En los medios

TN
13/08/18

El dólar a $30 y los riesgos de un país en zona de turbulencias

El profesor de la Maestría en Finanzas de la Escuela de Negocios de la UTDT escribió sobre los indicadores económicos y sus repercusiones. "A pesar del acuerdo con el FMI y las medidas pro mercado, están en niveles récord", afirmó Furiase.

Por Federico Furiase

Otro golpe del mercado: dólar arriba de $29, riesgo país en máximos de tres años y tasas de Lebac ajustando al alza. Lo veníamos diciendo: la economía transita en “zona de turbulencias”.

Si bien el dólar había estado relativamente estable en las últimas semanas, las altas tasas de interés en la curva de Lebac, el riesgo político agravado por los efectos de la recesión y los desequilibrios estructurales asociados a la potencial presión cambiaria derivada del desarme de Lebac y a la bola de nieve de Letes en dólares del Tesoro, seguían pasando factura en el riesgo país.

El dólar a $29 y los riesgos de un país en zona de turbulencias.

El mundo no ayuda

Es cierto que el contexto internacional no ayuda a los mercados emergentes: guerra comercial entre China y Estados Unidos, expectativa de suba de tasas de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), retiro de liquidez de la Fed para normalizar la hoja de balance y suba del dólar a nivel global. Las economías más afectadas son las que tienen mayor déficit de cuenta corriente externa, necesidades financieras en dólares de corto plazo y un banco central con bajo track record en la batalla contra la inflación. De ahí, que la Argentina y Turquía estén en el ojo de la tormenta.

Los desequilibrios de siempre

La economía local está en modo de “ajuste forzado”. El ajuste de la cuenta corriente externa (desbalance de divisas), el desarme de la “bola de nieve” de Lebac y el viaje hacia un tipo de cambio real más alto tienen consecuencia directa en la economía real. La potencial presión cambiaria derivada del desarme de Lebac y del ajuste del déficit externo, complica el refinanciamiento de las Letes en dólares del Tesoro y aumenta el ratio deuda/PIB por la alta participación de la deuda en dólares.

La economía real

El salario pierde poder adquisitivo por la aceleración de la inflación gatillada por la suba del dólar. Además, las altas tasas de interés requeridas para contener el dólar enfrían la cadena de pagos. Y si bien la recesión demanda bajar las tasas de interés, el Banco Central tiene que navegar por el delgadísimo equilibrio de hacerlo sin generar una nueva turbulencia cambiaria que acelere la inflación en una segunda vuelta y deteriore aun más el poder adquisitivo del salario. Y con el riesgo país y las expectativas de devaluación ajustando al alza, ese equilibrio todavía no está.

La política

Con un BCRA sin margen para seguir bajando las tasas de interés, la salida de la recesión se demora, más allá que ahora se revierte el impacto contractivo de la sequía. Así, el escenario político se vuelve más áspero para el Gobierno. Los mercados vuelven a perder confianza en torno a la viabilidad política para hacer el ajuste y crecer en el año electoral y el “círculo vicioso” comienza de vuelta.

La llegada del Fondo y el programa financiero

En medio de la turbulencia, esta semana desembarca la comitiva del Fondo para evaluar los objetivos en curso y dar el aval para desembolsar el segundo tramo de US$3.000 millones a mediados de septiembre.

El compromiso de ajuste fiscal marcha bien, teniendo en cuenta que el Gobierno viene sobrecumpliendo la meta de déficit fiscal primario (0,9% del PIB en el segundo trimestre vs una meta de 1,1% del PIB).

El objetivo de reservas netas, por ahora, también, más allá que ya se vendieron u$s5500 millones de los u$s7500 millones que el FMI aportó para financiar déficit y compromisos de deuda. Todavía no se tocaron los u$s7500 millones que se aportaron para mejorar reservas.

Por el lado de la inflación, con los aumentos de agosto (naftas, prepagas, luz y transporte), la interanual podría quedar arriba del límite superior de 32% anual. Pero las inconsistencias del acuerdo con el Fondo pasan por otro lado. Bajar rápido la inflación (de la zona del 32% anual en la que terminaría diciembre de 2018 a la meta del 19%) complica el ajuste fiscal, teniendo en cuenta que la mitad del gasto público ajusta a la inflación pasada mientras la recaudación viaja con la inflación presente.

Al mismo tiempo, ajustar el déficit fiscal con reducción de subsidios y suba de tarifas complica la baja de la inflación y presiona sobre las tasas de interés. Por otro lado, cumplir con el ritmo de cancelación de letras intransferibles en poder del BCRA (u$s3125 millones por trimestre hasta junio de 2019) le exige fuerte al programa financiero del Tesoro, en un contexto donde no hay espacio para colocar deuda en pesos en el mercado local por las altas tasas. Sin contar la colocación de deuda del Tesoro para cancelar Letras Intransferibles, al programa financiero le faltan u$s11.600 millones (la mayoría son pesos) de acá a fin de 2019, suponiendo una renovación Letras del Tesoro en el mercado del 50%. Con la cancelación de Letras Intransferibles estipuladas en el acuerdo, las necesidades financieras serían de US$26.200 millones.

Mientras, el cargador de la política económica se va quedando sin municiones. Se necesita un shock de confianza que saque a la economía del “círculo vicioso” y la encarrile en un “círculo virtuoso”. Adelanto de dólares del FMI, señal política de la oposición con el compromiso de austeridad fiscal, nueva calma en los mercados internacionales, espacio para que el BCRA pueda bajar las tasas de interés...