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El Dr. Nils Schmid disertó en la Di Tella sobre la política exterior alemana frente a la guerra en Ucrania
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Miércoles 6 de abril de 2022, Buenos Aires.- El Dr. Nils Schmid, miembro del Bundestag (Parlamento alemán) dictó ayer en la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT) la conferencia virtual “La nueva política exterior alemana frente a la guerra en Ucrania: ¿un cambio de época?”, organizada por el Departamento de Ciencia Política y Estudios Internacionales y la Fundación Friedrich Ebert Argentina, como inicio al Ciclo de conversaciones FES Argentina y UTDT “Política internacional en época de grandes transformaciones”. El encuentro fue moderado por Juan Negri, director de las Licenciaturas en Ciencia Política y Gobierno y en Estudios Internacionales, en tanto que Juan Gabriel Tokatlian, vicerrector UTDT, estuvo a cargo de los comentarios finales.

Schmid, representante del partido SPD para el distrito de Nürtingen en el estado federado de Baden-Würtemberg y portavoz de la bancada socialdemócrata para asuntos de política exterior, alertó que la invasión rusa a Ucrania inauguró “un cambio de época para la seguridad en Europa y que la política exterior alemana y la de la OTAN deben reajustarse”. Explicó que desde hace 60 años la política exterior de su país se orientó según “los principios de la disuasión y el diálogo”, en tanto que ahora “necesitamos más disuasión militar y menos diálogo”. Agregó que desde el final de la Guerra Fría en Europa se “enfatizó el diálogo y la cooperación económica”, pero que hoy Rusia se apartó de estos principios y que “este cambio supone destinar más dinero a las FFAA”.

“Fue importante que el canciller Scholz anunciara el suministro de armas a Ucrania, que esté dispuesto al incremento de gastos militares y que haya ofrecido un discurso claro. Esto es lo que esperan nuestros socios”, dijo, y subrayó “la importancia de que actuemos en conjunto, en alianzas, en el marco de la OTAN y de la UE”, y que un aprendizaje que Alemania sacó de la Segunda Guerra Mundial fue: “nunca más guerras y nunca más solos”. Schmid consideró que “la OTAN está ahora en primer plano: sin ella no hay seguridad en Europa” y llamó a “establecer la unidad necesaria en la UE, a fortalecer los gastos armamentísticos y la cooperación y a utilizar las capacidades industriales en forma conjunta”.

Consultado por Juan Negri sobre la dependencia alemana del gas ruso, Schmid explicó que entre los dos países se verifica “una dependencia comercial mutua”. Y detalló: “Rusia, más que nunca, depende de los ingresos de sus exportaciones de materias primas. La dependencia mutua de muchos países europeos ha crecido en los últimos años. Por eso es difícil girar 180°. Vamos a reducir las importaciones desde Rusia, como las de carbón. En el caso del gas es más difícil porque debemos construir terminales para el gas líquido”, y agregó que “el mejor camino será acelerar la implementación de energías renovables”. Sin embargo, subrayó la importancia de asistir militarmente a Ucrania: “No podemos pretender que una guerra termine solo con un embargo de gas y energía”.

Schmid descartó el argumento de que la expansión de la OTAN hacia el Este pudo disparar la invasión rusa: “Ucrania está estrechamente conectada con Rusia, históricamente y a nivel humano. Y una Ucrania democrática, próspera, basada en el Estado de Derecho y direccionada a Europa representa una amenaza para la continuidad del régimen de Putin”.

Juan Gabriel Tokatlian ofreció una perspectiva del conflicto “desde América Latina”. “El caso alemán es el más sorprendente para la comunidad internacional”, y lo distinguió de las posiciones de EEUU, China y Gran Bretaña, a las que calificó de relativamente “previsibles”. Explicó que la invasión rusa supone el cierre de dos ciclos: “Uno largo, que comienza en 1969 cuando Willy Brandt inicia la ostpolitik, cuya base es un acercamiento a Alemania Oriental y mejores relaciones con Europa Oriental y la URSS. La ostpolitik era un reconocimiento del valor de la interdependencia”. Pero alertó: “Con Scholz se cierra ese ciclo definitivamente y comienza un ciclo de desacople de Alemania con Rusia”. Tokatlian señaló dos indicadores de este desacople: el llamado del vicecanciller alemán Robert Habeck a destruir el poder de Putin y el del ministro de finanzas Christian Lindner para cortar todo tipo de vínculo comercial con Rusia. Alertó que “el dilema no es ‘más disuasión, menos diálogo’, sino ‘desacople total y definitivo, o no desacople’”, y consideró que Alemania estaría escogiendo el desacople. “Veo con inquietud que ese desacople podría renacionalizar la política exterior alemana, por lo menos visto desde América Latina”.

Tokatlian explicó que el “ciclo corto” que se cerró en 2022 es el de la Posguerra Fría, que se había iniciado en 1991 con dos hechos: “La unidad alemana incruenta y la implosión rusa pacífica”. Agregó que este ciclo corto se cierra por dos razones: “La brutal invasión rusa a Ucrania, pero también por una Alemania que decide invertir 100 billones de euros en defensa, mientras que el año pasado había invertido 47 billones, y que si quería llegar al porcentaje del 2% que exige la OTAN podía invertir 75.5 billones de euros. Además del apoyo militar a los ucranianos”.

“Rusia se volvió un ‘poder revisionista’: quiere patear las reglas del juego”, dijo Tokatlian y se interrogó sobre si Alemania “dejará de ser un ‘poder normativo’ y se tentará de volverse un ‘poder militar’”.

Con respecto al futuro, explicó que una encuesta de la Fundación Friedrich Ebert Argentina en diez países de América Latina arrojó que “el modelo de desarrollo preferible para América Latina es el de Alemania, antes que el de EEUU, China, Rusia y Francia”, y agregó que esto se debe a la “percepción de que Alemania es relativamente más equilibrado en su modelo socioeconómico y más sensible en la cuestión ambiental”. Sin embargo, alertó que las nuevas prioridades de defensa de Alemania y el freno de la transición hacia un mundo más verde podrían desalentar la mirada positiva que América Latina tiene de ese país.

Por fin, Tokatlian recordó que Alemania y Francia crearon en 2019 la Alianza por el Multilateralismo ante el debilitamiento notable de las instituciones multilaterales, y advirtió: “Si esta alianza deviene contra alguien o contra un país, no va a tener tanto acompañamiento de varios países latinoamericanos, que por sus realidades no están dispuestos a sumarse a una lucha con sentido desde el punto europeo, pero no necesariamente desde el global”. Y cerró: “Creo que América Latina no necesita otra Guerra Fría. La última la padecimos con golpes militares, dictaduras y desarrollo. Si esa es la Guerra Fría que se promete, será europea, china, rusa, estadounidense, pero no creo que América Latina se embarque en ese proceso”.

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Fernando J. de Aróstegui
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