Transcurría la década de 1990 y un estudiante del Executive MBA comentaba durante su presentación a los demás: "Soy geólogo y hago este máster para reconvertirme y tener mejores perspectivas en el mercado laboral", cuenta el profesor de Management UTDT. "Lo que, en rigor, este hombre precisaba era trabajo. Estaba desempleado desde hacía casi seis meses atrás, casi desde el inicio del programa. Unos 20 años después no para de recibir ofertas y de cambiar de trabajos", contextualiza. 

Entonces, ¿qué sucedió en el mercado laboral durante estas dos últimas décadas para que oferta y demanda cambiaran de semejante manera?, se pregunta Hatum.

Justamente, unos 20 años atrás hubo una explosión de vocaciones que se orientaban hacia carreras relacionadas a las ciencias sociales como Ciencia Política, Relaciones Internacionales, Ciencias de la Comunicación, Turismo, Hotelería, así como otras más tradicionales como Psicología. La economía argentina enfatizaba los servicios, por lo que los estudiantes –y las universidades– de la época abandonaron las esforzadas carreras técnicas y se abocaron a otra cosa.

“Casi dos décadas después, con el énfasis en una economía productiva, encontrar un geólogo o un geofísico es casi un milagro, una tarea tormentosa para cualquier empresa del rubro”, destaca.

Respecto al debate técnico vs. generalista, dijo: “Es un tema muy importante para los profesionales”. Citando a una experta inglesa, afirmó: “El trabajo del futuro será aislado y fragmentado. El futuro es la especialidad”, subrayó el profesor.

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