En los medios

Los Andes
16/12/17

Un balance sobre la educación en la Argentina

Según la graduada de la Maestría en Políticas Educativas de la Di Tella "la gran pregunta es: ¿Estamos considerando todos los logros de los alumnos, o sólo cuenta el momento del examen?"

Por Débora Schapira

Habiendo finalizado el ciclo lectivo, cabe preguntarse: ¿es posible innovar en Educación? ¿Cuáles son los grandes desafíos y oportunidades en materia de política educativa para el próximo año? La implementación de dichas  reformas ¿debe ser aplicada en forma gradual?

Como es habitual, al finalizar el año, los estudiantes de los ciclos primario y secundario son evaluados en sus aprendizajes; en primaria Ciencias Sociales y Naturales y en Secundario Lenguas y Matemáticas. La segunda edición de las pruebas "Aprender" se implementaron en noviembre alcanzando a más de 31.000 escuelas del país, y aproximadamente un millón de alumnos, se estima, el 94% de los colegios del sistema público y privado.

Las críticas provenientes de diversos actores del sistema educativo sostienen que este tipo de evaluaciones estandarizadas ponen en evidencia la brecha educativa-colegios públicos y privados, nivel socioeconómico y el desempeño por provincias-.
Surge entonces el siguiente interrogante: ¿Estamos considerando todos  los logros de los alumnos, o sólo cuenta el momento del examen?

En las nuevas teorías de la evaluación avaladas por ocho sistemas educativos nacionales, la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) enfatiza que en principio la evaluación deber ser formativa. Se refiere a ella como aquélla que abarca todas las actividades llevadas a cabo por docentes, y/o sus estudiantes, las cuales proveen información, para ser usada como retroalimentación para poder modificar las actividades de la enseñanza y de aprendizaje.

Más allá de sus principales actores -docente-alumno-, las evaluaciones también interpelan a las instituciones. No se trata simplemente de una práctica solitaria en las organizaciones. Ellas deberían suministrarnos información valiosa, para detectar falencias en lo pedagógico, áreas vulnerables, en síntesis, cambios para mejorar la calidad educativa.

Si bien es cierto que la reforma educativa propuesta por la Secretaría de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, sólo alcanzará a los colegios secundarios porteños (17 escuelas en 2018 llegando a 132 en 2021), por lo inconsulta, conllevó a la toma de 30 colegios; instaló un debate, de alcance nacional, referido a las alternativas de solución para actualizar los contenidos curriculares, evitar la repitencia y el desarrollo de competencias profesionales para el trabajo. El plan de estudios propone un ciclo básico de dos años, dos orientados y el último, en el cual además de los contenidos curriculares, se implementarán prácticas educativas en instituciones o empresas. Este proyecto tuvo diversas críticas de los actores de la comunidad educativa pero cabe considerar la importancia del valor formativo y técnico de estas prácticas profesionales como antídoto para combatir el desempleo juvenil, prácticas que permiten articular la Educación, los trabajos del futuro y por último dispositivos que faciliten la permanencia en el sistema, logrando  elevar la tasa de graduación del secundario.

En Educación Superior, se creó el "Sistema Nacional de Reconocimiento Académico", un espacio en el cual las universidades se comprometen al reconocimiento de estudios para promover la movilidad estudiantil inter-sistema y la innovación curricular. El dispositivo a aplicar propone un sistema de créditos con un valor de intercambio entre las diferentes instituciones. Lo interesante del sistema es que garantiza la igualdad de oportunidades y promueve trayectorias formativas comunes. 

Para concluir en este año de gestión, observamos como balance que se han generado proyectos de transformación educativa cuya ejecución debe ser monitoreada y debatida con todos los actores del sistema para lograr implementar políticas sostenidas en mediano y largo plazo en el marco de un mejor consenso.