En los medios

La Nación
12/07/17

Jefes de película: Los modelos que hay imitar y aquellos que hay que evitar de la ficción

Andrés Hatum, profesor de la Escuela de Negocios, hace un repaso por 10 ejemplos de liderazgo en el cine que invitan a la reflexión

Por Olivia Goldschmidt
Se dice que "la realidad imita al arte". Y las empresas, líderes y empleados tienen mucho para aprender del cine en cuanto a modelos de gestión. Es que el séptimo arte se ocupó de plasmar modelos de liderazgo ejemplares, motivacionales, aspiracionales y otros que se convierten en las peores pesadillas de los espectadores. Andrés Hatum, profesor de la Escuela de Negocios de la Universidad Torcuato Di Tella, se valió de los personajes que encarnan distintos maneras de gestionar el talento y habló de cuáles son los resultados de aplicarlos en la vida real.

Comenzó con Enron: Los tipos que estafaron a América (2005). "Eran líderes espectaculares. El año en el que la compañía se funde, la consultora McKinsey publica un libro diciendo que Enron es la mejor empresa para trabajar porque buscaba talento constantemente", ironizó el académico.

Siguió con Moneyball (2011), en la que el personaje que encarna Brad Pitt (un entrenador de un equipo de baseball) es el típico líder que se enfrenta a la resistencia organizacional. "Decide cambiar las prácticas y utilizar estadísticas para hacer una selección de personal con el fin de anticiparse. Y así logra ser victorioso", explicó el experto, quien advirtió sobre las dificultades de enfrentarse con los eternos defensores del statu quo que abundan en las empresas y en la vida.

En tanto, Doce hombres en pugna (1957), un film en el que un jurado decide sobre la pena de muerte de un acusado, revela "un líder que trata de ser convincente y explicar el valor de decidir sobre la vida de otro". En el film, 11 de los 12 miembros del jurado creen que el acusado es culpable pero el personaje que encarna Henry Fonda usa los argumentos que surgieron en el transcurso del juicio para poner en duda su veredicto. Cuando logra que surja la duda queda en claro que los líderes no siempre necesitan la etiqueta de "gerente" para ser respetados.

Norman Rae (1979) muestra cómo se puede liderar desde la base a partir de la historia de una sindicalista y madre soltera que quiere mejores condiciones laborales y va contra las grandes corporaciones. La película, por la que Sally Field ganó el Oscar a Mejor actriz, está situada en una fábrica de una pequeña ciudad de los Estados Unidos a la que llega un sindicalista de Nueva York y logra convencer a los trabajadores sobre la importancia de crear un comité.

El método (2006) lleva al extremos la crueldad que puede surgir en un proceso de entrevista laboral. "Es espectacular como la película muestra un personaje que va a entrevistarse y a través de unos juegos y unas actividades logra sacar lo peor de la organización y de la gente que trabaja en ella", explicó. "Es el famoso caca-management", bromeó Hatum.

En Amor sin escalas (2009), George Clooney es un despedidor serial. "En un momento el personaje principal dice: «¿Cuánto te pagaron para arruinarte la vida?»", dijo el docente de la Universidad Torcuato Di Tella, y agregó que las organizaciones deben aprender de la película que despedir y promover son elementos clave de la vida de una organización. Durante la ficción Clooney habla en reiteradas ocasiones de poder "sacarse la mochila pesada", en referencia a los empleados que va despidiendo. En definitiva, la pregunta que deben hacerse las compañías es si los empleados son tratados como cosas o personas.

Descubriendo a Forrester (2000) muestra cómo un líder es capaz de ver el potencial de alguien. "Se fija en un alumno, muy bueno en básquet y escritura, e intenta acompañarlo para que dé lo mejor de sí mismo", dijo Hatum. De esta manera, el líder descubre un talento propio: la capacidad de percibir talento en otros, y que con dedicación y empeño puede generar grandes cambios.

"Lo importante siempre es estar en buena compañía, o por lo menos eso se decía en 2004", dijo José Del Rio, adscripto a la Secretaría General de Redacción de LA NACIÓN, cuando en las pantallas detrás del escenario aparecieron escenas de In Good Company (2004). Para Hatum, la película plantea una situación irritante al límite. "¿Cómo reaccionás si te ponen un joven de 26 años como jefe? Lo querés matar. 
¿Y qué pasa si encima se pone de novio con tu hija? Peor", cuestionó haciendo referencia al argumento. En general, lo importante es poder entender que cerrar un ciclo es parte de ese mismo ciclo. "Cómo analizás el final de tu carrera no es un momento menor", concluyó el especialista.

Vogue, Prada, Chanel, las pasarelas de moda de Nueva York y París dan muchog/amoura una película que es tan conocida por el vestuario de ensueño como por el liderazgo de terror. El diablo viste a la moda (2006) muestra lo que pasa cuando la joven Andrea Sachs (Anne Hathaway) llega a la redacción de una revista de moda a cargo de la terrible Miranda Priestly (Meryl Streep). "Es el claro ejemplo del jefequeesuna basura, tóxica, aunque en este caso la amamos porque es una gran actriz. Pero como jefa es transparente y eso le gana la confianza", explicó.

Pero la actitud del jefe no es todo: "De parte del empleado uno puede hacer algo. En la película vemos como vemos como Emily Charlton (Emily Blunt) se deja esclavizar por la protagonista mientras Sachs dice que quiere otro tipo de vida", graficó. De esta manera eligen sus destinos profesionales.

"Finalmente, si nada de esto funciona, hay que mirar Quiero matar a mi jefe (2011), que brinda mucha información importante", bromeó Hatum. En la ficción, los jefes horribles que interpretan Kevin Spacey, JenniferAniston y ColinFarrell buscan ser asesinados por sus empleados (Jason Bateman, Charlie Day y Jason Sudeikis). En tono de comedia, la película lidia con una situación de tensión laboral que es llevada al extremo. En la realidad hay otras salidas, por supuesto.