamás recibo reconocimiento alguno".

9- "No entiendo cuál es mi rol. No sé qué es lo que pretenden que haga, Me ha pasado hacer un trabajo, y resulta que ya lo había hecho otro".

10- "Porque me asignan todo el trabajo aburrido. Cuando hay algo a lo que todos le escapan, seguro que lo termino haciendo yo".

11- "Porque mis compañeros se sienten divas. ¿Qué se creen que son? Me supera la arrogancia de la mayoría. Se creen Messi y no son ni capaces de prender el fuego del asado después del partido".

12- "Me pudren los programas de team building. Lo único bueno de los 'retiros espirituales' es la comida y, a veces, ni siquiera eso. Esos jueguitos con soguitas, 'puentes' de madera y bombas que hay que desactivar son para nenes de jardín de infantes".

El paradigma de que la suma de uno más uno debe ser más que dos no siempre es cierto. Incluso, la suma puede ser menor que dos. Insistir con integrar personas que se sienten mejor trabajando solas es un error de liderazgo. El objetivo no debería ser que las personas trabajen en equipo, sino que lo hagan de la mejor manera para agregar valor.

Los autores son profesores de la Escuela de Negocios de la UTDT