Karina Galperín comentó que el uso de la lengua “se adapta a lo cotidiano”, pero sin embargo siempre hay “reglas que subyacen el habla”. Muchas veces, explicó Galperín, estas reglas, por distintas razones, “se empiezan a usar de otra manera porque son insatisfactorias: “En este caso en particular me parece muy interesante porque, aunque es un cambio de una envergadura gigantesca, de uno de los pilares de nuestra lengua, tiene muchísimo sentido”. De acuerdo con la Doctora en Lingüística, “No tiene un intento militante de cambiar el mundo, sino que es un intento de usar la lengua de diferente manera porque el mundo cambia”.

Según Galperín, las reglas establecidas hasta el momento “tenían una lógica de mayorías”. En otras palabras, los grupos relevantes para la sociedad estaban compuestos en su mayoría por hombres, entonces “tenía sentido que el plural sea en masculino”. Sin embargo, la profesora aclaró: “Esto está dejando de ser así. Se puede ver especialmente entre los adolescentes, quienes son los que más adoptaron estos cambios”. De acuerdo con Galperín, “sienten que la lengua tiene que acompañar a la realidad de otra manera”.

“No estamos imponiéndole a la realidad un cambio, sino que estamos nombrándola con más precisión”, reflexionó Galperín. Sobre las reacciones de la sociedad, opinó: “No hay ninguna razón para que se preocupen, es un cambio espontáneo y natural. Algunos académicos caracterizaron esto como una “imposición” y yo no estoy de acuerdo. Capaz termina como un cambio muy complejo, pero tal vez no. Todo esto va a tomar tiempo”.

Finalmente, Galperín planteó: “Para que un fenómeno como este tenga la relevancia que tiene en los medios y en la discusión pública, es decir, que un fenómeno de nicho tome esta envergadura, es que dentro de ser un fenómeno chico pasó a ser un fenómeno grande”. La profesora advirtió que ignorar este fenómeno, “es cerrar los ojos a una realidad”.

Escuchá la entrevista completa acá: