En los medios

El Economista
9/08/17

BCRA dejó tasa quieta en 26,25%

“La tasa se queda corta para anclar las expectativas a la meta, sobre todo con presión cambiaria, pero es lo suficientemente alta como para impactar negativamente en la actividad económica”, señaló Federico Furiase, profesor de la Maestría en Finanzas de la UTDT

Un halcón con las uñas limadas: en la previa a las PASO, el BCRA volvió a dejar quieta la tasa de interés de política monetaria, es decir la de los pases a 7 días, en 26,25%, en un interesante comunicado en el que dio una lista de razones por las cuales concluyó que “la autoridad monetaria considera apropiado no disminuir este sesgo antiinflacionario”.

Pero en los hechos, con una inflación ya observada acelerando, con las expectativas subiendo en el margen y el dólar presionando, el sesgo contractivo disminuyó.

Hasta hace poco había coincidencia en la actitud hawkish del BCRA. Hasta que llegaron las elecciones y parecería que aflojó. Mañana el Indec publicará el IPC Nacional de julio, que según lo que espera casi la totalidad de los analistas presentará una importante aceleración hasta dar una inflación en torno al 2%. Además el propio BCRA publicó en el último REM pequeñas subas en las inflaciones esperadas de corto y mediano plazo. Y también el dólar metió presión, obligando a la autoridad monetaria y cambiaria a intervenir ya cuatro veces en el MULC. Pero la tasa quedó quieta.

El comunicado

El comunicado de política monetaria publicado ayer alegó razones para no aflojarle al sesgo contractivo.

Arrancó por las expectativas registradas en el REM: “Las expectativas de inflación para fin de 2017 aumentaron respecto al mes anterior de 21,5% a 22,0% para el IPC a nivel nacional. La inflación esperada a 12 meses vista aumentó levemente de 17% a 17,1%, mientras que se espera un aumento en el nivel general de precios de 15,5% para 2018. Las expectativas se mantienen por encima de las metas de inflación de la autoridad”.

Luego continuó por la aceleración inflacionaria observada en julio, que se vio en las mediciones de alta frecuencia y se reflejaría en el IPC Nacional de mañana y que interrumpió el hasta hace poco celebrado sendero desinflacionario: “Los indicadores de alta frecuencia de fuentes privadas y estatales monitoreados por el BCRA sugieren que la inflación de julio fue superior a la de junio, y que el proceso de desinflación se estaría retomando en agosto”.

E hizo hincapié en la núcleo persistente: “Dada la persistencia de la inflación núcleo en niveles superiores a los buscados por la autoridad monetaria, de la que el BCRA ya ha advertido, esta evolución debe tomarse con cautela”.

No tan hawkish

“La autoridad monetaria considera apropiado no disminuir este sesgo antiinflacionario”, concluyó el comunicado.

Sin embargo, contra esos incrementos en inflación observada, inflación esperada y contra la acelerada depreciación del tipo de cambio en las últimas semanas, llegando al techo de $ 18, que habrá que ver si es techo o piso, la tasa quedó quieta. Y la actitud hawkish quedará para después de las elecciones.

El economista asociado de Estudio Bein/Eco Go y profesor de la Maestría en Finanzas de la UTDT, Federico Furiase, afirmó: “El BCRA mantiene la tasa nominal pero las expectativas de inflación del REM de julio volvieron a subir en el margen, lo que indicaría un menor sesgo contractivo en el margen” Y agregó: “También lo podés ver por el lado de los agregados monetarios, donde la base monetaria acumula un aumento del 15% desde fines de mayo, frente a la expansión generada en las últimas licitaciones primarias de Lebac, en la compra de dólares al Tesoro y en el desarme de pases, a pesar de la contracción generada por la señal de tasa en el mercado secundario de Lebac. Y si bien en julio se puede justificar un aumento en la demanda de pesos frente al cobro de aguinaldo, este aumento de la oferta monetaria dejó un excedente de pesos en medio de la presión cambiaria”.

Su conclusión es firme: “La tasa se queda corta para anclar las expectativas a la meta, sobre todo con presión cambiaria, pero es lo suficientemente alta como para impactar negativamente en la actividad económica. Es complicado”. El peor de los escenarios.

Las elecciones ahí

Respecto a este doble filo de la política monetaria, el director socio de Consultora Ledesma, Gabriel Caamaño Gómez, viene observando que “hace varios meses el BCRA no quiere subir la tasa de referencia aún cuando eso le cueste desarmar pases y tener que intervenir en directamente en el MULC”. Dijo: “Podemos especular acerca de por qué sucede eso. ¿Será porque no quiere arriesgarse a ahogar la recuperación en plena contienda electoral? Puede ser”.

Para Caamaño Gómez lo cierto es que, visto lo que ocurre con la política fiscal, todo el trabajo sucio de estabilización de expectativas de estabilidad macro recae sobre la tasa. “Y además recientemente está mostrando resistencias en usar ese instrumento. Ergo, volvemos a caer en que no queremos hacer más rápido las reformas, pero queremos que el nivel de tasa real requerida para estabilizar sea más bajo. Todo no se puede”.