Di Tella en los medios
La Nación
5/09/10

"La universidad debe ocuparse de las fallas del secundario"

Por Manuel Mora y Araujo

Para Manuel Mora y Araujo, la tarea es "despertar en los alumnos el interés por aprender"

Mariano de Vedia
LA NACION

"Las universidades deben empezar a ocuparse de los estudiantes secundarios, porque tenemos un problema muy serio en la Argentina y en el mundo."

Diez meses como rector en la Universidad Torcuato Di Tella ( UTDT ) le bastaron al abogado, sociólogo y educador Manuel Mora y Araujo para advertir que llegó la hora de que el sistema universitario aporte su esfuerzo para ayudar a corregir la mala formación con la que los estudiantes llegan a la educación superior.

Las deficiencias de la enseñanza media constituyen a su juicio el problema más grave, en momentos en que la coyuntura presenta colegios en mal estado e insólitas tomas de escuelas por parte de los alumnos, un modo de protesta que, según el rector, "no conduce a resolver los problemas".

La atención de la coyuntura no debe llevar a desatender los problemas de fondo. Por eso, para revertir las fallas en la formación de los alumnos, Mora y Araujo propuso a otros rectores avanzar juntos en acciones concretas, como la capacitación de profesores y programas específicos en los colegios secundarios para motivar a los adolescentes a aprender. "Hay que trabajar en las disciplinas que presentan más problemas, como matemática y comprensión de textos; reforzar los conocimientos en las áreas en las que están más flojos y despertar el interés por estudiar lo que no saben", explicó.

En estos meses de gestión, creó el Colegio Libre de la Torcuato Di Tella, que concentra toda la oferta de cursos de extensión, abiertos a la comunidad, sobre historia, filosofía, arte, arquitectura y literatura.

"La educación secundaria anda muy mal. Si varias universidades nos ponemos de acuerdo podemos ayudar a mejorarla, actuando con los colegios", precisó Mora y Araujo.

-¿Cómo se podría hacer?

-Tenemos que ver cómo hacemos para que los chicos adquieran la motivación de estudiar de manera sistemática. Antes el problema estaba en la primaria. Ahora lo tenemos en el secundario.

-¿Es viable que las universidades se pongan de acuerdo en un proyecto de este tipo?

-Sí, incluso las universidades estatales. No todas son la UBA, donde parece que no es un valor que los chicos aprendan. Habría que pensar en programas en los colegios secundarios para motivarlos a aprender. Hay que interesarlos en los aspectos en los que tienen más problemas, como matemática y comprensión de textos; reforzar los conocimientos en los que están más flojos y despertar el interés por estudiar lo que no saben, que es lo que está más latente en ellos.

-Son herramientas que tendrían que dar los colegios secundarios.

-Sí, pero por muchos motivos no lo hacen.

-¿A qué lo atribuye?

-Hay enfoques anticuados, excesivas reglamentaciones. Los colegios tienen poco margen de libertad, poco espacio para la innovación. Hay un formato poco apto para que los adolescentes se sientan motivados.

-¿Para lograr la motivación de los chicos hay que trabajar con los alumnos o con los docentes?

-Los expertos podrán definirlo mejor, pero hay que dar capacitación a los docentes. Hay muchos profesores dispuestos a tenerla, incluso, en el verano. Lo fundamental es tener claro el objetivo: despertar la pasión por aprender en los adolescentes.

-¿Por qué franja de edad convendría comenzar?

-En principio los dos últimos años del secundario. Si llega a la universidad un chico que no sabe matemática o no comprende un texto, hay que enseñárselo acá.

-¿Cuánto tiempo le lleva a la universidad poner en condiciones a los chicos que presentan estas deficiencias?

-Lleva mucho tiempo. Se ofrecen cursos preuniversitarios en el verano, no obligatorios. El esfuerzo es muy grande y hay chicos que se desalientan. No adquieren esa motivación y piensan: "Esto no es para mí".

-¿No hay una cultura en las universidades para poner en marcha programas en común?

-Siempre se habla de hacer cosas juntos. Si podemos hacerlas, hay que hacerlas. Competir una universidad con otra es un desperdicio para todos. Sumar esfuerzos, en cambio, es beneficioso para todos. Es razonable, lógico y viable.

-¿Cómo evalúa las recientes tomas de colegios secundarios?

-Por un lado, es una señal de las falencias edilicias de la educación en el país. Y también refleja un método de protesta que no es conducente, porque no lleva a resolver los problemas. Es muy propio de la Argentina que los ciudadanos, en lugar de presionar a sus representantes, prefieran el camino de la protesta activa en los espacios públicos. Es un método que no fortalece la calidad de la democracia, que no mejora la representación de las instituciones y que, objetivamente, no conduce a resolver los problemas.

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