En los medios

La Nación
30/09/18

El pluralismo informativo, en jaque

“En una sociedad crecientemente polarizada políticamente, se tensionan las nociones básicas de la profesión periodística que garantizaban un espacio de pluralismo interno dentro de cada medio (...) ese pluralismo hoy es externo”, afirma el profesor del Dpto. de Ciencia Política y Estudios Internacionales Philip Kitzberger, en esta nota sobre el impacto generado por la publicación de un artículo anónimo en The New York Times.

Por Guillermo Borella
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Hace algunos días, el diario The New York Times sorprendió con la publicación de un artículo anónimo titulado “Soy parte de la resistencia interna dentro del gobierno de Trump”. El texto reveló la existencia de un grupo de personas que “trabajan diligentemente desde adentro” de la Casa Blanca para frustrar “parte de la agenda y las peores inclinaciones” del presidente, según escribió el funcionario incógnito.

La primera reacción de Trump fue calificar la publicación de “traición” y “cobardía”; luego, exigió al diario neoyorquino -con el que mantiene una abierta disputa- la entrega inmediata de su autor.

El episodio sacudió al mundo periodístico y suscitó el debate en torno a la ética periodística, puesta en juego con la decisión de darle crédito a un anónimo sin contrastar la veracidad de lo escrito, y sin darle lugar a ninguna contraparte.
Reglas básicas del oficio.

El editor de la sección de opinión, Jim Dao, reconoció que, si bien publicar un artículo sin firma no es una práctica habitual del diario, no es la primera vez que lo hacen. El último antecedente es de junio pasado, cuando un solicitante de asilo salvadoreño publicó una carta sin revelar su nombre.

Sin embargo, mientras aquella nota pasó desapercibida, este caso generó un gran revuelo porque evidenció cómo el diario aprovechó la ocasión para sacar ventaja sobre Trump, reflejando la imagen de una presidencia caótica. Hecho destacable, además, por tratarse de una denuncia que no nació de una investigación propia.

El diario estadounidense experimentó así cierto deslizamiento desde la labor informativa al puro activismo; una extralimitación que alimenta la campaña de desprestigio contra la prensa orquestada por el mismo Trump, a la que acusa de ser “enemiga del pueblo”.

El costo de ignorar las reglas por las que los ciudadanos aún distinguen entre informadores profesionales y propagandistas puede ser muy caro. En efecto, algunos analistas apuntaron que con esta decisión de The New York Times se estaba deteriorando la (ya reducida) confianza en los medios 

“La confianza en la prensa ya está fracturada por identidad partidaria en este país”, advierte Silvio Waisbord, profesor de la Escuela de Medios y Asuntos Públicos de la Universidad George Washington, para quien este episodio no cambia la ecuación porque “ya no existe tal cosa como un público en general”.

“En una sociedad crecientemente polarizada políticamente, se tensionan las nociones básicas de la profesión periodística-equidad y objetividad, entre otras- que garantizaban un espacio de pluralismo interno dentro de cada medio”, explica Philip Kitzberger, profesor de la Universidad Torcuato Di Tella e investigador del Conicet.

“Si bien sigue habiendo un sistema de medios pluralistas, ese pluralismo hoy es externo”, afirma Kitzberger. Es decir, la pluralidad de voces hoy sigue expresada en el conjunto de medios periodísticos, pero cada medio es portador de una postura identificada con uno de los campos políticos. “Ya no hay lugares de encuentro común”, advierte.

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