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Apertura revista
11/11/16

El encanto de la Ciencia Maldita

Cada vez, son más los no economistas que se acercan a estos posgrados. Por qué atrapan a quienes trabajan en el sector público.

La formación que brindan los posgrados en Economía busca ser equilibrada entre el análisis académico y la aplicación práctica, según coinciden los directores de las maestrías.

Por ejemplo, Julio Elias, director de la maestría en Economía de la Universidad del CEMA (Ucema), cuenta que cada curso tiene una parte teórica y otra práctica pero que, además, se busca renovar los contenidos e innovar con las herramientas metodológicas.

“Sumamos Economía Matemática a partir de los pedidos de los alumnos y agregamos Econometría II, con una orientación más aplicada. Pero, a la vez, discutimos papers y hasta los alumnos empezaron un grupo de lectura, en el que se generan debates”.

En esta búsqueda de equilibrio entre una parte “más académica y la economía aplicada”, Elias cuenta que el programa de la Ucema, que dura dos años y cuesta S 128.600, tiene un workshop de Economía Profesional, al que asisten economistas de diferentes ámbitos -Banco Central o periodistas, por ejemplo- a presentar herramientas de análisis.

Por otro lado, agrega que existe una situación paradojal acerca de cómo la coyuntura afecta al interés sobre los cursos: “Cuando la economía del país no va muy bien, aumenta el interés porque baja el costo de oportunidad de estudiar. Pero, al mismo tiempo, se hace más difícil afrontar los costos”.

La Universidad de San Andrés (UdeSA), también, ofrece una Maestría en Economía. Dura un año y medio y cuesta $ 136.440. Su director, Enrique Kawamura, explica el perfil: “Intentamos fortalecer el análisis económico, mediante herramientas avanzadas y un trabajo personalizado. El énfasis está en brindar contenidos académicos pero que sean aplicables al trabajo profesional de un analista económico o un economista, en el ámbito en el que se desempeñe”.

De las nueve materias, seis son optativas. Esto, para Kawamura, “permite dar opciones a los estudiantes para acomodar la curricula a sus temas de mayor afinidad”. Además, cuenta que uno de los aspectos más valorados por los alumnos es que muchos profesores permanecen dentro del campus universitario, por lo que suelen estar disponibles para acompañar y recibir consultas.

Marzia Raybaudi, directora de la Maestría en Economía de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT), asevera que una de las novedades con las que se están encontrando es que hay una gran demanda desde el sector público: “Es notable cuántos de nuestros graduados migran hacia allí”. Igualmente, asegura que trabajan de forma conjunta con la Maestría en Políticas Públicas de la entidad y que se otorgan descuentos para quienes se desempeñan en el Estado.

La Universidad Católica Argentina (UCA), por su parte, cuenta con una Maestría en Economía Aplicada. Su directora, Lucía Fiorito, define el perfil de alumnos al que apunta: “Profesionales cuya carrera de grado no es Economía pero que necesitan sumar herramientas para la toma de decisiones. La vida cotidiana está llena de situaciones en las que se pueden aplicar herramientas de análisis económico. Esto implicó un cambio interno, ya que nuestros profesores tuvieron que empezar a explicar cuestiones que se dan por sentadas cuando se habla a economistas”. En los últimos cinco años, según Fiorito, hubo un 20 por ciento de ingresantes economistas, mientras que el resto son contadores, licenciados en Administración de empresas, politólogos, ingenieros y abogados, por ejemplo.