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12/08/18

Empresas familiares: cuando Chucky toma el poder

El profesor de Management de la Escuela de Negocios discutió, en su columna "El Consultorio", las tres etapas de las empresas familiares y los peligros de una sucesión mal preparada y depredadora. Además, comparó a la tercera generación con Chucky, el muñeco maldito.

Por Andrés Hatum

La mayor preocupación en torno a las empresas familiares es por qué nunca pasan a la tercera generación. De acuerdo con el profesor de Management es porque “aparece Chucky el muñeco maldito”.

Hatum explicó que las empresas familiares tienen tres etapas. La primera es la generación de fundadores. Estos “deciden todo, desde los canales de venta, qué es lo que se vende, quiénes son los proveedores y el equipo”, dijo el profesor. Los problemas que muestra esta generación son principalmente dos: en primer lugar, la falta de profesionalización, Hatum explicó que el fundador no quiere dejarle el lugar a alguien con cierta preparación, sino que quiere perdurar y no trascender. En segundo lugar, los problemas de sucesión, el profesor explicó que en general “no preparan a sus sucesores correctamente, sino que se relega a los hijos en lugares poco importantes”.


En la segunda etapa, “llega esta segunda generación con poca experiencia y una formación pobre”. De acuerdo con Hatum, “esta segunda generación debería tratar de adquirir experiencia primero en otro trabajo antes que trabajar en la empresa familiar”.

Finalmente, llega la tercera generación que es Chucky, el muñeco maldito. Esta generación “destruye todo y vende los restos mortales de la compañía”, dijo Hatum. Lo que sucede es que los fundadores “no prepararon bien a sus hijos, entonces sus nietos no tienen margen y hay poco interés en la compañía”.

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Ping Pong Económico

El primer dato relevante que contó Hatum es que el Indec reveló que la inflación interanual es de 26,3%. Pero, además, los salarios estuvieron todos debajo de esta cifra y que los mayores perdedores, es decir los salarios más atrasados, fueron los empleados públicos que equivalen a alrededor de 4 millones de personas.

Un segundo dato fue que la casa internacional de moda de lujo Burberry, fue duramente criticada por destruir mercadería valorada en 33 millones de euros solamente para evitar las rebajas de sus propios productos. De acuerdo con Hatum, los critican no solo por un tema ecológico, sino por lo que implica la destrucción en una sociedad en la que muchos no tienen.

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