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La Nación
18/06/17

Cómo impactará la economía en el voto... y el voto en la economía

Eduardo Levy Yeyati, decano de la escuela de gobierno de la Universidad Torcuato Di Tella, opinó que "la economía llegará muy bien, con crecimiento moderado y expectativas en alza, la recesión definitivamente dejada detrás y la inflación en descenso".

Por Martín Kanenguiser

La influencia de la situación económica será entre neutral y levemente positiva para el Gobierno en las próximas elecciones, en las que la mirada de los inversores estará focalizada en torno de las posibilidades que se le generen al kirchnerismo de volver o no al poder en 2019.

En medio de una recuperación económica despareja y lenta y con una inflación que, aunque tiende a bajar, sigue siendo alta, la gestión de Mauricio Macri se jugará sus chances de consolidar el proceso de reformas que empezó en diciembre de 2015 y que definirá si se aceleran las inversiones después de octubre próximo.

El último relevamiento de expectativas del mercado (REM) que publica el Banco Central (basándose en las proyecciones de más de 60 centros de estudio) indica que la inflación esperada para junio es del 1,5%; julio, del 1,4%; agosto, 1,3%; septiembre, 1,3%, y octubre, 1,3 por ciento. Respecto del crecimiento económico, se prevé que el segundo trimestre termine en el 1,4% y el tercero, en el 1,2%, mientras que el año cerraría en el 2,6 por ciento. El dólar estaría en agosto en $ 16,5, y en octubre valdría $ 16,9, mientras que en los próximos 12 meses llegaría a 18,6 pesos. En cuanto a la inversión, los analistas consultados por Latinfocus creen que crecerá en 2017 el 6,4% (en la industria, un 2,4%).

El equipo económico jura que no habrá grandes cambios en el plan económico después de los comicios, ya que se mantendrá el enfoque gradualista, básicamente porque no cambiará demasiado la correlación de fuerzas en el Congreso, aunque un buen resultado para el oficialismo consolidará sin duda su poder de negociación con otras fuerzas políticas, como ocurrió en 2016.

Los funcionarios no descartan que se decida una reducción del número de ministerios, como trascendió en las últimas semanas, pero relativizaron su importancia como mecanismo de disminución del déficit fiscal. "Puede ser una medida importante en términos simbólicos, pero la clave es seguir cumpliendo con el control de todo el gasto público", afirmó a LA NACION uno de los tres ministros que fueron consultados para esta nota.

El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, dijo que "este año bajará el gasto público dos puntos en términos reales, al mantenerlo congelado en relación al PBI" y destacó la importancia de avanzar en la ley de responsabilidad fiscal con las provincias, que es donde más creció el empleo público durante el kirchnerismo.

Dujovne se mostró confiado en que el Gobierno obtendrá un buen resultado en las elecciones de medio término y admitió que, mientras algunas inversiones siguen adelante, como en el sector minero y en la obra pública, otras están a la espera del resultado de los comicios.

El ministro del Interior, Obra Pública y Vivienda, Rogelio Frigerio, dijo que "la hoja de ruta ya está definida y no va a cambiar, aunque el desafío es ambicioso porque después de las elecciones, además, queremos bajar impuestos", en el marco de la reforma tributaria gradual que presentará el Gobierno al Congreso de la Nación. ¿Por qué no se cambiará de rumbo o de velocidad después de las elecciones? "Porque nos estamos jugando la credibilidad frente a quienes nos financian esta transición", expresó el economista más político del gabinete de Macri.

No es cuestión de velocidad

Por lo tanto, aseguran los ministros, lo importante no es ir más rápido o más despacio, sino mostrar consistencia: que la economía consolide su tenue crecimiento, que la inflación se acerque lo más posible a la meta fijada por el Banco Central, y que el déficit fiscal mantenga su camino descendente.

"Afuera nadie cuestiona el gradualismo, aunque sí preguntan si el Gobierno será consistente el resto de su mandato", precisó otro integrante del gabinete.

En los comicios, agregan desde el Ministerio de Finanzas, el Gobierno tiene más para ganar que para perder, porque si le va bien, el Congreso puede volver a activarse como en 2016 y los inversores tendrían seis años de horizonte para ver el camino de reformas de Macri (segundo mandato incluido) y, si el resultado es malo, se mantendría el status quo, sin mayoría legislativa.

Una calificada fuente de la cartera que conduce Luis Caputo afirmó que el precio actual de los activos financieros de la Argentina da por descontado que el kirchnerismo no tiene posibilidades, más allá de lo que ocurra en octubre, de volver al Gobierno en 2019.

"Si Cristina fuera una preocupación real, los bonos no estarían tan bien, así que la chance de que regrese es del cero por ciento", afirmó, tajante, un funcionario.

Desde la Casa Rosada expresan el mismo diagnóstico: "Cristina tiene un buen piso electoral, pero también un techo bajo; está encapsulada", expresó un funcionario.

De todos modos, admiten que la situación económica resultó más compleja que lo previsto. "La recuperación arrancó más lenta y la gobernabilidad fue mejor que la esperada", indicó un funcionario.

"Para las elecciones la economía va a funcionar mejor en términos de crecimiento, inflación, consumo e inversión, pero no sé si a la altura de lo que espera cada sector de la sociedad", afirmó.

De todos modos, ninguno de los funcionarios se atreve a dar certezas sobre el aumento de la velocidad de la recuperación económica y la marcha del empleo, variable crucial para el éxito del plan oficial.

Entre los economistas y los analistas privados consultados por LA NACION, también predomina la cautela, aunque la coincidencia casi generalizada es que la economía no le jugará en contra al Gobierno.

Enrique Zuleta Puceiro, presidente de OPSM consultores, dijo que "en las PASO de agosto nada parece impactar sobre las elecciones, ya que el Pro tiene una ventaja porque el margen de aprobación no oscila con la economía, sino con la crisis de los otros espacios políticos".

Esperanza con preocupación

"La gente piensa que las cosas van a mejorar y que el Gobierno no domina la inflación, pero la va dominar. Hay esperanza con preocupación. Si bien el Gobierno no convence con su política económica, tampoco le juega en contra. Si en las PASO se da un batacazo del Gobierno, eso mejora mucho sus perspectivas para la elección de octubre, le permitirá tomar más decisiones y Macri podrá dar una señal a la inversión local y externa", aseguró el consultor.

Para Zuleta Puceiro, "lo que les interesa a los inversores de la economía real, más que Cristina, es que de una vez por todas en la Argentina se frene el péndulo: que las fuerzas políticas lleguen a un consenso sobre políticas comunes. Y ni siquiera piden institucionalidad, sino que no haya riesgos".

Graciela Römer coincidió: "A los inversores lo que les preocupa es que vuelva el populismo; parte de la bienvenida a Macri es dejar atrás ese modelo".

El director del programa de estudios de América latina de la Escuela de Estudios Internacionales de la Universidad Johns Hopkins, Riordan Roett, dijo desde Washington que "mientras la economía se mantenga estable y hacia un crecimiento en 2018, debería jugar en favor de Macri y, si eso ocurre, si no hay paros generales y los indicadores generales se mueven en la dirección correcta, el apetito por riesgo atraerá a algunos inversores al mercado argentino al final de este año".

"Para muchos inversores, la llave es la elección en la provincia de Buenos Aires. Si Cristina Kirchner no se anotara en la carrera, sería una buena noticia para Cambiemos, aunque uno puede argumentar que también podría ser bueno que compita, dado sus problemas legales y la alta popularidad de la gobernadora Vidal", explicó.

Desde la misma ciudad, el ex director regional del FMI, Claudio Loser, sostuvo que "el escenario más probable para octubre, sujeto al comportamiento de Brasil, es de una tendencia positiva en actividad, y con presión del dólar al alza. Esto podrá tener un impacto sobre la inflación, aunque menor. A su vez, el acceso al financiamiento internacional se mantendrá abierto para la Argentina, lo que ayuda en el corto plazo, al igual que el blanqueo de capitales". De cara a las elecciones, agregó, "la lenta recuperación debe preocupar al Gobierno; sin embargo, una situación de reglas claras, aunque con golpes frecuentes de timón, llevará a que se mantenga el apoyo al Presidente".

En Nueva York, Martín Anidjar, socio gerente de Baffin Advisors, consideró que "los precios de los activos muestran que el mercado está muy optimista con respecto a la Argentina. Tanto el spread de la deuda en dólares del Gobierno, como el equivalente en la deuda de provincias y empresas, así como también las valuaciones de las acciones en la bolsa de Buenos Aires y Nueva York, reflejan que el mercado ve a la Argentina como un país que presenta riesgos mucho menores al pasado, y con optimismo, gracias a la situación inicial y el esfuerzo de estos últimos 18 meses".

Respecto de las reformas que esperan los inversores después de las elecciones, dijo que "no hay grandes secretos y la agenda del Gobierno es la correcta: las reformas impositivas y del mercado de capitales son dos elementos que se esperan para 2018. La perseverancia en las reformas, en sí misma, es la forma en la que se sigue contrayendo credibilidad para generar un aumento de la inversión".

Roberto Frenkel, investigador principal del Centro de Estudios de Estado y Sociedad (Cedes), consideró que "la economía estará en una situación gris, creciendo lentamente y con la inflación bajando; a la vez, no jugará en contra del Gobierno porque en el conurbano pesará la obra pública que se está desarrollando". Frenkel subrayó que "hace mucho que la economía no crece demasiado y, aunque estamos en una fase expansiva, las mejoras son lentas en el empleo y el consumo". Una vez que pasen las elecciones, aseguró, "los conflictos principales son el tema de las tarifas y el atraso cambiario, porque eso deja a la economía en una situación de indefinición respecto de las inversiones, pero, a la vez, ambas cuestiones van a tener impacto inflacionario".

"La economía llegará algo mejor que ahora en actividad e inflación; debería además repuntar algo el consumo por la mejora real en salarios y jubilaciones" consideró por su parte Daniel Artana, economista jefe de FIEL. Cuando termine el período de elecciones, expresó, "se necesitan reformas importantes, para cumplir con el programa gradual de mejora fiscal, y una mayor confianza para darle un impulso a la inversión, que depende a su vez del resultado electoral".

Eduardo Levy Yeyati, decano de la escuela de gobierno de la Universidad Torcuato Di Tella y asesor de la Jefatura de Gabinete, opinó que "la economía llegará muy bien, con crecimiento moderado y expectativas en alza, la recesión definitivamente dejada detrás y la inflación en descenso, con la inversión privada subiendo y con las condiciones listas para la participación público-privada en obras de infraestructura, que serán uno de los motores del crecimiento en 2018". Luego, si el resultado de las elecciones es bueno para el Gobierno, eso "contribuirá positivamente de dos maneras: despejará el temor de un regreso de la política económica del gobierno anterior, y abrirá la puerta para construir consenso sobre algunas políticas de largo aliento, necesarias para pasar de la estabilización al desarrollo sostenible".

En la opinión de Marcos Buscaglia, socio de Alberdi Partners, "la economía llegará a las elecciones con una mejora muy asimétrica. Si se presenta Cristina y gana en la provincia, el impacto en la economía va a ser muy grande en términos financieros; el precio de los bonos tiene incorporado que al Gobierno le va bien y a Cristina mal; el peor escenario sería que salga primera Cristina y tercero Pro; en ese caso, nadie hundirá capital".

Los mayores riesgos, advirtió Federico Filippini de Alberdi Partners, "son el cierre externo del financiamiento, la elección en provincia de Buenos Aires y la situación de Brasil". Pero, por ahora, "el mercado afuera está muy optimista respecto de la Argentina porque es una buena historia, aunque con prudencia por el mediano plazo", aclaró.

Dante Sica, director de Abeceb, afirmó que "a diferencia de la recuperación del 2014, que fue en forma de V, la actual es en forma de U, más lenta, y la inversión en bienes transables no avanza porque no saben quién será la oposición. Pero el crecimiento se empezará a notar; el empleo estará mejor, en forma heterogénea; la inflación bajará, y el tipo de cambio estará estable".

Para el día después de los comicios "hay posibilidades de enderezar el avión y darle consistencia temporal al modelo, con una reforma tributaria, responsabilidad fiscal de las provincias, blanqueo laboral y una reforma jubilatoria", afirmó el ex secretario de Industria

En términos meteorológicos, concluyó, "el clima económico para las elecciones será bueno, con un sol de primavera que calienta, pero que no quema".

Mejoran las expectativas

La opinión pública prevé que la situación económica mejorará y que el Gobierno logrará dominar la inflación. Así lo muestra una encuesta que consideró 1200 casos y fue realizada en la primera quincena de este mes por OPSM Consultores. El 12,8% de los consultados cree que la situación económica mejorará mucho; el 41,6%, algo; y el 19,6%, poco. En tanto, el 21,8% piensa que no mejorará nada y el 4,2% no sabe o no contesta. Respecto de la inflación, el 55,6% no está de acuerdo con la afirmación de que tiende a disminuir como lo muestran las estadísticas oficiales, mientras que el 40,6% sí lo acepta. El 52,2% cree que el Gobierno logrará dominar la inflación, y el 40,4% opina lo contrario.