En los medios

El Tribuno de Salta
20/09/17

La enseñanza religiosa, ¿hacia un empate técnico?

"El gran problema constitucional radica en indagar en las convicciones privadas de niños, que luego son separados para recibir un tratamiento diferenciado", sostiene Roberto Gargarella, profesor de la Escuela de Derecho

Por Francisco Sotelo

La resolución del litigio contra la enseñanza religiosa en las escuelas públicas y el horario de clases parece encaminarse hacia una solución ambigua, porque la Corte Suprema evitaría, dicen los expertos, un fallo tajante.

El gobernador Juan Manuel Urtubey defendió la enseñanza religiosa: se pronunció por "respetar la cultura de los pueblos", pero admitió que "deberemos hacerle caso a la Corte Suprema". El tribunal debe resolver si la enseñanza religiosa es constitucional. El Gobierno salteño planteó que su Constitución habilita el dictado de la materia religión en las escuelas públicas provinciales. Es cierto, pero es la ley reglamentaria de 2008 la que agrega que lo haga en horario de clases, dentro de la currícula y con docentes designados con la venia de la autoridad religiosa. Es problema central es la discriminación y la violencia sobre el derecho de los niños a la intimidad de una creencia determinada.

El fiscal nacional Víctor Abramovich consideró que la modalidad salteña es discriminatoria y es una grave interferencia en la libertad de religión y conciencia. El constitucionalista Andrés Gil Domínguez sostiene que "la enseñanza religiosa en las escuelas públicas dentro del horario escolar y como parte del plan de estudios desconoce la neutralidad estatal"

El jurista Roberto Gargarella, convencido de que "el gran problema constitucional radica en indagar en las convicciones privadas de niños, que luego son separados para recibir un tratamiento diferenciado". Sin embargo, en su blog (seminariogargarella.blogspot.com.ar) Gargarella advierte "una confusión entre muchos de los intervinientes en el debate (aun en algunos de los miembros del tribunal). Lo que ocurre no es un problema de "inadecuación de la práctica", sino de "al menos, tres problemas graves": una violación de la privacidad de cada alumno que debe dar a conocer su credo; el uso de "categorías sospechosas", que suponen una discriminación que no es sexual ni étnica, por sí religiosa, lo que se traduce luego en "una práctica inaceptable".

"¿Está dispuesta la Corte a avalar un maltrato semejante por parte del Estado?", duda Gargarella. La defensa de la enseñanza religiosa invoca costumbres y tradiciones. También opera el argumento federalista y la renovada apelación a un "margen de apreciación local".

Las dudas a las que alude Gargarella se desprenden de las preguntas de los magistrados en las audiencias. Y sobre esas dudas, temen los laicistas, es previsible un fallo conservador que termine admitiendo la educación religiosa.